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Pov.Narrador/ra

Nuestro grupito se dirigió a la sala de reuniones, una vez y entraron a esta cada quien tuvo que irse a su asiento perteneciente, claro que al ruso no le agradó mucho esto, el pobre se sentía inseguro y no se quería apartar del estadounidense ni el mexicano.

–por favor USA ¿solo está vez si?– rogó Russia a un lado del asiento de USA.

–Russ no podemos cambiar de asientos, además no me llevo muy bien con tu "compañero"–

–p-pero...– el de ushanka puso ojitos tristes lo cual hablando el corazón del Omega mayor.

USA soltó un pesado suspiro, sabía que se arrepentiria de lo que iba a hacer, se levantó de su asiento y camino hacia el del ruso ganándose un agradecimiento del ya mencionado.

Russia se sentó en el asiento del americano, el leve olor que este desprendía le tranquilizaba un poco, sumándole a eso el olor del mexicano a su lado hacia que se sintiera seguro.

Mientras que USA, pues este tenía una cara de pocos amigos, sabía por lo que estaba pasando el ruso y le entendía, pero aún así odiaba la idea de cambiar de asientos, no por el lugar sino por su "vecino de asiento".

–vaya, vaya miren a quien tenemos por aquí–

–China...– pronunció aquel nombre con algo de molestia, se sentó en el asiento y se propuso a ignorar al contrario.

–América~ ¿a que debo el honor de que hoy te sientes a mi lado?– pregunto el asiático con burla.

–eso no te incumbe–

–pero que frío, bueno no se podía esperar más de un simple beta– se escuchó un gruñido de molestia por parte del americano.

El chino amaba hacer enojar al contrario, le parecía divertido las expresiones que este hacia, pero el quería ver otra clase de expresiones las cuales no eran nada santas, era una lástima que el estadounidense era un beta y no tenía olor alguno, o al menos no uno fácil de percibir.

Aspiro un poco de aire cerca del gringo, quería oler algo, aunque sea un poco de sus débiles feromonas pero se llevó una gran sorpresa al detectar el olor de un Omega pegado al de cincuenta estrellas, China frunció el ceño, ¿por que USA olía a Omega? ¡y no sólo a cualquier Omega!, El americano tenía el olor de Russia en él.

–¿se te perdió algo?– la voz molesta del gringo lo saco de sus pensamientos –llevas casi media hora mirándome como estúpido–

El chino sólo negó con la cabeza para después apartar la mirada y prestarle atención a la organización de la paz la cual se encontraba dando una "charla motivacional" a los latinos. Miraba a ONU mientras que en su mente no dejaba de hacerse las mismas preguntas, ¿por que era que USA olía como Russia? ¿acaso ellos habían...? No, no podría ser verdad, el ruso no le pudo haber ganado.

✨✨✨

La reunión por fin había acabado, el estadounidense se levantó del asiento y se encaminó a buscar a los demás pero fue detenido por una mano la cual le sostenía del brazo.

–¿adonde crees que vas? Tu y yo tenemos que hablar– hablo el chino en un tono serio mientras que se lo llevaba a otra parte.

El estadounidense empezó a forcejear para intentar liberarse del agarre del chino, lo cual no pudo ya que el contrario tenía mucho más fuerza que él.

–¡maldición! ¡ya déjame maldito traga mierda!– gritaba el americano mientras ejercía resistencia.

China sólo le ignoro, ambos entraron en lo que parecía ser una oficina vacía, el estadounidense por fin fue liberado del agarre del asiático el cual le miraba con enfado.

–¡exijo una explicación de porqué hueles tanto a Omega!–

–¿q-que?– USA palideció al escuchar aquello.

No podía ser, ¡le había descubierto! ¡¿pero como?! Estaba bastante seguro de que se había cambiado los parches y que su olor había desaparecido.

–no se de que hablas– volteó la mirada para que no viera lo nervioso que estaba.

–no me mientas América– el de tés roja se acercó más a USA –¿te acostaste con Russia no es así?–

–¿what?– le miro incrédulo –¿es un chiste verdad?–

–¿crees que estoy bromeando? ¡tu ropa está completamente invadida por su olor!–

USA aún con algo de duda olió su camiseta dándose cuenta de que lo dicho por el contrario era cierto, el olor del Omega menor estaba en su ropa, soltó un suspiro de alivio, por un momento había pensado que el chino en verdad había descubierto que era un Omega.

–estas equivocado, yo... Estuve hablando con él y supongo que se me pegó su olor, además estuve sentado en su asiento genio, era obvio que se me pagaría su olor además ¿por que demonios te estoy dando explicaciones? ¡nada de lo que yo haga con el ruso ha de importarte!– soltó lo último entre gruñidos.

China sólo volteó la cabeza algo avergonzado, el americano tenía razón con lo del asiento además de que no le debería de importar lo que haga un ser inferior como aquel beta.

Continuara...

✨¡Rompiendo los estereotipos!✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora