La Dama y La Criada © [GL] (Borrador)

Capítulo 51

- Sabías que la manzana no es tan rica como lo eres tú...

Anastasia sonríe ante aquellas palabras dichas por Angie.

La princesa se encuentra sentada en el pasto verde mientras observa a la campesina trabajar en sus siembras de algunas hortalizas que Joa logró conseguir y Angie come de una manzana que la campesina le dio.

- Que linda... ¿Lo sacas de los libros que lees? - Angie mastica el trozo de manzana y se saborea los labios observando cómo se encuentra vestida la campesina, haciéndola ver demasiado sexy ante sus ojos.

Unos pantalones pegados a su cuerpo; su cabello color cobre amarrado es una cola alta y su característica camisa de cuadros. Esta vez logró amarrarla quedando abajo de sus pechos dejando a la vista su hermoso abdomen y Angie aprovechó el momento para admirarla en todo su esplendor, aprovechando que estaba sola, ya que Emily anda un poco extraña y no quiso ayudar a Anastasia.

- No. Solamente se me ocurren y ya... Sabes, me hacen falta unos libros para leer, pero gracias a ti me puedo entretener muchísimo. Está haciendo como calor ¿No?

Anastasia dejar de arreglar la tierra de abono que tienes cerca y observa de manera incrédula a la princesa como si fuera lo más obvio ante su pregunta tan rara.

- El sol está un poco fuerte, pero agradece que los árboles logran hacerte sombra... Por qué si no estuviera derritiéndose en este momento... - con una sonrisa Anastasia vuelve a realizar su trabajo y logra confundir un poco a Angie mientras le sigue dando pequeños mordiscos a la manzana.

- ¿Derretirme?

- Sí... Los bombones de chocolate se derriten, entonces eres un chocolate.

Las carcajadas de Angie lograron espantar algunos pájaros que estaban cerca de ella, en busca de algún gusano o alguna pequeña rama para hacer nidos.

- Eres mala para ligar - logra toser un poco ante aquellas carcajadas porque se estaba comiendo la manzana que ya casi se acaba y el comentario hizo que Anastasia ruede los ojos y siga en lo suyo.

- Pero así te gusto, reina - sonríe y Angie se sonroja y le vuelve a dar otra mordida su manzana.

Anastasia interrumpe su trabajo y se acerca Angie sentándose a su lado mientras que sus manos la limpia con un pequeño trapo que tenía en su bolsillo trasero del pantalón.

Ambas logran mirarse fijamente y la campesina se debate mentalmente en hacer las preguntas que deseo hacer desde hace rato.

- Dime qué quieres saber...

- Esto no tiene nada que ver con lo que anteriormente habíamos discutido, pero... ¿No extrañas estar en el Palacio? Digo, ya que allá tenías mucha comodidad, que aquí - Angie niega con la cabeza y deja a un lado la mitad de la manzana para quedar frente a la campesina y poder observarla perfectamente.

- No. No extraño estar en casa; no extraño convivir con Guillermo, no extraño ni siquiera a mi madre. Al que sí digo que me hace falta es Raúl; él ha sido conmigo buena persona, es como un padre, mejor que el rey. Del resto no extrañó a nadie, estoy cómoda aquí, aunque no lo creas y agradezco que me den esta paz que yo tanto anhele y el estar contigo lo hace muchísimo más interesante de lo que ya es. Así que despreocúpate porque me encanta dormir en esa pequeña cama al lado de mi mejor amiga, que también está contenta y ni hablar de Ivy... Siento que ella merece estar libre y este lugar parece por ahora lo mejor que ella puede tener.

- ¿No te da miedo que tu padre te esté buscando en este momento?

- ¡Oh, claro que sí! Tengo mucho miedo, pero trato de no pensar en ello y vivir el momento. Por ahora confío en los trucos de magia de Joa que hace que este sitio esté oculto ante la mirada de mi padre y sus guardianes...