Capítulo 27

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Elle Montaner

Veo a Aleksander decirle algo a la chica del bar y aunque mi curiosidad me impulsa a intentar oír no lo logro, no escucho nada. Puedo notar que tienen algo de química o tal vez imagino cosas pero en definitiva no me gusta como ella lo mira. Hace un rato le dije a Aleksander que no dejaba de pensar en él justo por eso, espero poder evitar que se involucre con la chica. Es absurdamente patético de mi parte pero estoy celosa y fui expresiva con mis sentimientos de manera posesiva. Nunca había actuado así antes. Ni siquiera quería venir en primer lugar, con este clima solo deseo estar en casa, tomando chocolate caliente y viendo películas divertidas. Definitivamente no en una cabaña en medio del bosque, solo vine por él.

En el último mes digamos que pensé un par de veces en él; mejor dicho muchas, sí definitivamente muchas veces. Mi mente viajaba a los fugaces momentos en los que estuvimos juntos, me refiero a él tocándome y besándome. No creo que Aleksander me guste precisamente, pero es verdad lo que dije dentro de su auto, me está volviendo loca. He dejado atrás todo lo que creía de mí misma por él. Solía ser el tipo de chica que se sonrojaba cuando alguien hablaba sobre besar, pensaba que eso era íntimo, pero he compartido mucho más que eso con Aleksander y aún no siento que seamos cercano uno del otro.

Los chicos comienzan a beber y ponen música, las chicas bailan y son bastante simpáticas, de hecho hablo con algunas de ellas, pero estoy totalmente desconectada, envuelta por completo en mis pensamientos. Me siento sola en un sofá que está junto a la chimenea de piedra, la cual no tiene fuego y aunque el sofá es cómodo yo estoy incómoda.

El lugar es como lo recuerdo; techos altos, madera rústica con estilo lujoso. Todo este rato Aleksander ha estado en el extremo más alejado de la sala, sentado en un sillón de cuero color marrón, fumando un porro. De vez en cuando me atrapa mirándolo y hacemos contacto visual pero de inmediato lo rompo. El prácticamente ignora a todos incluso a mí, pero eso cambia cuando la pelinegra quien al parecer se llama Lily se acerca y le pide de lo que está fumando, él se lo da.

—¿Tienes algo con el chico? —Pregunta una rubia llamada Tiana, es bastante linda y agradable en realidad.

Tardo dos segundos en reaccionar a su pregunta y es que la mínima interacción entre la pelinegra y Aleksander se sintió... mal.

—No, claro que no —contesto apresuradamente, evitando ser grosera pues parecía que la estaba ignorando a propósito.

—Oh, genial. A Lily le gusta y suele ser muy competitiva en este tipo de tema, no querrías estar en su camino, créeme. —Suena divertida, luego bebe de la copa en donde Zack le acaba de servir Jack Daniel's.

Ella y Zack no han dejado de hablar y hablar sobre una serie llamada "Breaking Bad" mientras yo observo los ventanales, la nieve cae espesamente.

Un rato después veo la hora y son las once de la noche, es demasiado tarde y debo irme. Pero los chicos dicen que debemos pasar la noche aquí porque la tormenta de nieve está muy fuerte, yo pienso que son excusas para dormir con las chicas.

—No puedo —digo apenada —. Mi madre no me lo permitirá.

Zack niega con la cabeza como si me juzgara.

—Tienes edad suficiente para quedarte fuera una noche —dice —. Además hay muchas habitaciones, estarás bien.

No estoy convencida de eso, no según mamá. De pronto recibo una llamada de ella, tal como si estuviéramos conectadas por el pensamiento, me pregunta dónde estoy, luego me dice que me quede ahí porque han habido varios accidentes debido a lo resbalosa que está la carretera y también gracias a las fuertes ventiscas. Finalmente nos despedimos y me siento mejor ahora que sé que me permite estar aquí.

Dulzura Disfrazada [2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora