capítulo 37

205 18 6
                                    

La noche estaba en su apogeo y pronto daría pase al sol. Aún así una sombra se deslizaba de techo en techo en el pueblo de Qinghe, hasta que se detuvo en el de una posada. Poco a poco bajo hasta la ventana de uno de los cuartos del segundo piso y en silencio se asomó en el interior. Estaba vacía.

Sabía que era la posada correcta pero no sabía dónde se encontraba su objetivo. No tenía tiempo así que con prisa se aproxima a otra habitación. Estaba apunto de meter todo el cuerpo de no ser por que logro ver con la poca iluminación de la luna que quien se encontraba en la cama era nada más y nada menos que el líder de Yunmeng; en realidad sólo alcanzo a ver su brazo que colgaba al filo de la cama y reconociendo a Zidian en su dedo.

Salió en silencio y marchó hacia otra ventana y apenas la abrió la volvió a cerrar, ¿como carajos habían puesto el orden de esa habitación?. Volvió a abrir y dado a que la luna se encontraba iluminado desde atrás se formó una línea en el rostro de quién pudo distinguir como su objetivo. No podía avanzar ya que no estaba solo. Eso era un problema Hanguang-Jun era mucho más perceptivo que su hermano mayor así que era mejor no arriesgarse.

Ya se encontraba en el lateral de la posado y a punto de marcharse cuando vio el ventanal cerrado del que al parecer era la habitación más grande del lugar. Se acercó, abrió y entro. En el instante noto las camas puestas que formaban una "U" pero invertida. La luz lunar no les alcanzaba por lo tanto no molestaba su sueño.
Se acercó a la cama ubicada a su derecha y reconoció a Lan SiZhui; este se movió por lo que fue al lado contrario y vio Lan Yingyi por último se acercó a la del medio donde pudo reconocer a Jin Ling. Al parecer el sueño de estos dos chicos podía llegar a ser profundo si se desvelan. SiZhui no era el caso, por el contrario se movía de manera intranquila.
Era mejor que nada, se acercó al mueble que se encontraba a la parte baja de la cama de Jin Ling y dónde se encontraba la ropa superior del chico dejo un sobre.
Sabía que era mejor dejarlo con el mayor del grupo pero SiZhui se había removido así que no quiso exponerse.

Salió por donde ingresó y cerró el ventanal sin hacer ruido, para luego marcharse del lugar y perderse en la oscuridad de las sombras.

Se encontraba internado de vuelta en el bosque y caminaba con cuidado. Había sentido que alguien lo seguía, así que lanzó su única arma que llevaba la cual era una daga preciosa, tenía doble filo, el mango era de color dorado y una incrustación de diámetro rojo.

- así que eres un asesino. - aquel misterioso ser escuchó una voz provenir de tras del árbol dónde se incrustó su arma.

La persona contraria se expuso y lo que le llamó la atención fue aquella sonrisa cínica y el brillo en sus ojos le daba a entender que se divertía por la situación en que se encontraba aquel encapuchado.

- . - se mantuvo en silencio, no estaba dispuesto a seguir el juego de esa persona.

- Ho! pero donde están mis modales, soy Xue Yang y tu eres..?

- .... - siguió sin dar respuesta.

- en serio no dirás nada? - la sonrisa no abandonaba su rostro pero ya se estaba exasperando y lo peor fue verlo pasar a un lado suyo sin que este le tomara mayor importancia. sin perder su carácter se dio la vuelta y ataco al hombre de capucha. fue esquivado con facilidad.

- eres hábil- alago después de guardar su distancia del ataque que dio. mientras el otro alcanzó la daga y la retiro del árbol. el enfrentamiento se reanudo y el choque de la espada se Xue Yang en la daga se escuchaba el aquel bosque. hasta que la capucha se cayo dejando al descubierto su cabeza. - pero que? yo haciendo lo posible por saber quien eres y tu llevas una mascara jajaja....esto es increíble!.

la mascara que aquel individuo llevaba era de rostro completo, solo se podía ver dos pequeñas mechones de cabello que hacían de fleco.

la batalla empezó de nueva cuneta debido a que Xue Yang quería saber quien era ese sujeto. ya las tenia de ganar cuando algo mas paso a gran velocidad tras de si obligándose a voltear para ver de qué se trataba, momento que fue aprovechado por el enmascarado para salir de ahí. Xue Yang lo siguió hasta que lo perdió de vista; sonrió, enfundo su espada y se la puso tras la nuca. " ya nos volveremos a ver".

Nada Es Lo Que PareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora