Déjame Entrar ||VOL.1||Christopher Vélez||TERMINADA

Capitulo 3. Equipos

—Un gusto —Respondió ella con una sonrisa

—¿Hacia donde van? —Le pregunta Luca a las chicas con una sonrisa coqueta

—Yo voy a lenguas hispanohablantes y Agatha va a... —Dice Vivian mientras revisa la hoja del horario —Ah, química general —Dijo, se escucha un fuerte sonido que proviene del timbre de nueva clase, toda la oleada de alumnos se mueven con prisa por los pasillos para ir a su salón —Bueno, nos vemos luego, Luca —Dice Vivian antes de tomar el brazo de Agatha y correr hacia las escaleras e ir al segundo piso

—Adiós —Dijo Agatha despidiéndose de Luca, él solo hace un ademán son su mano y sonríe —¿Luca no va en tu clase? —Le pregunta Agatha a Eloisa

—No, pero nos conocemos porque tenemos clase juntos de Alemán —Dice ella, llegan al segundo piso y es momento de despedirse —Tu salón está al final del pasillo, el mío está aquí a un lado, suerte en tu primer día —Dijo Vivian antes de darle un beso en la mejilla a Agatha y correr hacia su salón, Vivian entro como rayo de luz, mientras que Agatha camina con toda tranquilidad, llega a la puerta del salón de clase y toca, enseguida, puede ver a una mujer, de unos 30 años de edad con un plumón para pizarrón mirando al grupos

—¿Qué se te ofrece, cariño? —Dice la mujer con una pequeña sonrisa

—¿Este es el salón 308-A? —Le pregunta Agatha y la mujer asintió—Buen día, soy nueva en la universidad, acabo de ser transferida ¿Me permite pasar?...

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Esa primera hora, había sido muy tranquila, se había presentado ante sus compañeros de clases y había tenido un buen recibimiento, todo estaba yendo muy bien

Y así continúo con sus siguientes tres clases, antes de por fin, llegar a calculo integral, la única clase que coincidía con Vivian

—Miren, ella es Agatha, una nueva amiga —Dice Eloisa presentadola frenta algunas de sus compañeras, Agatha siempre con esa actitud amable saludó a todas

—¡Bueno señoritas, desintegren ese círculo de relajo! —Dice el profesor David mientras entra al salón, al instantes, todas corren a sus lugares, Vivian había apartado uno cerca de su mesa para Agatha, ella se sentó y puso atención a la clase —Bueno, ahora sí, vamos a...

—¡Un momento, profesor! —Dijo Vivian alzando la mano, el profesor la mira curioso al igual que algunos compañeros

—Dígame, señorita Vivian ¿Que ocurre? —Le pregunta el profesor

—Hay una compañera nueva en su clase —Dice Vivian, los ojos del profesor escanean todo el grupo hasta dar con aquella cara nueva

—¿Cuál es su nombre, número 40? —Dice el profesor mirándola, Agatha solo frunce el ceño un poco ¿Número 40? —Eres la pieza que faltaba para hacer que mis alumnos fueran un número par —Dijo con gracia, Agatha solo ríe nuevamente —¿Tu nombre? —Le pregunta el profesor

—Agatha Allen —Dijo ella con una pequeña sonrisa, el profesor sonríe al igual

—Bueno, pues bienvenida señorita Allen—Dijo el profesor, fue entonces que ella le entrego su comprobante de ingreso y el profesor la anotó en la lista

La clase comenzó rápidamente y el profesor explicaba el tema, mientras que Agatha tomaba apuntes y trataba de entender todo

—Bueno, hora de hacer pares —Dice el profesor, enseguida, todos se pusieron de pie y el salón se dividió en dos, Agatha miró curiosa la acción, cuando estaba por ponerse a un lado de ella sin entender nada, Vivian la empuja al otro lado

—No no, tú allá, elige mi nombre —Dijo Vivian, Agatha no entendió muy bien, pero asintió, el profesor saco una enorme cartulina y unos nombres pegados en ella, solo eran 20 nombres ahí

—Bueno señorita, le indico lo que pasará, en orden, usted, que al parecer es del equipo de seleccionador, tomará el nombre del compañero con el que va a trabajar estas dos semanas que dura el tema que estamos viendo... Ahora que usted llegó, no me quedará ningún alumno solo —Dice el profesor, Agatha asintió sin más, todos estaba ahí, listos para elegir a su pareja —Una, dos... ¡Tres! —Contó el profesor y en menos de lo que dura un segundo, los seleccionadores tomaron con rapidez y brusquedad uno de los nombres de la cartulina, todos haciéndose bola tratado de elegir, dejando a Agatha hasta atrás —¡En orden! ¡Dije en orden! —Grita el profesor, pero son oídos sordos

Cuando todos por fin se alejan, Agatha solo ve que hay un nombre pegado en la cartulina, pero no es el nombre de Vivian, todos tienen su nombre en mano y a ella no le queda más que tomar el nombre del desconocido

—Bueno señorita Allen, le toca trabajar con el joven Vélez...