Capitulo veinte: "¿Nueva vida?"

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Venecia Italia, 13 de Marzo de 1938

Aquella chica rubia caminaba plácidamente por aquel pueblo mientras llevaba consigo un canasto con cosas que servirían para cocinar al llegar a su hogar, era un desafío ir dos veces por semana ya que caminaba mucho e incluso aquel viejo mayordomo que vivía en la casa le ofrecía llevarla en auto, aquel auto clásico que aquel hombre de cabellera negra había comprado para llevarla de paseo, desde que llevaba viviendo allí dos años aquel hombre había cambiado su actitud, se había vuelto más alegre, enérgico, cariñoso, atento y sobretodo responsable, algunas mujeres del pueblo veían a aquel hombre ahora bien vestido y siempre dedicaban su mirada a la rubia que se sentía sofocada por las miradas de mujeres envidiosas ya que ella poseía la riqueza que ellas deseaban y no presumía ningún tipo de lujo ya que por vivir toda su vida en la supervivencia en el mar nunca en su cabeza se le había pasado la palabra "Avaricia", había aprendido algo de esa palabra pero no la entendía del todo ya que para ella el Ser humano era demasiado complejo de entender y esa palabra abarcaba la rama política y burguesa en una persona, de la más vulnerable a la capaz de controlar a otro individuo a su gusto.

— Señorita Annie, un gusto verla otra vez— expresó aquella mujer de pecas y cabello corto y castaño que se encontraba vendiendo verduras en aquel puesto, la chica siempre portaba aquella vestimenta masculina, una camiseta blanca básica, unos pantalones holgados color azul oscuro y unos tirantes de color rojo, con una sonrisa resplandeciente.

—Hola— dijo tímida, aquella mujer era muy buena con ella, era su primera amiga, según aquel concepto que le habían enseñado, ya había aprendido a leer y a escribir, podía valerse por si misma en aquel pueblo.

— ¿Cómo va por allá?—

—Ummm... supongo que bien— soltó una risilla mientras abría su canasto para colocar la fruta y verduras que se le habían entregado en aquella bolsa de papel.

— ¿Segura?— la rubia asintió, no tenía problemas con nadie a su alrededor o eso pensaba ella, ya que aquel grupo de mujeres mercaderas siempre la recibían con sus mejores sonrisas hipócritas, de eso aquella chica de pecas se había dado cuenta, ya que vivir con alguien privilegiado era un sueño que muchas personas quisieran tener.

—Si, quise ir a comprar cosas para cocinar... uhmm... casi no me dejan salir por... — la rubia agachó su mirada avergonzada mientras se tocaba el estómago o por debajo de él.

—Si... Cuatro meses ya es un avance realmente, mi mamá siempre me decía que yo era una molestia en su vientre, pero cuando nací me cuidó, yo destaqué entre mis hermanos fastidiosos y me crié con disciplina y rudeza, tanto que a mis 22 años algunas mujeres me confunden con un chico, no es es que no me interesen las chicas pero ya sabes, todas quieren a un esposo ejemplar y te envidian porque te sacaste la lotería con el segundo hombre con más dinero en la ciudad, nunca se fijarían en mi — fingió dramatismo ante aquellas palabras.

—Yo se que algún día encontrarás a tu persona indicada— dijo aquella rubia sonriente.

—Gracias Annie, realmente eres un amor de persona— se tocó el pecho conmovida porque aquella rubia nunca la juzgó por sus preferencias, si no que le daba consejos de vida y filosofía era como si esa chica se tragase una enciclopedia, ya que su manera de hablar y su lenguaje era muy sofisticado y daban mucho de que hablar con su clase social.

— ¿Cuanto te debo? — dijo la rubia mientras sacaba su monedero para pagarle a aquella chica de pecas.

—No es nada linda, considéralo un regalo mío por tu gratitud en ayudarme hace meses atrás donando dinero para las cosechas de mi familia, también por tu espera, serás una gran madre — guiñó mientras se despedía la rubia caminó tocándose el vientre, era la primera vez que tenía esas sensaciones de ser madre, nunca había tenido una familia como ella lo recordaba, estaba feliz en tener un bebé dentro de ella, según aquel mayordomo le explicaban con libros de embriología humana, anatomía y maternidad.

Three feet to touch the underworld   [AU EM] [CORRIGIENDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora