Ethan Megalos
Los siguientes días fueron grises por así decirlo, Oriana casi no hablaba, creo que desde que sucedió no ha mencionado más de treinta palabras y entre las cuales se menciona mucho la palabra "dormir"
Voy a abrir la puerta cuando escucho el timbre, es el agente de maltrato animal, lo saludo y lo invito a pasar, los llevo hasta el sofá donde esta Oriana viendo televisión.
—¿Tienen pruebas? — Oriana ni siquiera despega los ojos del televisor.
—No— el agente empieza a sacar unos papeles y hablar sobre un caso parecido, pero Oriana se levanta y sube las escaleras silenciándolo.
—Lo siento— estos días han sido difíciles y dolorosos, Oriana apenas habla y come, casi siempre prefiere estar en su habitación, todas las cosas de Coco, Dove y Oscar las ha tirado en una habitación y la cerró con llave.
—No se preocupe, lo entiendo— el agente me deja unos papeles que Oriana tiene que firmar y se marcha luego de asegurarme que seguirá trabajando en el caso.
Subo las escaleras en busca de Oriana, pero no está en la habitación, continuo buscándola hasta que la encuentro en la habitación donde están todas las cosas de los perritos, ella está sentada en el piso mientras acaricia la mantita de Dove.
—Oria...— voy hasta ella y me siento a su lado.
—Los extraños— en los últimos días es las primeras palabras significativas que me dice, es extrañamente reconfortante.
—Lo sé, preciosa— acaricio su cabello colocándolo detrás de su oreja —Pero no puedes culpar al agente Diaz por todavía no encontrar pruebas, está haciendo un buen trabajo— sé que es un momento difícil pero si ella estuviera totalmente en si se recriminaría por tratarlo así.
—Lo se... no quise hacerlo... es solo que... yo...— voltea a verme y mi corazón se hunde más al ver sus preciosos ojos cafés hinchados y rojos de tanto llorar, unas oscuras ojeras debajo de estos y sus expresión cansada —Soy una maldita Ethan... es mi culpa... si yo realmente quisiera ver a Mónica en la cárcel bastaría con que hablara, pero no sé porque no puedo ¿Realmente los amaba? ¿O solo era una obsesión y por eso no puedo hacer que Mónica pague por lo que les hizo?
Tal vez es simplemente dependencia hacia su abusador.
—No digas eso... claro que los amabas, son tu familia— gruesas lagrimas salen de sus ojos y prefiero verla llorar y desahogarse a que se guarde todo y calle —Y no digas que no haces lo que puedes porque si lo haces, denunciaste, la justicia ya debe encargarse de eso, solo es difícil obtener pruebas...— pretendo continuar, pero ella me interrumpe alterada.
—¡No lo entiendes! ¡Tengo pruebas! ¡Yo fácilmente puedo hacer que pague, pero no puedo y no sé por qué!
Un silencio es lo que prosigue, ella se levanta y yo con ella y la sigo hasta nuestra habitación, ella se dirige al closet y mueve unas ropas y sé que abrirá la caja fuerte, introduce el código y de esta saca una memoria USB, siempre que la veía me preguntaba que era, pero no quería entrometerme, ella camina hasta mí y me la entrega.
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Poderosos
RandomSi, esto es otra historia romántica, pero no cualquier historia, sin duda el protagonista no es un fuckboy y el/la antagonista no es un/a ex de los protagonistas, tampoco es que te diré quién es. Oriana está haciendo todo a su alcance para superarse...