◉Apologize◉ ❀Super Junior◍Shinne◍EXO❀

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A pesar de que a su vida no le faltaba nada, Baek no estaba conforme con que le dieran todo porque si, así que desde hacía ya un año había estado trabajando en una tienda de ropa del centro.

Si bien ese día habia iniciado de lo más normal, a eso del mediodía comenzó a sentirse extraño, como si alguien lo estuviera vigilando.

-Baek...¿Estas bien?...-una de sus compañeras se acercó a el y tomo su hombro, el menor estaba tan metido en sus pensamientos que dio un salto asustado-se que aun estás pensativo por lo de tu hermano...pero...¿porque no te das un respiro?...cierra los vestidores un momento y entra a descansar, estará todo bien.

En realidad Baek no pensaba en su hermano, o al menos no del todo. Pensaba en todas las cosas horribles que Lay le había obligado a hacer los días anteriores y eso no lo dejaba concentrarse bien en su trabajo, además hacia mucho que su salud no andaba nada bien. No se negó ante el ofrecimiento y entró a los vestidores, sentándose en la banca de uno de ellos para descansar un poco, soltó un suspiro y viendo su reflejo en uno de los espejos comenzó a sollozar.

-Eres una perra sucia...-susurró repitiendo con odio las palabras de su mayor-todo esto pasa porque te lo mereces...-se golpeó la mejilla con fuerza, dejándose caer al suelo para abrazarse y llorar.

El día pasó como todos los hacían, era demasiado monótono, y siempre al salir tenía que encontrarse con Lay, si llegaba a faltar a su "cita", él mismo iba a buscarlo hasta su casa y quería evitar sobre todo que sus padres sospecharan algo. Subió al auto que lo esperaba mientras trataba de contener sus náuseas y aquel hueco en el estómago que empezaba a crecer.

-Joven...¿Por qué no le cuenta a alguien sobre lo que le está sucediendo?...-habló el chofer mientras avanzaban, él había sido testigo de todo por tanto tiempo y sentía una enorme impotencia al no poder hacer nada.

-Todo estará bien...ya te lo he dicho...-fingió una sonrisa-no te preocupes más por mi...si Lay se entera podría despedirte y necesitas esto para tus hijos...-el hombre no respondió nada más, sólo se resignó y lo llevó hasta el lugar, casi siempre era en hoteles pero esta vez estaban en su casa. Bajó del auto sintiendo el sudor frio recorrerle el cuerpo, se sentía muy mal realmente y aunado a los nervios empeoraba. Entró encontrándose con todo apagado, caminó un poco hasta que alguien lo aprisionó por detrás, conocía perfectamente ese perfume así que en cuento pasó, cerró los ojos y tragó saliva-b...buenas...noches...

-Buenas noches Baek...esta vez quería traerte aquí para que te sintieras un poco cerca de casa...ya sabes...más cálido...-acarició su cintura y apretó sus caderas para pegarlo a si mismo.

-Lay...no me siento muy bien...¿podríamos sólo posponerlo por hoy?...en serio...te lo ruego...-quiso apartarse sin hacer demasiada fuerza para no molestarlo.

-¿Posponerlo?...dime algo Baek lindo...¿Cuándo me ha importado lo que tu sientas?...

-N...nunca...-respondió cerrando con fuerza los ojos en cuanto sintió que su ropa desaparecía poco a poco y el frio pegaba contra su piel.

-Correcto...así que sube a la habitación...y sabes exactamente que es lo que debes hacer...anda...-besó su cuello, dejando que se alejara y subiera entre la oscuridad.

Una vez que estuvo arriba se sentó en la cama a esperar en completo silencio, tenía ganas de llorar pero el mareo que sentía se lo impedía. Lay llegó poco después y lo tomó por la barbilla, comenzando a besarlo despacio, incluso Baek se quedó sorprendido, el beso siguió avanzando, recostándolo poco a poco, justo cuando estaba a punto de responder, un dolor punzante se clavó en su vientre y en sus caderas, haciéndolo soltar un pequeño grito.

-¿Que demonios?...no estoy haciéndote nada...-Lay se apartó de inmediato para mirarlo hacerse bolita mientras se quejaba.

-¡Esto duele mucho!...L...Lay ayuda...-gimió de dolor estirándose un poco, las punzadas iban en aumento y poco después Lay se dio cuenta de que las sabanas debajo suyo empezaban a humedecerse de rojo.

-¿¡Que carajo está pasando aquí!?...-casi gritó alejándose al ver la sangre- ¡Baekhyun! ¿Qué ocurre?...-frunció el ceño sacando su teléfono para llamar a urgencias- mierda...-el menor ya no respondió nada, simplemente siguió llorando y quejándose hasta que los paramédicos llegaron y lo subieron a la ambulancia, todo le daba vueltas y también tenía unas ganas de vomitar horribles así que no pasó mucho tiempo antes de que perdiera la conciencia por completo.

Algunas horas y muchos sobornos después, Lay se mantuvo esperando y mirando a Baek dormir aún por la anestesia, gruñía y maldecía de vez en cuando hasta que por fin despertó y lo miró con los ojos llorosos queriendo saber que era lo que había ocurrido.

-Todo se solucionó ahora...no tienes de que preocuparte, vas a quedarte aquí hasta mañana y después puedes irte a casa...te daré un descanso de una semana para que te recuperes...después las cosas seguirán igual e irás conmigo todos los días...

-Pero...¿Qué fue lo que pasó?...¿Por qué no me lo dices?....no entiendo nada, por favor...

-Tuviste una hemorragia causada por no tener una buena nutrición, ni cuidados y por los esfuerzos durante el embarazo...

-¿Embarazo?...-un sudor frio le recorrió la espalda al escucharlo y sus ojos volvieron a llenarse de lágrimas- ¿estoy embarazado?...-apenas si podía oírse su voz por el llanto.

-No, no lo estás...después de la hemorragia te estabilizaron pero no puedo permitirme tener un hijo con alguien como tu así que te hicieron un legrado, sólo necesitas descansar un par de días y después puedes volver a tu vida normal-escuchó como su llanto incrementaba hasta el punto de casi gritar.

-¿Porqué?...¿porqué lo hiciste?...-jadeó.

-Considéralo un favor...cuando te lo dije no parecías muy emocionado o feliz de tener un hijo mío...

-Pero debiste consultarlo conmigo primero...es mi cuerpo...era mi hijo...

-Baekhyun cierra la boca, lo hecho hecho está...y no hay nada que hacer...no quiero un maldito hijo con un inútil débil y traicionero como tu...nadie querría que una persona así le diera un hijo...

Baek sintió que todo el mundo se le iba encima en ese momento, no tenía ninguna oportunidad ante ese tipo, no podía ni siquiera pensar en nada, se metió en las mantas y volvió a hacerse bolita, esta vez empezando a llorar contra ellas.

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