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—¿Puedo ayudar en algo?—pregunté asomándose a una de las oficinas de la planta baja.

Allí Namjoon y Jin estaban discutiendo señalando las hojas esparcidas en la mesa. Jin miró en mi dirección y se quitó las gafas de los ojos.

—Perdona, ¿qué dijiste?

—Que si puedo ayudar—dije con un suspiro.

Jin parecía confuso por mi aportación. Llevaba cuatro días allí encerrada tras el incidente de Jungkook y este aún no debía levantarse de la cama. En cuanto llegaron a la mansión unos médicos se encargaron de curar y dejar como nuevo a Jeon, debía estar en absoluto reposo una semana y por eso yo seguía aburrida caminando por la mansión sin destino fijo.

—Claro, siéntate—dijo Namjoon volviendo la mirada a los papeles de la mesa.

Miré estos percatándome de que era prácticamente el trabajo que hacía con mi hermano menor. Agarré unos cuantos y arrebaté el bolígrafo que acababa de dejar Namjoon en la mesa. Agarré la calculadora al recordar que mi móvil estaba en mi mansión en la mesita. Comencé con laa cuentas y a comentar con ellos algunos puntos de aquella gran cantidad de dinero. Realmente hacían bien su pequeño negocio ilegal.

—¿Coméis o no?

Taehyung se asomó con su sonrisa de siempre. Me levanté hambrienta y salí hablando sobre la película que vimos el día anterior. Me senté junto a él y me percaté que eran seis sin contarme, Jungkook seguía arriba en la cama. Comí rápido y corrí a la cocina para llevarle su comida.

En esos cuatro días había estado muy al pendiente de él, había desarrollado un apego a mi secuestrador bastante importante a decir verdad. En aquella salida me demostró varias facetas de él que no me esperaba para nada.

Toqué a la puerta dos veces, escuché su gruñido de molestia y me lo tomé como un: "pasa". Sonreí al verlo tumbado a oscuras con el brazo sobre su rostro tapando sus ojos. Me senté en el borde de la cama con el plato de pasta en mis manos. Jungkook no reaccionó, seguía en la misma postura.

—Tienes que comer.

—Sal...—susurró casi sin mover sus brillosos labios.

—No hasta que no te lo termines—dije dejando el plato en la mesa.

Este deslizó su brazo para dejar a uno de sus ojos poder verme. Tenía la vista cansada, debía dormir boca arriba y seguramente era incómodo.

—¿Eres mi madre ahora?

Rodé los ojos al escuchar ese tono ronco y frío habitual. Me levanté de la mesa y abrí las cortinas.

—Hacía unos días me odiabas—dijo incorporándose ligeramente.

Tenía razón, hacía un tiempo quería asesinarlos a todos y quedarme con el puesto de mi padre. Actualmente estaba bien en esas paredes, me sentía segura.

—Me trasmites seguridad.

—No debería—susurró cogiendo el plato—No bajes la guardia.

Miré confusa a este. Me senté en su escritorio sin quitar la vista de él.

—No todo es como piensas—dijo masticando los macarrones.

Levanté una ceja ante sus palabras, me ocultaban algo grande por lo que pude entender.

—Estás aquí viva por algo, y nosotros te mantenemos distraída por algo.

—¿Por qué me lo dices?—pregunté bajando del escritorio.

Era igual de sospechoso el cambio brusco de querer matarme a mantenerme con vida como que me recordara todo eso cuando el plan era que estuviera distraída. Él simplemente sonrió mirando su plato, levantó la vista y su mirada cambió radicalmente a una seria y fría.

—No hagas tantas preguntas, a Daddy no le gustan las preguntas—dijo echando hacia atrás esos cabellos levemente rizados de su rostro.

Ya empezaba de nuevo con ese jueguito de Daddy y babygirl, lo peor es que estaba empezando a ceder.

—Babygirl es muy curiosa y Daddy no tiene paciencia—pinchó unos macarrones mirando el plato.

—Pero-

Levantó la vista callándome al instante. Suspiré sentándome en la silla pensando en lo que me había dicho. Su mirada estaba fija en su comida, parecía tranquilo a pesar de esas indirectas que me acababa de mandar. Cuando terminó la comida me levanté a agarrar su plato, accidentalmente metí el dedo pulgar dentro del plato manchándome del tomate de la salsa. Hice una mueca de asco y cambié de mano asegurándome de no volver a mancharme con la otra. Jungkook agarró mi muñeca izquierda y acercó mi dedo manchado a sus labios, lamió este sin quitar la mirada de mis ojos. Me sonrojé por su acción al instante, acababa de lamer mi dedo como paleta de caramelo y aún seguía haciéndolo.

—Eres torpe—relamió sus labios.

—No me toques—dije alejando la mano con brusquedad.

Una sonrisa ladina apareció en su rostro.

—Te dije que te olvidaras de tu orgullo conmigo, babygirl.

Me di la vuelta y salí de la habitación completamente roja, tanto de vergüenza como de ira, ¿No iba a dejar ese juego de daddy y babygirl! Me negaba a someterme a él.

Bajé con el plato en mi mano insultando al idiota de Jungkook todo lo que podía.

—¿Y ese mal humor?—preguntó Jimin antes de subir las escaleras.

—Me habla en clave y luego hace cosas raras diciéndome Babygirl y llamándose Daddy en tercera persona, es irritante.

Jimin rió apoyándose en la pared.

—Lo que dijeron los mayores no parece broma, ¿Tan raro está contigo?

—¿Acaso no es así siempre?

—Distante y cortante sí, pero contigo es diferente, ¿Os conocíais de antes?

—Hace cuatro años nos tatuamos lo mismo...

Jimin parecía asombrado de lo que acababa de escuchar. Sonreí como estúpida mirando el suelo tratando de evitar contacto visual. Compartía tatuaje con un lindo mafioso con complejo de Daddy...

—¿Por qué sigo viva?

—Porque nos conviene y el gruñón de arriba no nos deja poner un dedo encima de ti.

¡Además estaba en modo posesivo? ¿Qué le pasaba a ese chico?

—¿Os conviene?

Jimin siguió su camino sin responder mi pregunta. Resoplé y proseguí a dejar el plato en la pila de la cocina. Después, aún dando vueltas a las palabras de Jungkook, me dirigí a la oficina donde ayudé a Nam y Jin para agarrar unos anillos que dejé por accidente. Antes de abrir la puerta me distraje al escuchar de dentro salir un grito.

—¡Hay que matarlo! Te estás olvidando del objetivo.

—No grites Hoseok, ya sé que hay que quitarnos de en medio a Jung; por algo sigue su hija por nuestros pasillos.

—¿Y qué haremos con ella?

—Ya hablamos de esto, el menor decidirá su destino tras la muerte de su padre. Ahora mismo hay que mantenerla aquí, es la mente de su imperio y fallamos en deshacernos de ella...

Namjoon, Hoseok, Taehyung...los tres estaban hablando de la muerte de mi padre y mi futuro...

Todos me estaban usando.

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora