— Entonces... ¿Cuándo vamos a salir? Ya tengo todo planeado y solo espero que me digas: Mi amor ya estoy lista, vámonos a donde tú quieras. — Romina imita la voz de Emily que se encuentra frente a ella trabajando en su negocio de venta de verduras y hortalizas.
Desde hace días ha estado insistente en saber cuándo será el momento para que de inicio aquella cita tan anhelada por parte de Romina. Es que han pasado casi un mes y no le ha dado la respuesta. Insiste mucho, va a su casa visitarla para que por fin le diga, pero esta mujer es muy terca y la corre, la ignora completamente.
El verano ha llegado a la ciudad de Londres, donde el sol comenzaba a realizar su labor caluroso y sofocante. Ingresa la nueva temporada de las ventas de las verduras; debido a que el invierno logra dañarles el trabajo en aquellas siembras en los terrenos de Megan.
— ¿Cuándo será el día en que me vas a dejar en paz? — Anastasia comienza a sonreír al escuchar la imitación de la voz de Romina y se gana una mala mirada de Emily. La pelirroja se encoge de hombros y se aparta de la pareja para no causar incomodidades, pero hay que decir que se fue sonriendo a carcajadas, lo cual contagió a la chica de heterocromía. — ¡¿De qué te ríes tú también?!
— De Anastasia... Pero, volviendo al punto... No pretendo dejarte en paz y mucho menos cuando probé tus apetecibles labios... Es que desde aquel beso no he podido dejar de pensar en ti.
— Ay, qué linda... Eres demasiado dulce, tanto que me dan ganas de vomitar. — Romina se hace la ofendida.
Era una total mentira, tampoco ha olvidado ese contacto de labios que hizo con la chica de ojos extraños como ella la llama. Todas las noches luego de ese suceso, Emily ha estado buscando la manera de distraerse, de no pensar en aquel beso. Sin embargo, las imágenes se repiten a cada momento en su mente, en dónde se avergüenza de ello debido a que, a veces, ha creado escenarios muy intensos, de lo cual logra avergonzarse un poco. Se regaña mentalmente por imaginarse esas cosas.
Tiene miedo a abrir su corazón, dejar entrar por completo a Romina y que haga desastre con ella. Pero a veces piensa que podría darle la oportunidad para arriesgar un poco y así poder tener un poquito de tranquilidad, qué tanto le hace falta. Más que todo la soledad que la está consumiendo, aunque adora estar sola, es inevitable no poseer ese anhelo de hallarse con alguien y compartir tu hogar.
— Lo sé, soy toda una romántica... Entonces, volviendo al tema... ¿Vas a aceptar la salida? Tengo el plan perfecto. — Romina se acerca a Emily invadiendo un poco su espacio personal y al no tener escapatoria, alcanza quedar muy cerca de ella. Su cuerpo se tensa y su corazón comienza a latir más rápido de lo normal ante la cercanía de la mujer. Su aroma delicioso logra marearla un poquito, pero en el buen sentido. Desearía robarle esa camisa para tenerla ella en las noche al lado de su cama. — Quiero llevarte a la playa.
— ¿A... la? ¿A la playa?
— Sí.
— ¿Te puedes alejar? — Con su mano izquierda la empuja desde su abdomen, sin embargo, no logra hacerlo realidad.
— No.
En una acción sorpresiva, Romina cierra el espacio que quedaba y abraza a Emily enredando sus brazos en el hombro de la menor. Mientras que va creando huracanes qué hacen estragos en su interior al recibir aquel acto de cariño por parte de la chica de ojos extraños.
— ¿Qué haces? — A duras penas comenta en vista de que comienza a ponerse nerviosa. No está acostumbrada a recibir aquellos actos de cariño y mucho menos de parte de Romina.
— Quería abrazarte desde hace un buen rato, pero tú me lo pones difícil... ¿Será que podemos ir mañana a la playa? Te prometo que la pasaremos genial.
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La Dama y La Criada © [GL] (Borrador)
FantasiaAngie Caroline Brown es la futura reina de su ciudad que, a sus 17 años de edad, vive una vida aburrida y monótona. Su padre le recuerda que apenas cumpla sus 18, tendrá que casarse con el duque: Fernando, para que gobiernen y reinen Inglaterra. Can...