Capitulo catorce: "Cariño"

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Habían pasado alrededor de dos semanas, dos semanas conviviendo con aquella Sirena, aquella chica hacía todo lo posible por al menos besarlo 2 veces al día y eso causaba molestia momentánea del castaño pero le daba igual, no podía contar los días pero eso calculaba ya que hacían las mismas rutinas qué tal vez llevaban un mes o casi el mes. Mikasa salía a nadar de vez en cuando, siempre supervisado por Eren, cada que lo hacía debía ser en un horario específico, tenía que ser al amanecer y siempre llevaba a la chica al agua dulce para luego secarla y cambiarla, ya se estaba acostumbrando a verla desnuda para hacer eso, ya no se ponía tan nervioso como antes y también tenía que mantener el auto control, por un lado quería ser encontrado lo más pronto posible, por otro lado no, al menos por unos meses. Aquella Sirena apenas y podía utilizar sus piernas ya que solo podía caminar por un corto tiempo ya que luego de eso le dolían y le ardían como para seguir, su especie estaba acostumbrada a nadar que era difícil conectar su cerebro y neuronas a las piernas pero como le decía Eren "Tienes que adaptarte" y eso estaba haciendo por eso nadaba en el mar de vez en cuando, eso aveces le servía para pescar algo que aquel castaño no podía capturar y al menos comer algo diferente, al menos la pelinegra sentía que estaba ganando algo de peso y podía calcular que había ganado un kilo y medio mientras que el castaño tenía que ejercitarse por las noches para no perder musculatura, base a su dieta algo buena que estaba llevando en esa isla no iba a poder mantenerse con mucha grasa corporal si no comía otros tipos de comida ya que siempre comían pescado, cangrejos, plátanos, cocos y muy de vez en cuando rostizaban un ave para comer, al menos mantendría su musculatura por unos meses más antes de perder peso.

Ambos estaban haciendo aquella misma rutina que consistía en que el castaño estaba cocinando mientras que la pelinegra estaba sentada en un tronco y le veía hacer todo, pero también aquella chica estaba alerta ya que su especie solía rondar esa isla de vez en cuando y no sabía si le harían algo a Eren ya que él era demasiado importante para ella.

—Hoy hice Sopa de langosta, y encontré algunos helechos que son Albahaca y romero, no sabía que había muchas plantitas buenas en esta isla, al menos hoy no comeremos lo de hace algunos días atrás, me aburre siempre comer pescado asado, prefiero el salmón ahumado, pero ya no estoy en mi casa como para pasar por ella a un supermercado, si no como algo no voy a sobrevivir es más que seguro, espero que te guste— éste le cedió un plato de metal a la pelinegra, ella comenzó a comer viendo al castaño sentarse en el suelo para comer también.

—Muy buena— sonrió mientras veía al castaño, su rostro era demasiado atractivo y más por aquel tono bronceado que poseía le hacía destacar, sus ojos verdes eran demasiado hipnotizantes.

—Estoy feliz que te haya gustado, de hecho soy muy buen cocinero en mi casa no es por halagarme pero la comida me queda mejor, y me gustaría verte comiendo cosas de mi ciudad, aunque sé qué hay comida procesada y eso te hace subir de peso pero no me importaría si comieras 3 hamburguesas solo porque te gustan, tu puedes comer lo que quieras, yo casi no me fijo en lo físico, tampoco voy a ser muy estricto contigo en eso, no voy a limitarte a no comer lo que te gusta solo para mantener un "peso adecuado", lo importante es estar bien con uno mismo, a la gente le interesa el aspecto físico porque son superficiales más no piensan si hacen sentir mal a la otra persona, yo tenía sobrepeso en mi infancia, en la adolescencia tenía unos cuantos kilos de más no era como si estuviera muy gordo pero la gente es algo cruel y siempre se meten con el aspecto ajeno, nada los pone contentos créeme, no dejaré que alguien quiera lastimarte con sus horrendos comentarios, eres libre de hacer lo que gustes sin limitar tu felicidad, lo siento si hablé mucho— éste rascó su nuca algo avergonzado la pelinegra negó, Eren era bastante sabio y demasiado sincero, así lo recordaba hace algunos años.

—Eres... Eres muy fuerte y valiente... los humanos son difíciles, no los entiendo pero... tu tampoco, uhhh... eso nos hace distintos— se levantó de aquel tronco dejando aquel plato con la comida casi terminada para caminar hasta el castaño, sentarse en la arena y abrazarlo.

—¿Sabes Mikasa?, ya quería un abrazo, y te dije cosas que creo que no te importan pero como quiero llevarme bien contigo lo hago de todas formas, al menos no estoy solo quién sabe que me hubiese pasado, tal vez me habría vuelto loco en esta isla, gracias por escucharme en este tiempo que llevamos juntos— éste correspondió el abrazo mientras acariciaba sus largos y delgados cabellos negros que brillaban bajo el sol dorado de la tarde.

—Todo sobre ti es importante para mi... me importas mucho... ¿Yo te importo?— preguntó curiosa mientras el castaño seguía tocando su larga cabellera.

—Claro que si, por eso veo por tu bien en lo que nos rescatan, tal vez nos lleve meses o años pero estaremos bien, Mikasa... no me dijiste tu edad supongo que no sabes cuantos años tienes, luces de 21 o tal vez seas más vieja que yo, bueno es una suposición no te estoy diciendo anciana tampoco pero si es así pues me haz ganado en juventud porque si eres mayor pues no se te nota para nada de hecho—

— Ummmm... no sé, ummm... no sé — dijo avergonzada y era obvio que su especie no sabría su propia edad, hasta él dudaba de cuantos años podía vivir una Sirena ya que en lo que había leído de libros siempre decían que vivían 300 o 400 años pero tal vez vivían menos si es que un tiburón no las comía o un humano no las matara.

—Bueno, hasta ahora sé de qué luces como entre 19 y 20 pero no sé si tal vez tengas hasta 40 y no se te noten realmente, es gracioso pero creo que su especie tarda mucho en envejecer y más si está en el agua, tu especie es tan interesante que he tenido una duda, Si son híbridos entonces viven casi lo mismo que un humano solo que pueden vivir un poco más si están en el agua ya que el proceso de envejecimiento es mucho más lento cuando están en su hábitat natural y al estar en tierra firme por mucho tiempo su proceso para envejecer es como la de un humano ya que es una consecuencia de usar sus piernas, no sé si sea esto cierto pero si llega a serlo eso significa que tú puedas vivir incluso más que yo en tu estado natural en tu hábitat, eso significa que yo voy a morir antes que tú, sin duda es demasiado interesante— aquella pelinegra se sorprendió a lo que le había dicho, no quería que él muriese tan solo de pensarlo se le apachurraba el pecho y quería llorar.

—No mueras, No mueras, Te amo— ella apretó más a aquel castaño en el abrazo mientras soltaba lágrimas y lágrimas, no quería volver a perderlo, fue un milagro que lo había encontrado después de demasiados años y para su casi desgracia a punto de morir ahogado, no iba a soltarlo tan fácil ahora.

—Mikasa... creo que eso es algo natural que a todos nos pasa, tenemos que morir en algún instante, algún día me veras más viejo y arrugado, como una pasa humana, no sé si hayas visto a adultos mayores en los cruceros pero así me voy a ver yo en unos años— soltó una risa suave.

—Luzcas como luzcas voy a amarte igual— dijo entre lágrimas, éste suspiró algo pensativo, ¿Podría dejar en claro sus sentimientos hacia ella?, no quería aferrarse a una Sirena, no era por el hecho de que fuesen malas si no porque el amor las podría matar a ellas, morir de amor era algo de locos pero que en la literatura clásica como en Romeo y Julieta era algo crudo de ver, y en la vida real pasaba pero de unas formas más grotescas y más desquiciadas posibles, después de todo vivía en Estados Unidos, un país donde podías ver a un loco desalmado con una metralleta amenazar con hacer una masacre en cualquier momento.

Soltó un suspiro, aquella Sirena era demasiado firme con sus emociones, no quería herir sus sentimientos y tal vez estaba mejor sin decir nada hasta que fuese el momento adecuado para decirle la verdad. También estaba teniendo sueños muy raros frecuentemente donde estaba en un lugar que no conocía e incluso que veía a la pelinegra entre sus sueños, era confuso pero tenía que aclarar aquellas dudas con algún especialista, hasta hora quería irse a casa, esa isla era un refugio pero no sabía si su cordura seguiría intacta después de todo.

Otro capítulo más 😘😘😘 no amigas todavía no voy a narrar sexo 😜😜 aquí no es Eren fukboing 🥵 les dejo un fan art de twitter de Eren soft

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Three feet to touch the underworld   [AU EM] [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora