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Pov.Narrador/ra

El chino miraba confundido al recién llegado ruso, a su parecer aquel olor que había sentido en la fiesta del Nort coreano había aparecido junto con la llegada del pequeño Omega lo cual no podría ser una simple coincidencia ¿o si?.

Perú, por su parte sólo aspiro aquel dulce aroma el cual logro calmarlo un poco, dejo de liberar sus feromonas para luego mirar hacia atrás encontrándose con un fastidiado y algo mareado estadounidense, al parecer este al igual que el ruso había olido las fuertes feromonas de ambos alfas, sin embargo parecía haber reaccionado diferente a estás, el peruano se preocupó, el gringo estaba soltando demaciadas feromonas, sus parches no estaban funcionando.

Por un momento pensó que el de cincuenta estrellas había entrado en celo pero rápidamente descarto esto ya que el celo del Omega habia pasado no hace mucho, se acercó más a este y puso una de sus manos en la frente del mayor.

—tienes fiebre.— soltó preocupado, USA sólo gruño al sentir la mano del contrario en su rostro —tengo que llevarte a tu casa.

Con algo de esfuerzo, alzo al gringo como si de una princesa se tratase, le hizo unas señas al ruso para que le siguiera lo cual hizo dejando así a un chino bastante confundido y sin poder hacer nada para evitar que se llevarán al estadounidense, aquel olor le había aturdido bastante, no, no era aturdido, mas bien, se sentía tranquilo, aspiro una vez más aquella dulce fragancia que había quedado en el aire después de que el ruso se marchara, sin duda ese era el olor que había percibido en la fiesta del mayor de los coreanos.

—Russia...

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—Perú espera.— pidió Russia mientras intentaba seguirle el paso al Alfa, sus ahora piernas cortas no podía seguirle el paso al peruano.

Perú sólo ignoro los quejidos del menor, su única prioridad ahora era sacar al americano de aquel lugar y alejarlo de los alfas, algo en el le pedía proteger al chico entre sus brazos, no sabía su sólo eran sus instintos o algo por el estilo, pero el mantendría a salvó al Omega.

Russia sólo se dispuso a gruñir molesto al sentirse ignorado, por un momento deseo que el mexicano llegará y le prestara algo de atención, rápidamente negó repetidas veces, ¿por que demonios estaba pensando en eso? No lo sabía, tampoco lo quería saber pues seguro y se arrepentiria de la respuesta.

—¡Perú es encerio detente!.— chilló con desesperación al sentir dejado atrás.

Quería llorar, tal vez darse la vuelta he irse a buscar alguien que si le prestara atención a sus berrinches, pero no quería dejar al estadounidense en aquel estado, y mucho menos con un Alfa, no le importaba si este era el peruano o otro el simplemente no confiaba en los Alfas en aquel momento.

El de cabello bicolor por fin había parado de correr, su respiración era agitada y de un momento a otro había comenzado a sentir un fuerte calor en sus mejillas, pecho y... En lugares que no nombrare porque nos leen niños. Al parecer el que habia entrado en celo había sido el y no USA, quizás esa era la razón por la que el americano había resultado bastante afectado por la pelea de feromonas.

—oh no...— maldijo por lo bajo, hasta ahora se había percatado del estúpido error que había cometido al llevarse al estadounidense sin ningún plan o algo.

Lo peor de todo es que nisiquiera le estaba llevando a la casa del estadounidense, sino por acto reflejo lo estaba llevando a la suya.

—Russia.— llamó al Omega, este estaba respirando con cansancio, no le podía pedir que llevará él al estadounidense pues el chico era mucho más bajo que el he incluso USA por lo que no tendría suficiente fuerza —Russia, necesito que busques a México y le digas que vaya a mi casa.— el de ushanka le miro confundido para luego asentir con la cabeza, miro por última vez al chico que posaba en los brazos del peruano para luego hecharse a correr hacia donde el suponía que se encontraba el mexicano a esas horas.

Mientras que Perú, pues este sólo rogó tener la suficiente fuerza de voluntad para poder resistir el aroma de USA y no hacer una locura de la cual luego se arrepentiria.

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Finalmente había llegado a su casa, entró a esta y llevo al estadounidense a su habitación en donde lo recostó en la suave cama y le dejó ahí para que descansará, salió de la habitación y fue rumbo a la cocina en donde se tomó unas cuantas píldoras para así calmar su celo.

—kts, esto es horrible.— se quejó —maldición ¡¿como no me di cuenta?! ¡sabia que estaba cerca pero no tanto!.

Se acercó a un calendario que colgaba de la puerta del refrigerador, ahí tenía marcado la semana en la que OMS le había dicho que le podría llegar su celo pero aún quedaba bastante tiempo para eso, al parecer se le habia adelantado un poco.

—esto se va a poner feo si Méx no viene rápido.— se tomó otras dos píldoras al ver que las primeras no querían hacer efecto.

Continuara...

✨¡Rompiendo los estereotipos!✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora