Acercamiento

24 0 0
                                    


Los días cálidos de primavera nacieron luego de aquella tormenta, como si la naturaleza hubiese lavado los remanentes del invierno y se hubiera llevado consigo, como en las leyendas, las almas de los dioses oscuros; días de paz, de calma que Canaria atesoró en su corazón, y también de acercamientos.

Tandred era un chico simple, hacía lo que debía cuando era necesario, pasando la mayor parte de su tiempo entrenando, acompañando al General Ikras a la academia militar, donde, al parecer, se habían conocido un par de años antes.

La razón por la que el duque Nefarian lo había adoptado aún era un gran misterio para Canaria, pero estaba contenta de que lo hubiese hecho. Tandred no sólo era amable, también era bastante paciente. Lo había comprobado cuando su madre, obstinadamente, los había arrastrado consigo al salón de moda para comprarles ropa de temporada a ambos.

Aquella fue la primera vez que Canaria salió del castillo de los Von Lancet como una señorita noble hacia el centro de la ciudad. Realmente no vio mucho, pues el centro estaba lleno de tiendas para nobles y gente de dinero, y el único lugar al que entraron fue a una gran plaza comercial con acceso restringido.

Por supuesto, Aethril Von Lancet se tomó su tiempo, observando atentamente el desfile de ropa, zapatos y accesorios que habían hecho para ella, haciendo que Canaria terminara cansada, no físicamente, pero sí mentalmente. Las opiniones y los consejos que Aethril le daba conforme pasaban los modelos era como una cátedra sobre el sentido del buen gusto al vestir.

Y Tandred escuchó todo, atentamente, sin parecer abrumado o molesto. Ni siquiera se quejó cuando Aethril lo instó a vestir un poco más lujosamente, a pesar de que parecía que de verdad no le gustaban esas cosas.

No sólo aquella vez él había sido paciente y amable. Ambos se habían encontrado muchas veces en la biblioteca, aunque Canaria no sabía exactamente qué es lo que estaba estudiando Tandred y por qué había hecho de la biblioteca su estudio cuando él tenía su propio anexo de aprendizaje en sus habitaciones, pero la tranquilizaba. Se acompañaban en silencio por las tardes, muchas veces, ella lo había encontrado allí, como si la estuviese esperando.

Era una buena compañía silenciosa, a pesar de que, en el fondo, Canaria sentía un pequeño cosquilleo cuando lo miraba, como si algo dentro de ella le dijera que Tandred tenía algo ominoso en él. Por supuesto, ella había adjudicado aquella sensación a la poca familiaridad y esa tenue brecha que los años pintaban entre ambos, siendo ella una niña de seis años y él un adolescente que había pasado días difíciles antes de llegar a esa casa, en realidad no tenían mucho de qué hablar. Ni siquiera tenían gustos similares, por lo que ella sabía.

Se contentaba con el silencio de sus acompañamientos en aquella gran biblioteca, creyendo fervientemente que, de esa manera, esa línea que los separaba se iría borrando poco a poco. Sobre todo, porque una de las metas de Canaria era ganarse a su nuevo hermano.

Acercarse poco a poco, colándose por las esquinas de su vista, como si tratara de domar a un gato callejero, esa era su estrategia. Luego, usar la belleza y su edad a su favor... o al menos, ella quería intentar hacerlo. No obstante, Canaria nunca fue tan atrevida en su vida anterior, y al parecer, tampoco en ésta.

Se había encontrado, no pocas veces, en completo silencio ante las charlas en el comedor con la familia, tratando de entrar a la conversación cuando él intervenía, pero no podía. No sabía qué decir, siendo que usualmente hablaba de su educación militar y asuntos que ella todavía no entendía.

Habló con Nicole, con su madre y con su padre para hallar una manera de acercarse a su nuevo hermano, lidiando con su propia incapacidad para hacerse su amiga. Probablemente, el hecho de que los dejaran a solas en la gran biblioteca por las tardes fue idea de alguno de ellos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 12, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Un villano puede salvar el mundo por amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora