12. La Cenicienta que no quería comer perdices

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—¿Mejor? — me pregunta luego de unos cinco minutos sin movernos, solo abrazados

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—¿Mejor? — me pregunta luego de unos cinco minutos sin movernos, solo abrazados.

—Si... Gracias — le sonrío y él me la devuelve de manera cálida y reconfortante —Tenemos que irnos de aquí.

Él asiente y comienzo a recoger las pocas cosas que traje, Ethan me ayuda ¿Y Oscar? Bien gracias, acostado.

Ethan termina mientras yo me quito el vestido quedando en bragas, de mi maleta tomo unos jeans y una camiseta de tirantes gris, no me pongo sostén, Ethan al ver eso me pasa un abrigo.

Con el abrigo en mi mano lo miro con una ceja alzada como si le estuviera haciendo la pregunta de la que depende su vida, rápidamente responde —Es por el frío... No creas que es por lo de no quiero que nadie te vea, sé que es imposible no verte.

Respuesta correcta Ethan.

Muy correcta.

Me acerco a él y le doy un suave beso en los labios —Salgamos de aquí.

Me coloco el abrigo sin cerrarlo, voy hasta Oscar, le pongo su collar y salimos por la puerta de servicio y en el auto que andaba Ethan.

Ya cuando llevamos unos cuantos minutos en la calle, en silencio, con Oscar en la parte trasera, durmiendo; decido romper el silencio.

—Ve a una veterinaria o algo por el estilo, por favor— Ethan es la persona más maravillosa que se puede conocer, no se ha apartado de mi lado en ningún momento desde que nos conocimos, sabiendo que muy normal no soy, tal vez si debería darle la oportunidad.

—Deben estar cerradas Oria, es tarde.

Pienso en algún lugar de cuando vivía aquí y lo tengo, le digo a Ethan por donde tiene que ir y así llegamos a la veterinaria Happy Paws (Patitas Felices).

Nos desmontamos del auto y voy hasta la puerta del área de la casa del dueño de dicho establecimiento, Ethan viene atrás con Oscar, toco la puerta y en pocos minutos aparece Eddy, el dueño y veterinario.

— ¿Si? ¿Qué desea?— ya está algo viejo pero aun así es uno de los mejores de la ciudad, sin ser descubierto, es un talento oculto y él nunca quiso que yo le diera promoción.

—Eddy, soy Oriana ¿Ya me olvidaste?— le muestro una sonrisa amable y veo como poco a poco el abre sus ojos en grande.

— ¡Mi niña!— viene hasta mí y me da un fuerte abrazo, el cual correspondo sin dudarlo —Pero que grande y hermosa estás... Había escuchado que vendrías para la fiesta que organizaron tus padres, pero no pensé que vendrías por aquí.

—La verdad es que no pensaba venir— le sonrío en disculpa, el con un movimiento de mano le quita importancia —Pero tuve un problema y necesito comida para Oscar y no sabía dónde ir.

—Sabes que tú y Oscar siempre son bien recibidos en esta casa— le sonrío, él mira atrás de mí y sé que es a Ethan —Pero no sé quién es el chico con el que andas ¿Nos podrías presentar dulzura?

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