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—¡Detente!—Baekhyun sollozaba y gritaba para que su hermano dejara de comportarse de esa manera tan loca—¡Kai detente!—gritó por última vez lanzándose a él, lo abrazó por la espalda y lo apretó con todas sus fuerzas—por favor...podemos hacer de cuenta que nada de esto pasó...volvamos a ser como antes...todo será igual...

—¡Sueltame!...¡Nada es igual!...¡Nada podrá volver a ser igual!—forcejeó por un rato pero al ser realmente consciente de que su hermano menor sufría se detuvo, suspiró hondo y se dejó caer de rodillas en el suelo.

Baek le dio una última vista a la habitación, los muebles estaban desacomodados y los adornos en el suelo, los cuadros rotos e incluso un moretón palpitante en su mejilla.

Kai insistió en regresar antes de la reunión y por no dejarlo solo, él decidió acompañarlo. Sin embargo en cuando cruzaron la puerta perdió el control, comenzó a maldecir y a gritar cosas sin sentido, al intentar razonar con él sobre el asunto todo empeoró, ambos se gritaron hasta llegar a la habitación del mayor, ahí para evitar que entrara lo golpeó y posteriormente comenzó a lanzar y romper todo lo que encontraba a su paso, Baek supo que en realidad sentía una gran pena, su hermano nunca se había comportado así.

—Jongin...—susurró comenzando a levantar los restos de las cosas que se habían roto, de vez en cuando se frotaba los ojos para dejar de llorar—es duro...duele...—se hincó frente a él y dejó todo a un lado—pero si en verdad lo amas...debería hacerte feliz que consiga a alguien para amar...de esto se trata la vida...si te quedas en un rincón llorando creeme que a nadie va a importarle, por mucho que la familia te procure...la verdad cruel es que el mundo no va a detenerse por tu sufrimiento, hay personas que la pasan mucho peor que nosotros y aun así salen...—suspiró suavemente —eres mi hermano...me lastima que te sientas tan mal. Pero desgraciadamente no hay nada que se pueda hacer, Taemin ya tomó su decisión.

—Baekhyun...—levantó la mano para acariciar la mejilla golpeada y solo lo atrajo para abrazarlo, por un momento volvieron a ser los niños pequeños que peleaban por sus juguetes pero momentos después lloraban abrazados y sintiendo culpa por haberse ofendido—eres...y siempre fuiste mi primer amigo en el mundo...te preocupas tanto por mi, eres mi cómplice de tantas locuras...y aún así fui capaz de lastimarte...escucho todo lo que me dices pero simplemente no puedo entenderlo. Lo amo Baek...lo amo tanto que estar cerca de él hace que se me queme el alma.

—Si las cosas son así, no me queda más que aceptarte...tal y como seas...con lo que sea que pienses...ahí estaré...pero...no hagas algo tonto ¿si?...quedate tranquilo...quizás tarde o temprano vas a entender que todo está mejor así—hizo un puchero apartándose un poco para ver el desastre—no me importan los golpes...siempre sanan...lo que importa ahora es limpiar, seguro Omma va a golpearnos peor cuando regrese.

Kai sonrió con ternura, su hermano siempre había sido así, se preocupaba demasiado por lo que los demás pudieran sentir o por las consecuencias de cualquier acción. Lo vio levantarse y seguir recogiendo el desastre, entonces se le unió.

Dejaron la habitación como nueva después de tirar todo lo que estaba roto o había dejado de servir entre la pelea. Y después de ponerse una enorme capa de maquillaje, Baekhyun cocinó ramen para los dos.

Kai lo miró todo ese tiempo tratando de descifrar que era lo que realmente quería hacer, su corazón estaba dividido, no quería decepcionar a su familia, pero tampoco podía permitir que Taemin se alejara por completo esta vez y lo dejara sin más opciones que una amistad.

La semana pasó tranquila, Wook y Yesung no se dieron cuenta de la pelea que sus hijos habían tenido y de hecho Kai de comportó bien, demasiado mejor de lo esperado. Nadie miraba nada extraño en él y todos supusieron que las ideas de quedarse con Tae por fin se le habían olvidado.

Sin embargo Kai planeaba algo más grande, sólo buscaba los medios.

—¡Yesung ve a abrir!—Wook pelaba algunas papas para hacer la cena cuando la puerta comenzó a ser tocada con fuerzas— demonios...hay un timbre...—su mayor no respondía así que él se levantó, se limpió las manos en el mandil que llevaba puesto y abrió, tragó saliva de inmediato al ver a aquel hombre canoso parado frente suyo—Padre...

—Ryeowook...—le dio una vista rápida de arriba abajo, poco después soltó una risa burlona—¿dejaste a tu familia y tu estatus en la sociedad para convertirte en esto?...mirate, te vez tan lamentable...tu ropa está gastada...estás despeinado...subiste de peso...¿a caso ya no disfrutas vivir?

—También estoy feliz de verte padre...¿quieres un café?—hizo un puchero tratando de guardarse las ganas de llorar.  Ryeowook pertenecía a una familia bastante poderosa y de renombre antes de casarse con Yesung. Sin embargo renunció a todo cuando era un jovencito por quedarse al lado de la persona que más amaba. Desde entonces su familia no hacía nada más que enviarle regalos con la finalidad de humillar su estilo de vida sin demasiados lujos. Era cierto que se había descuidado por permanecer fiel a sus hijos y esposo pero no le molestaba para nada, él era feliz. Nunca habían llegado tan lejos como para visitarlo, esto debía ser importante.

—No gracias...no sé de que tipo de mercado pudiste haberlo sacado...—al entrar, un par de personas más entraron tras ellos, el hombre sacó su pañuelo para colocarlo extendido en el sillón, y así sentarse sobre él.

Wook se sentó frente a él, suspiró tratando de encontrar las palabras adecuadas y cuando por fin iba a hablar, Yesung apareció en el pasillo.

—Señor Kim...—su voz era fría, ellos no se llevaban bien, era de suponerse pues por él su hijo se había ido. Yesung también pertenecia a una familia poderosa pero no tanto como la de su esposo, tenían lo suficiente para vivir cómodamente sin mucho esfuerzo pero Wook de negaba a tener ese tipo de vida y educación para sus hijos. En ese mundo del poder, entre más tenías, menos libertad te quedaba.

—Yesung...—rió levemente —¿cómo puedes permitir que tu esposo se vea de una forma tan deplorable?...¿lo engañas a caso?

—Mi esposo para nada es deplorable...es el ser más hermoso que he visto y veré...—se paró a su lado y lo abrazó contra su estómago, Wook se sonrojó de golpe, incapaz de responder.

—El amor de los jóvenes es tan lindo...—rió—el problema aquí es que ya no lo son...Ryeowook tienes casi 40 años...¿haz pensado en qué vas a hacer cuando uno de tus hijos tenga que heredar la empresa?...

—¿Qué?...

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