Cap 7

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Felix condujo hasta la casa de Hyunjin, al final no pasaron toda la noche en la calle y eso estaba bien, no quería molestar a Jisung y a sus padres con su presencia aunque sabía el pelinegro era muy bien recibido en la recidencia Han.
El auto de su hyung se estacionó frente a su casa, los focos estaban apagados excepto por el de la habitación de su hermana, Hyunjin supuso que estaba matando el tiempo antes de irse a dormir o esto hasta que vio una extraña sombra que lo hizo apartar la vista de inmediato.

—Creo que mi hermana esta ocupada.

—¿Por qué lo dices? Oh—Felix así como hecho un vistazo encendió el auto y se fueron, después de unos segundos comenzaron a reír como si les hubieran contado un chiste, jamás olvidarían esto aunque quisieran, sería un bochornoso recuerdo. El silencio se hizo presente cuando el auto de nuevo se estacionó, pero esta vez en una calle poco transitada.

—¿Por qué te gusta usar faldas?—preguntó de la nada y sin pensar, tal vez porque esa pregunta le ha estado carcomiendo la mente desde hace ya bastante tiempo. Desde que lo vio, Hyunjin supone.

—No lo sé, son cómodas y son mi estilo, las comencé a usar cuando tenía diecisiete años, las usaba en ocasiones ya que aún no me sentía cómodo, pero poco a poco me fui acostumbrando y simplemente se volvieron parte de mi—sonrió en dirección a Hyunjin—¿a ti te gustan?

—Nunca he usado una—susurró con algo de miedo.

—¿Quieres ir a mi departamento a probarte una?—no sabía porque pero Hyunjin asintió sin pensar, Felix arranco de nuevo su auto, pero esta vez rumbo a su departamento que quedaba a 20 minutos de la casa de Hyunjin, le sudaban las manos ya que sería la primera vez que usaría una falda, eso quería decir que sus piernas estarían expuestas y con ello sus cicatrices, ¿Felix pensará que es asqueroso? Hyunjin esperaba que no.

Llegaron al edificio donde vivía el australiano, la mujer los saludo amablemente y los jóvenes subieron por las escaleras, por desición de Felix ya que no quería que Hyunjin sufriera otro ataque de ansiedad, llegaron al piso donde estaba el departamento del rubio, estaban algo cansados pero nadie había sufrido nada.
Entraron una vez que Felix metió la llave para abrir la puerta, encendió las luces y todo era tan moderno, las paredes eran de un color naranja casi blancoso adornadas con cuadros de frutas y uno que otro de la familia de Felix, había dos sofás, uno individual y el otro más grande, una mesita ratonera encima de una alfombra gris de felpa, una televisión y la cocina, era mediana con un comedor en medio. Hyunjin pensó era acogedora y al estilo de Felix.

—Vamos a mi habitación—el pelinegro lo siguió por un pasillo hasta llegar a la habitación del más bajito, abrió su puerta y entraron, su habitación era totalmente diferente a la suya, todo era de color gris y negro, una cama grande en medio con mantas color gris opaco, un escritorio, un tocador por su ventana y otra televisión frente a la cama. Era linda—bienvenido a mi hábitat, puedes tomar asiento, búscare una falda a tu medida.

—Está bien—se sentó en la orilla del colchón sintiendo lo suave que era, quería acostarse y dormir hasta que su cuerpo duela de tanto estar acostado, Felix abrió su armario buscando la falda perfecta para Hyunjin, ninguna le convenía ya que según el rubio, Hyunjin tiene una buena figura como para que use cualquier cosa, sonrió en grande cuando dio con la prenda ideal para el chico, camino hasta Hyunjin y la extendió sobre su pecho para que la mirará.

Era una falda de tiro alto color morado con negro a cuadros, debajo de eso estaba decorada con tela negra de encaje, era sencilla pero iba a hacer contraste con la piel pálida de Hwang.

—Allí está el baño, ve ve—Hyunjin tomó la prenda y a paso lento entró al baño cerrando la puerta con llave, tragó saliva al ver que había un gran espejo de cuerpo completo, se sintió pequeño de pronto.
Con dedos temblorosos desabrochó su pantalón y los deslizó por sus piernas hasta sacarlos por completo, quiso llorar al ver aquellas cicatrices pero no se daría el lujo de hacerlo, no cuando un Felix emocionado lo estaba esperando allá afuera, con delicadeza y cuidado de no rasgar la falda; la deslizó por su pierna izquierda y luego por la derecha, al inicio de sus muslos le costó un poco para subirla, tuvo miedo ya que pensó que la iba a rasgar pero se sintió aliviado cuando no fue así.

Suspiro al verse, sus piernas estaban al descubierto, le quedaba demasiado corta, lo de arriba abrazaba delicadamente su cintura y sus caderas sobresalían de maravilla, mordió su labio y con seguridad salió. Felix levantó su vista para toparse a un Hyunjin rojo hasta las orejas, lo recorrió de arriba abajo lentamente hasta detenerse en aquellos gruesos muslos, mordió sus labios queriendo tocarlos.

—Ven aquí.

El pelinegro camino hasta quedar frente a su hyung quien tomó a Hyunjin por sus caderas viendo lo bien que le quedaba.

—Te queda hermosa, te quedaría aún más con unas medias hasta los muslos—lentamente bajó sus manos hasta posarse en aquellos pálidos muslos y acariciarlos con sus pulgares—tal vez unos ligueros y unas bragas.

—N-no lo sé.

—Eres tan tímido—soltó una risita pero así como llegó se fue al darse cuenta de unas cicatrices—bebé, ¿qué te pasó aquí?

Hyunjin trató de alejarse pero Felix puso fuerza en sus muslos impidiendo que se fuera.

—No es nada, e-en serio.

—No puedes mentirme, soy tu hyung, ¿no confías en tu hyung?—hizo un puchero.

—Me autolesione—susurró con vergüenza—sufría de baja autoestima y depresión, odiaba mi cuerpo ya que me hacía ver muy femenino, por esa razón tuve mucho acoso sexual por parte hombres. Muchas veces pensé en querer cortar mis piernas y deshacerme de ellas.

Felix hizo una línea recta en sus labios viéndolo con seriedad.

—Eres hermoso, todo tu cuerpo es hermoso, tu rostro, tus labios, tu nariz, tus ojos y tus piernas—respiro hondo y dejó salir el aire lentamente—mierda tus piernas son tan jodidamente preciosas. ¿Puedo...puedo besarlas?

—¿Q-qué?—dijo estupefacto. ¿Por qué querría hacer eso? ¿No sería extraño?

—Por favor.

—B-bien, puedes.

Felix le agradeció en voz baja, levantó tan solo unos centímetros la falda y comenzó a dejar pequeños besitos en la pierna derecha sin dejar de acariciar la carne con su pulgar, besó con sus labios abiertos desde donde estaba la orilla de la falda hasta su rodilla, sus ojos estaban cerrados y sus pestañas revoloteaban, Hyunjin sintió sus lágrimas picar, Felix lo besando tan delicadamente que le dieron ganas de llorar.

—Tan bonito—beso—tan lindo—otro beso, y otro y otro.

—Hyung...—su voz salió cortada y eso alarmó a Felix separándose de sus piernas para ver esas lágrimas bajar por sus dulces mejillas.

—No llores bebé.

—Lloro porque me siento feliz.

Entonces Felix no se pudo resistir, se levantó de golpe, tomo las mejillas de Hyunjin entre sus manos y junto sus labios sintiendo lo salado de las lágrimas y un toque de sabor a miel. 

Chico con faldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora