The German

Capitulo 44

-¿Dónde están mis flores? -grito al no verlas por ningún lado. Finalmente es el día de nuestra boda, los nervios me consumen y me complican todo, hacen que no pueda conseguir nada ¿o es que todo se me esconde?, en la mañana perdí mi celular, y cuando mi hermano lo encontró estaba justo adelante mío.

-Acá están Lali.... -dice Rocío, saliendo del dormitorio de Olivia, su casa se volvió un salón de belleza, un espejo largo se encuentra posicionado en una de las esquinas, al ver que efectivamente Rocío tienen mis flores, decido darme un último vistazo en el espejo y lo que veo se me hace irreal. Creer que finalmente llegó el día que tanto espere se me hace un poco raro. Verme vestida de novia ya con mi peinado y maquillaje me sorprende hasta a mí. A veces estamos esperando que llegue un día, una fecha, un momento, y cuando ese día llega, no nos lo podemos creer. Tomo un suspiro mientras pienso en que hoy me tengo que disfrutar el día.

Mi hermano aparece detrás de mi, dándome un abrazo mientras nos miramos. Su mirada me dice lo feliz que está por mi, no hace falta que diga una palabra, ya con eso me dijo todo, sin embargo se dispone a hablar y me dice:

-Estas hermosa... -sonrio ampliamente.

-Gracias, también estás muy lindo.

-Lali, quiero que sepas que siempremlre vas a ser mi hermana, no importa cuántos años tengas, siempre voy a estar acá para ver, por favor si Peter Pan te hace algo...

-No le digas así.

-Como sea... -reimos- si el alemán te hace algo, no dudes en decirme, y tenelo por seguro que de esa no sale vivo.

-Siempre tan protector... -no puedo evitar abrazarlo, ya que las ganas de hacerlo me invaden, es mi hermano, no esperaba menos de él, el abrazo me tranquiliza, los nervios hasta me sacaron el hambre. Permanecemos un rato abrazados hasta que Olivia aparece gritando como loca.

-¡Aww, se ven muy lindos¡ Pero tenemos que irnos, una boda nos espera -reimos y asentimos, no puedo creer que ya me voy a casar.

¡Por dios! ¿Qué va a pensar mi aleman? ¿Le gustará mi vestido?. Mi corazón late a mil kilómetros por hora. Minutos después entramos todos a una limusina blanca que Peter alquilo, la verdad que yo no quería pero me dijo que si lo quería hacer feliz, que le permitiera darme unos gustos.

-Llegamos... -anuncia el chófer.

¿Tan rápido? estoy un poco asustada, no se que me pasa, bueno...en realidad si se. ¡Me voy a casar! En ese momento llego Mario, y ayudo a bajar a Rocío.

-¡Wow! Pero que linda estás hoy... -y le da un beso en los labios antes que ella diga algo, me doy cuenta de que creo que es la primera vez que los ví darse una muestra de afecto así, y sino lo es,  los nervios definitivamente me borraron la memoria porque no recuerdo en este momento. Olivia baja, después la niñera de Mariana con la bebé, luego mi hermano y finalmente, yo. El sol parece resplandecer más que nunca, puedo escuchar los pajarón gorjear en alguna parte, al igual que el sonido lejano de los motores de algún vehículo, el viento nos arropa con una suave brisa que hace que se me ponga la piel de gallina. Y es la voz de Mario que me trae de nuevo al presente.

-Estas hermosa Lali, espero que sean muy felices, se lo merecen -y me ofrece un tierno abrazo -muchas gracias...

-¿Por qué? -le digo.

-Por regresar a mi amigo a la vida -esas palabras me derriten el corazón, se que Peter después de su perdida no volvió a ser el mismo, o eso me dijieron, y que me diga cosas así me hacen sentir rara...nunca creí que con amor podía descongelar el corazón de Peter.
Porque sucede, tenemos decepciones, o perdidas y deseamos no volver a pasar por ellas, para eso creamos una capa protectora en la cual no dejamos que nada se nos acerque tanto como para herirnos así de nuevo. Pero hay riesgos que son necesarios tomar, y esta vez mi alemán favorito, se atrevió, se que fue duro aceptar sus sentimientos, pero me alegra que él decidió ser feliz otra vez, pero no solo es feliz él, yo también lo soy.