Capítulo 19. La boca del lobo

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—¡Oh, hola! —Dice Agatha al ver a Milagros, saluda con su mano y Christopher la ve mal

La abuela Milagros se acerca a ellos a un paso tranquilo, Christopher frunce un poco el ceño, lo que quería era pasar desapercibido

—Me alegra tanto que vinieran, enserio —Dijo la abuela al verlos, ________ sonríe y Christopher solo asintió —Oh mi niño, que bueno que si cambiaste de opinión, pero anden, acerquense que no tardamos en empezar el desayuno —Dice Milagros, Agatha y Christopher se acercan un poco, él antes de llegar al salón donde comerían, sostuvo a Agatha del brazo

—Abuela, si me permites, quiero hablar con Agatha un segundo —Dijo él, toma a Agatha del brazo y la lleva alejada de la gente

—Christopher, me lastimas el brazo —Dijo ella ante el agarre muy brusco, Christopher ya cuando estaba alejado de los demás, la soltó —Eres un...

—Escucha Agatha, tú en verdad no quieres estar con mi familia, si me odias a mi, los odiaras a ellos, así que por favor, solo vas a comer y nos iremos de aquí —Dijo Christopher y ella solo frunce el ceño

—Pero...

—Pero nada, nos iremos lo más pronto posible —Dijo Christopher y ella niega

—Yo no tengo porque obedecer tus mandatos, yo haré lo que se me pegue la gana —Dijo ella y Christopher solo cierra los ojos con frustración

—Agatha, por favor,hazme caso —Dijo mirándola mal, pero ella se negó

—Mira Christopher, si te avergüenza que yo haya venido, no te preocupes, yo diré que no te conozco, pero no voy a irme de aquí, vine a disfrutar este espacio, no a seguir tus órdenes... Aparte, no quiero irme contigo, no viajo con extraños —Dijo ella antes de mirarlo mal y caminar rápidamente hacia aquellas carpas blancas que cubrían a las mesas con manteles bonitos

Se escuchan los pasos tras ella, Christopher parece un perro guardián tras ella
Se acercan a las mesas, Christopher la toma de los hombros y la guía hacia una mesa, lo más alejada del centro de su familia

—Ven, este lugar...

—Christopher, deja de molestarme —Dijo ella entre dientes, Christopher solo rueda los ojos

—Nada de esto estaría pasando si no hubieras venido —Dijo con una mueca, Agatha solo rueda los ojos

—No, nada de esto estaría pasando si no me hubieras seguido, tu habías dicho que no ibas a venir —Dijo ella molesta, Christopher solo aprieta los dientes

—Eres desesperante, yo solo trato de que no caigas en las garras de mi familia, pero te gusta meterte a la boca del lobo —Dice Christopher mirándola, ella solo se queda callada, sin más, sigue a Christopher hacia la mesa donde quería sentarse

Ambos toman asiento a la mesa, enseguida se acerca un mesero para ofrecer una copa de champagne

—¿Por tanto miedo a tu familia? —Preguntó Agatha, Christopher solo niega con la cabeza

—No es miedo, es pavor... Estar con ellos es un infierno —Dice Christopher con una mueca

—¿Y entonces por qué viniste? —Le preguntó ella, él solo rueda los ojos

—No soy tan cruel como para dejarte morir aquí —Dijo mal humorado, ella sonríe y se acerca a él

—¡Ay! Te preocupas por mi —Dijo ella enternecido, Christopher solo niega

—No, no...

—Yo también voy a preocuparme por ti, Chris —Dice ella antes de quererlo abrazar los los hombros, pero Christopher coloca su mano sobre las clavículas de Agatha y la aleja

—No, lo hago para no sentirme culpable, si mi abuela no hubiera sabido de ti, no habrías pasado esto —Dice él con una mueca, ella solo negó con gracia

—Si, ajá —Dice ella mirándolo, Christopher tomó su copa y bebió —¿Por qué tanto problema conmigo? No te he hecho nada, yo...

—¡Sobrino! —Grita una voz tras Agatha, Christopher desliza la mirada y hace una mueca de desagrado

—No digas nada, por favor —Dice Christopher en susurro, alza su mano y saluda desde su silla, pero un grupo de 3 hombre se acercan a ellos

Los hermanos Vélez

—¡Pero sobrino! Teníamos años de no verte, que alegría que hoy viniste —Dijo uno de los hombres

Christopher no se puso de pie, no se molestó en invitarlos a sentarse, simplemente los miraba con los brazos cruzados

—No lo es tanto para mí, pero no hay de otra —Dijo de mala gana

—¿Cómo has estado? Tú tía y yo siempre estamos acordándonos de ti...

—Oh, si se nota —Dice Christopher con una sonrisa falsa

—Tu padre está...

—No me interesa donde está ese hombre —Dijo Christopher, Agatha solo se mantenía ahí, callada con la mirada en sus manos

—¿Y esta jovencita? No me digas que es tu novia, sobrino —Dice uno de los hombres.

Déjame Entrar ||VOL.1||Christopher Vélez||TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora