El sol se había puesto en el horizonte cuando la reina terminó de informarles los detalles del plan de defensa y ataque. En la sala de estrategias, escuchaban atentos Glimmer, sus doncellas guardianas y Alan Valken. Alan estaba de acuerdo con la maniobra: el grupo comandado por Glimmer y él se apostaría en la entrada del poblado y a lo largo del muro con miras al bosque, mientras que Maud, Deil y Rynfer se adentrarían en el robledal junto a un segundo grupo de lanceras. Quedaban pocas amazonas nóckuts para esta ofensiva, pero la reina se mostraba convencida de que sería la última.
"Por supuesto ―pensó Alan―, para eso hemos viajado hasta aquí".
Él y Glimmer defenderían la aldea contra los serpen-volks. Pero mientras Maud y compañía iban en busca del brujo enmascarado, ¿qué haría el tercer grupo de apoyo con los hermanos Vonzepp? La reina no lo reveló, y tampoco Exan Deil, quien se había mostrado sospechosamente silencioso para Valken. Él lo conocía: cuando se trataba de dar órdenes, el Cazador dejaba a un lado su parquedad y repartía tareas sin atender a protestas o inseguridades. O se obedecía, o se estaba fuera del plan.
"Hoy está diferente", se dijo Alan, sin dejar de estudiar a Exan y a la reina.
Maud, en mitad del salón y al frente del resto de su clan, deslumbraba con su coraza de acero y oro. ¿Y esa espada? Demasiado grande para las preferencias de Alan, aunque los brazos de la reina prometían un mandoble feroz contra cualquier enemigo.
"A Exan le gusta la caza mayor", reflexionó Valken. Y se preguntó qué habría averiguado Voryanda tras su encuentro con Deil.
―¿Queda alguna duda? ―preguntó Maud.
Alan dio un paso al frente:
―Los hermanos Vonzepp no se hallan presentes aquí, mi reina. ¿Su papel dentro del plan es clasificado?
―De momento, Alan Valken ―dijo Deil―, confórmate con saber que el bosque también se convertirá en un campo de batalla.
Alan miró a Rynfer, tratando de compartirle su turbación. Detestaba que le ocultaran cosas, y Exan Deil era un experto en eso. Pero Voryanda no hizo más que devolverle una mirada de resignación.
"No quiere que yo esté allí ―se dijo él―. Como acaba de decir Exan: confórmate con esto, Valken".
―Glimmer ―dijo Maud―, mantén un ojo avizor hacia el robledal. Como acaba de decir Deil, necesitaremos a un par de lanceras para controlar la situación. Pero no restes innecesariamente las defensas dentro del pueblo.
―Comprendo, reina Maud. ―La centinela se llevó el puño al pecho y dobló una rodilla.
La reina dio por concluida la reunión, y le ordenó a Glimmer que dispusiera a las guardianas a lo largo del muro, sobre el adarve y en las troneras.
―Sígueme, Valken ―le dijo Glimmer―. ¿Estás seguro de que no quieres alguna pieza de protección adicional?
―Los sellos protectores en mi ropa me han salvado más de una vez. Jamás podría usar un yelmo como el de ustedes.
Una amplia sonrisa iluminó el rostro moreno de la nóckut.
―Espero que tu puntería sea más rápida que las garras de esos serpen-volks. Mis doncellas y yo dependemos de ti.
Alan le devolvió la sonrisa. Él también confiaba que su puntería igualara su habilidad con la espada. Aunque no sería la primera vez que haría de francotirador: quizá no contaba con el rifle del Cazador o la carabina de un Guardián, pero la potencia y la estabilidad de las Argéntum-Córuscent reducían su incertidumbre.
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Sangre nóckut - Arco 3: En tierra de guerreras -
Fantasy⚔️ Alan Valken y Voryanda Rynfer se trasladarán a la ventosa ciudad de Vodián, donde conocerán a una niña con poderes de médium. Un mensaje desde el más allá los alertará sobre una amenaza que asedia a un pueblo custodiado por legendarias amazonas...