Capítulo 12. Águeda

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|Narra Agatha|

Si había algo que odié en Orlando, era haber sido la nueva en la cuidad
Al llegar a un lugar nuevo, ya hay grupos de amigos establecidos, buscar a alguien con quién establecerse es difícil... Oye bueno, para mí lo es

Apesar de que estas caras ya las veo conocidas porque la mayoría de clases las compartimos, siguen siendo desconocidos, al entrar al salón para mí es como un programa de concursos de televisión

¡Muy bien Agatha! ¡¿Y con quien te sentadas ahora? ¿Será que con las chicas que te miran raro? ¿Con los hombres que piensa que con una sonrisa y apestando a perfume hostigoso te conquistan? ¿O con los raros que ni siquiera te miran? —Me dice el conductor de programa dentro de mi cabeza

Sin más, camino hacia una banca que hay al fondo, me siento en esa silla y trato de no mirar a nadie

¡Agh! ¡Necesito más amigos!

—Out, esa era mi silla —Dice un chico frente a mi, alzó mi rostro y lo veo, delgado, cabello negro, ojos oscuros y un rostro muy particular y definido

—¿Enserio? Oh, lo siento, si quieres... —Dije un poco nerviosa, él solo sonríe

—Tranquila, las bancas no son de nadie —Dijo antes de sentarse a un lado de mi —¿Por qué tan sola?... Ah no, ya se porque ¿Eres la nueva? —Me pregunta y yo asentí

—Agatha Allen —Dije mirándolo, él sonrió aún más

—David Russo —Dijo mientras me mira —¿Aún no haces amigos? —Pregunta él y yo niego —Pues esas de suerte, porque no habrá mejor amigo que yo, soy fa-bu-lo-so —Dice con una sonrisa, yo reí levemente

—Pues será un gusto ser tu amiga —Dije mientras lo miro...

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—Ay no, es una insufrible —Dijo David mientras salimos de la clase, o solo reí

—Es que tenía motivos para enojarse, prácticamente le dijiste que pasaba de los 35 difícilmente encontraría marido —Dije mientras reíamos, caminamos por los pasillos

—No no, yo solo le delimité sus posibilidades —Dijo David con gracia

—Si, diciéndole que sus posibilidades eran casi nulas —Dije antes de reír, seguimos caminando, hasta llegar a la cafetería

—¡Hey! ¡Acá! —Me grita Vivian mientras alza su mano hacia mi, cuando estoy por ir, David me sostiene del brazo y me aprieta

—Oh por Dios, Vivian está con Darwin —Dijo sorprendido, yo solo lo miro con confusión

—¿Quién es? —Pregunté curiosa, él solo suelta un suspiro

—Darwin Prescot es el chico que me gusta desde que entramos a la universidad, vive una calle atrás de la mía... Esta tan lindo como tímido —Dice David mientras lo observa

Desde que comencé a hablar con David, supe de sus preferencias, no me molesta en lo absoluto, pero jamás me dijo sobre algún interés

—¿Quiere que vayamos? Vivian es la única amiga que tengo... Aparte de ti —Dije y David asintió, sin más, ambos caminamos hacia la mesa donde Eloisa y el chico Darwin estaban sentados

—¡Hey! Hola —Dije al llegar, cuando estaba por sentarme, siento a alguien toma mi hombro, la cara de Vivian se torna sería

—Necesito hablarte, ahora —Dijo esa voz gruesa y sería, me doy la vuelta y veo a Christopher, hoy trae el labio roto y una pequeña gasa en la frente

No me siento y lo sigo hasta la salida de la cafetería, él me ve molesto, claramente no le gustó lo que hice ayer, pero tampoco me gustó cómo me trató

—Haremos lo que te dije en un principio, yo terminaré las últimas 5 hojas y tú las primeras, no le pidas asesorías al profesor, investiga por tu cuenta y haremos el trabajo —Dijo molesto, yo solo negué

—No puedo hacerlo si no entiendo —Dije en mi defensa, él rueda los ojos

—Mira, niña...

—Mi nombre es Agatha, que no se te olvide —Dije y él rueda los ojos

—Agatha ¿Esperas en realidad que sea amable contigo? Ni siquiera me agradas y mucho meno quería trabajar contigo, pero en veo forzado por la necesidad de aprobar —Dijo y yo negué

—Lo siento Christopher, pero o dejas tus groserías de lado y trabajamos juntos o nos jodemos ambos y no entregamos nada —Dije y Christopher me mira nada

—No voy a soportar tus berrinches, no tengo porque Águeda —Dijo mirándome mal, yo solo fruncí el ceño

—¿Qué es Águeda? —Pregunté con curiosidad

—Es el griego de dónde proviene tu nombre, por Dios ¡Lee un poco! —Dice fastidiado, yo sólo suelto un suspiro de resignación —En mi casa, saliendo de la escuela, te espero en el estacionamiento —Dijo mirándome serio antes de darse la media vuelta e irse de ahí...

Déjame Entrar ||VOL.1||Christopher Vélez||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora