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El desayuno había sido lo más incómodo para su gusto. El silencio de su madre ya es costumbre; tan sería en su mundo, como si no existiera nada, solamente ella. Sin dejar de mencionar el peor de todos, su padre, que no le ha dirigido ni siquiera la mirada.
Al igual que si estuviera sola; en una mesa enorme con mucha comida que se desperdicia. Varias empleadas de servicio a su alrededor, incluyendo a Ivy que de rato le daba miradas de compasión, junto con el sonido de los platos con los cubiertos.
Demasiado engorroso.
Han pasado 3 días de la visita de Anastasia y hasta entonces, no había salido de su aposento. Su pie afectado comienza a sanar e incluso, ya puede caminar con ayuda de unas muletas y decidió ir al colegio con la condición de que Fernando la llevaría.
Su progenitora fue la encargada de decirle que la condición para salir de este lugar seria con Fernando. Pero está muy segura de que su padre fue el de la decisión y mandó a su reina a que le comentara su clausula.
"Infantil". Tachó el comportamiento de Guillermo para con ella. Sin embargo, tampoco puso objeción y protestar no era una opción, ya que deseaba irse del palacio.
Suspirando dejo los cubiertos en el plato ya vacío y apoyándose con las muletas, se colocó de pie ante la atenta mirada de su madre, que mastica un trozo de fruta. Su típico desayuno.
Guillermo seguía inmóvil, concentrado en el periódico.
— Nos vemos, mamá. — Ella solo afirmó observando a su hija salir del área de comedor.
¿Qué clase de familia es esa? Un hombre que muestra desinterés junto a su madre, que también lo hace, sin embargo, en ocasiones por no decir nunca, demuestra un poco de interés en ella.
La idea de eclipsarse e irse a otro continente pasó por sus pensamientos. Lo que menos quiere para ella es esto que vive cada día; pero tampoco sería algo valeroso el escapar y las palabras que le dijo Anastasia llegan a su mente.
"¿Valdrá la pena luchar por el bienestar de todo un pueblo?"
"Anastasia me dijo que soy la gran esperanza para salir de todo lo malo que mi padre hace".
Es la respuesta a esa pregunta.
Pensando en ella... Desde hace dos días que no ha sabido nada de la campesina.
A escondidas le preguntó a Ivy si la había visto, pero la contestación fue negativa. Algo frustrada, sale del palacio y decide esperar a Fernando, que está muy demorado.
Tomó asiento en una pequeña banqueta de concreto y fija su mirada al jardín que está a su izquierda donde la campesina suele trabajar en ese majestuoso y lindo lugar.
Últimamente, la chica de cabello cobrizo no sale de su mente y menos cuando ese mismo día tuvo un sueño que se convirtió en lo más lindo que hasta ahora sueña. No obstante, a la vez, le da miedo, sorpresa, pero más que todo terror.
Es increíble que con darle un beso en la mejilla había desatado cosas tan desconocidas y una de ellas es soñar con la campesina. En donde las dos tenían una lucha con los besos y caricias de parte de ambas en el jardín. Anastasia terminó dominando el contacto de labios y acorraló a Angie en un árbol. Dejó de besarla con la finalidad de dirigir esos besos al cuello de la princesa que; con su respiración errática, jadeaba de placer y sentía ese escalofrío tan satisfactorio al sentir los labios de esa chica en esa zona.
Despertó agitada, asustada y con su cuerpo caliente. Tuvo que levantarse de inmediato e ir a la ducha. Donde duró mucho tiempo tratando de bajar esa sensación de calentura y calmar un poco las ganas de querer tocar su zona íntima; para aliviar el deseo tan repentinas de anhelar tener sexo.
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La Dama y La Criada © [GL] (Borrador)
FantasyAngie Caroline Brown es la futura reina de su ciudad que, a sus 17 años de edad, vive una vida aburrida y monótona. Su padre le recuerda que apenas cumpla sus 18, tendrá que casarse con el duque: Fernando, para que gobiernen y reinen Inglaterra. Can...