Emily se encuentra en la casa de Joa, sentada en el suelo de madera, esperando a que la mujer le diera algo de comer, ya que se lo había prometido anteriormente. Está pasando frío; no tiene mucha ropa en realidad y la que carga es prestada, pero no logra abrigarla como debe ser.
Aun así, con sus brazos, logra arroparse ella misma y sus manos la pasa por sus brazos para tratar de mantenerse caliente, pero sin éxito alguno. Al parecer la nieve no tiene intenciones de parar.
Joa, ha hecho lo posible para que la nieve no obstaculice los caminos de la manada Smith y los brujos.
Y hablando de ellos; Joa hace acto de presencia en su casa, un poco cansada de tanto caminar, seguido de su hija Luz en conjunto con Megan y su padre. La mujer se apenó con Emily y le indicó que necesitaba un favor, la cual ella no se pudo negar, pues el rostro de la bruja indica cansancio así que no se molestó en acceder a ayudarla.
— Emily... Necesito que por favor le lleves esto a Romina. Prometo que apenas le dejes esta bandeja y regreses, tendrás aquí tu cena — la mujer se arrepintió en haber dicho que sí — por lo general, Libia le da comida a Romina, pero cómo está últimamente un poco sentimental y pendiente de Jenifer, entonces se le ha olvidado darle de comer.
Emily solamente asintió con la cabeza y observó bandeja en donde observa una buena cantidad de arroz blanco, con dos buenos trozos de carne asada y ensalada de tomate, cebolla y puede observar la lechuga también en el plato. Hay un vaso de jugo de lo que supone que es naranja y una taza llena de frutas picada en cuadritos, lo que deduce que es el postre.
— Sí que come bastante... — murmura con voz baja, pero la bruja logra escucharla perfectamente, lo que hace que sonreía levemente.
— Esto no es nada para lo que Libia le da... Come demasiado esa mujer — Emily asiente con la cabeza. Aspira el olor a carne, la cual hace que sus tripas comiencen a murmurar debido a su hambre y logra sonrojarse debido a que Joa escuchar ese pequeño sonido y sonríe divertidamente. — lleva esto rápido... Le pides tú sábana, que le prestaste y tendrás aquí tu comida servida... Te espero.
Estaba consiente que nunca en su vida, desde la última vez que supo de sus padres y su familia, nadie absolutamente nadie, le había tratado de esa manera, tan atenta y preocupada por su bienestar.
Estos actos hacen que esté muy agradecida por los tratos que está recibiendo, luego de haberse escapado del infierno en donde estaba. Definitivamente, fue la mejor opción que pudo haber pensado y la decisión que mejor ha tomado.
— Bueno... Anda, recuerda que el ambiente está muy frío y se va a enfriar está comida y la tuya porque ya la voy a servir. Anda, sabes dónde es su cabaña ¿verdad? — ella sonriente asiente con la cabeza y agarra con cuidado la gran bandeja, con ayuda del padre de Megan qué le abre la puerta y sale caminando hacia la cabaña de Romina.
Escalofríos recorren su cuerpo completo, al sentir el enorme frío y sus labios comienzan a temblar un poco.
Agradece que Joa haya tapado la comida, para que la nieve no la estropeé.
Sí está un poco nerviosa porque desde que llegaron de aquella guerra (por así decirlo) no había visto a Romina. En cierta parte lo agradece, porque le hacía sentir un poco incómoda, pero no de manera mal, sino que, de una manera inexplicable, que le hace sentir un poco segura de sí misma y a la vez tener miedo.
Y aunque ya Joa le había explicado un poco sobre este mundo sobrenatural, aún no puede olvidar la sensación de miedo, al ver aquel lobo cuándo salió de este bosque arriesgando su vida.
A Venus.
Y ahora que lo piensa se da cuenta de que cometió un pequeño error del cual salió ilesa. Cualquiera de los guardianes de Guillermo la pudo reconocer y la podían agarrar para llevarla de regreso a ese lugar. Pero dejando todo ese pensamiento atrás; agradece que, para su suerte, todo haya salido bien, aunque, no descarta la posibilidad de que en cualquier momento pueda tener frente a ella a aquel hombre que le jodió la vida.
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La Dama y La Criada © [GL] (Borrador)
FantasyAngie Caroline Brown es la futura reina de su ciudad que, a sus 17 años de edad, vive una vida aburrida y monótona. Su padre le recuerda que apenas cumpla sus 18, tendrá que casarse con el duque: Fernando, para que gobiernen y reinen Inglaterra. Can...