Capítulo 16

1.1K 92 61
                                    

Aleksander Blair

Ella apoya sus codos contra mis pectorales, su estómago plano presiona mi abdomen y a través de la tela de su vestido puedo sentir lo caliente que está su piel. Sostengo su cuerpo deseando poder fundirlo con el mío y quiero tanto besar sus labios que me estoy volviendo loco.

—Puedes conseguir eso con otras chicas... ¿Lo quieres conmigo por qué sabes que me da miedo? —Pregunta—. ¿Así de malo eres?

Levanta sus ojos de cachorro abandonado mirándome con recelo, no se me pasa por alto que llamo "eso" al sexo, es inmadura.

Su piel pecosa está humedecida, la mía también lo está pues puedo sentir las gotas de agua deslizándose desde mi cabello hasta mis mejillas. Ella acerca una de sus manos a mi rostro, supongo que para secarlo, pero es un gesto estúpido pues sus manos están mojadas también... no me gusta que me toque, significa que no está incómoda y la quiero incómoda y temerosa de mí, quiero que sea como en el bosque.

—Tal vez... o tal vez solo me atraes —reconozco.

Entorna los ojos sorprendida, su boca se abre también.

—¿Yo te atraigo? —Pregunta sin poder creerlo —. Pero tú eres inalcanzable y yo... soy la chica que nadie quiere alcanzar.

¿Qué mierda sucede con ella? Es lunática y muy  insegura.

—¿Es un reto? —Indaga —. Ya leí muchos libros con esa trama.

—¿En serio crees que tengo el tiempo y la energía para hacer eso? Que pereza.

Atrapa su labio inferior entre sus dientes.

—No tiene sentido que yo te guste.

Elle se monta unos dramas románticos en su cabeza... es un poco soñadora e infantil o eso he deducido en el poco tiempo que la conozco.

—No me gustas, me atraes —aclaro —, quiero follarte, pero no me interesa conocerte.

Se desanima mirando hacia abajo, pero de inmediato levanto su barbilla con mis dedos.

—¿Quieres tú lo mismo? —Pregunto.

—¿Por qué yo querría algo tan horrible?

Espera... ¿qué? Digamos que pensé que sería fácil convencerla, me dije: atráela a tu apartamento y ella irá sola caminando hasta tu cama. Ahora resulta que follar conmigo es horrible.

—No es horrible, te vas a divertir o al menos tanto como te diviertan los orgasmos.

Traga en seco, aun se aferra a mi cuerpo, está temblando, cada vez que respira sus tetas se crispan y entonces lo noto, ella no está usando sostén, sus pezones están duros contra mi piel mojada.

—Nunca he sentido algo así —confiesa.

—¿Un orgasmo?

Asiente avergonzada.

—¿Haz tenido sexo siquiera?

—No sé.

—¿No sabes?

Niega avergonzada de nuevo.

Dulzura Disfrazada [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora