Podía calcular que eran casi las 6 de la tarde, estaba por anochecer, aquella fogata sirvió para que éste comiera un cangrejo rostizado gracias a la Sirena que se lo había pescado para el. Bebió aquella agua que dejó enfriar para hidratarse, al menos aquella cascada tenía agua dulce para su consumo. La fémina de cabellos negros seguía sentada entre las rocas observando cada movimiento del muchacho con una sonrisa, al menos no iba a perderlo esta vez, tuvo la fortuna gracias a la diosa luna que volviese a ver al chico del que se había enamorado, esta vez le había devuelto aquel favor que le había hecho hace algunos años, había cruzado aguas buscándolo hasta que lo había encontrado a punto de morir ahogado.
—Gracias Mikasa, reconozco que tu especie no es tan mala después de todo, si algún día me rescatan ven conmigo a tierra firme, tal vez tenga planeado comprar una piscina e instalarlo en mi casa para que puedas vivir allí, o no se si quieras venir conmigo, pero no sé si te lleven para fines de experimentación, entonces sería una mala idea, mejor te tengo otra opción cuando vaya a tierra firme, sigue adelante por las aguas para nadar hasta Florida y te llevaré en mi camioneta oculta para dejarte en mi casa, en el lapso que tú llegas voy a comprar esa piscina, creo que esa es una opción más óptima, ¿No crees?— dijo mientras se acercaba a menos de un metro donde estaba aquella Sirena para hablar con ella.
—S-si, no quiero que me lleven, tengo miedo— hizo un puchero preocupada.
—Entonces aplicaré el segundo plan, por ahora tengo que llevarte hasta aquella cascada que está al fondo, todavía no sé si puedas sobrevivir mucho tiempo fuera del agua, trataré de correr, me avisas si te ahogas— Aquella Sirena asintió emocionada extendiendo los brazos para que aquel castaño la cargase, éste pensaba que las Sirenas eran muy pesadas pero la chica si pesaba pero como cargar a un humano promedio, podía calcular que aquella chica con la cola podía pesar 76 kilos, menos mal éste se entrenaba en el gimnasio ya tenía experiencia levantando pesas, ya que gracias a eso había logrado sus abdominales y resistencia de fuerza.
—Pesas un poco pero no importa una vez cargué a mi Coach del gym, ese tipo pesaba 78 kilos, creo que eres más liguera que él aunque sea por un poco— aquella chica observada aquel muchacho que la cargaba y no dejaba de ver aquellos hermosos ojos, parecía mostrarle interés a todo lo que decía aquel chico. —Parece que te interesa esta historia sin importancia— aquella pelinegra se mordió el labio avergonzada.
—Los humanos... son interesantes... tú... más— la pelinegra tomó las mejillas del castaño acariciandolas con dulzura, éste cerró los ojos complacido por el tacto de la chica, no sabía que estaba pasándole, estaba cayendo ante los encantos de una Sirena, ¿Eso era lo que describían los piratas en sus libros?, Las Sirenas podían enamorarte para luego hacer contigo lo que quisiesen.
—Mika... Mikasa ya llegamos— dijo algo nervioso mostrándole a la pelinegra aquella cascada, la chica observó aquel sitio con los ojos brillosos, era un lugar muy precioso. —¿Puedes adaptarte a agua dulce?—
—Uhmmm... no sé... pero quiero intentar— hizo un puchero.
—Está bien, voy a bajarte lentamente, si sientes algo extraño avísame para sacarte— Aquella Sirena obedeció mientras el castaño se puso de rodillas para bajar a aquella chica al agua, Mikasa cayó al agua éste esperó su respuesta, buscó con su mirada a aquella chica pero no veía su característica cola, comenzó a preocuparse. Éste sin pensarlo más se quitó aquella camiseta negra para lanzarse al agua a buscar a aquella Sirena.
—Aquí estoy— dijo aquella chica abrazando por detrás al castaño, éste suspiró aliviado, al menos el agua dulce no le había hecho nada ya que por ser una especie de agua saldada dudaba si era óptimo pero se calmó al saber que estaba sana y salva.
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Three feet to touch the underworld [AU EM] [CORRIGIENDO]
Fantasy"Tan lejos pero a la vez tan cerca", eso describía aquel muchacho mientras era arrastrado por las profundas aguas tras presenciar un accidente en un crucero. Seres mitológicos que creía que solo existían en los libros ficticios eran reales, no podía...