Capítulo 1

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Otro día más. Mi alarma suena al igual que todos los días, me levanto de la cama listo para mí rutina diaria, un poco de ejercicio y una buena ducha antes de ir a trabajar.

Al bajar me encuentro con Julia, la ama de llaves. La considero como mi mamá, su pelo rubio hecho un rodete pero unos cabellos caen a los lados de su majilla, me acerco y se los coloco detrás de la oreja.

-Peter ya tenés el desayuno listo, por favor come antes de ir al trabajo, no quiero que te mueras de hambre -dice dándome un abrazo.

-Pero, ¡quien te dijo que me voy a morir de hambre! Comida es lo que sobra en esta casa -le dedico media sonrisa.

-Si, pero últimamente no desayunas, dale mi vida que hoy prepare tu desayuno favorito -sonrio-, me acuerdo que cuando eras más chico no querías comer otra cosa. ¿Por qué no complaces a esta pobre vieja una vez?.

-Esta bien, pero por favor no insistas más. Ya sabes que desayunar en este casa es imposible últimamente -cuando recuerdo todos los momentos que pase en la mesa del comedor, buenos y malos me ponen pensativo el día entero, esta vez solo lo hago porque Julia me preparo algo riquísimo. Escucho unos pasos y sin levantar la cabeza ya se que es Nico, mi chófer y amigo, sinceramente me ayudó mucho así que por eso lo considero más que un chófer.

-Buenos días señor, el coche ya está listo para ir a la oficina.

-Esta bien Nico, espérame cinco minutos. Tengo que buscar unas cosas.

-No sé preocupe señor, haga lo que tenga que hacer -dice y se retira.

-Y termina de comer -añade Julia desde la puerta de la cocina.

Termino de desayunar, el desayuno estaba riquísimo aunque el comedor se sentía vacuno desde lo que paso. Trato de olvidar esos pensamientos, si sigo así voy a volver a caer. Agarro mis cosas y salgo hacia el auto donde ya está Nico, y como lo hace siempre cuando yo entro, me preguntó.

-¿Música, señor?

-Hoy no Nico -y miro por la ventana mientras salimos camino a la oficina, no quiero que suene alguna canción como la que le gustaban a ella, que rápido cambian las emociones, hace dos horas estaba tranquilo, pero ahora que ella está nuevamente en mi mente, ya ni se cómo sentirme.

The GermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora