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Me encerré en la habitación y me metí en la cama. Estaba a oscuras, la ventana estaba abierta dejando entrar una brisa ligera que movía las cortinas. Me encogí en mi desecha cama y comencé a pensar en las palabras de mi hermana y los hechos que habían ocurrido. No sabía nada de los chicos, solo sabía que casa no tenían ahora mismo pero, lo que me preocupaba no era donde iban a dormir... más bien si estaban sanos y salvos. Jungkook aún tenía movilidad reducida por su herida y los demás seguramente hubieran priorizados los documentos, recuerdos o videojuegos si hablamos de Taehyung. Mordí mi labio pensando que eso ocurrió por mi culpa. No debí haberme ido como lo hice, los extrañaba tanto que hubiera preferido haber seguido siendo su juguete allí que el juguete de mi padre.

Cuando quise darme cuenta unas lágrimas cayeron por mis mejillas. Recuerdos sueltos de Jungkook mirándome o sonriéndome me vinieron a la mente hasta el punto de provocarme cierto hipo de tanto llorar.

—Te mereces sentirte como una mierda.

Levanté la cabeza al escuchar esa voz que llevaba tanto sin escuchar. En la ventana, una figura a contraluz se podía divisar. Un pequeño recuerdo me vino a la cabeza, el día de mi secuestro.

El cuerpo entró a mi habitación con las manos dentro de sus bolsillos.

—¿Jungkook?—dije sorbiendo mis mocos.

—Jeon, no quiero que me vuelvas a llamar por mi nombre.

Me había dolido, en mi pecho sentí un pequeño pinchazo.

—Vine a por el casco que me robaste, con eso podré ayudar a los demás s pagar la nueva casa.

Se acercó a mi cómoda, donde residía el casco que me llevé el día que escapé. Me levanté con rapidez de la cama y agarré la muñeca de Jungkook antes de que consiguiera alcanzar el casco.

—Yo-

—No me importa—dijo evitando mirarme a los ojos.

—¡A mí sí!—grité tratando de llamar su atención.

Sus ojos oscuros fueron directos a los míos, seguramente rojos de llorar.

—Lo siento.

—Yo también, no debí confiar en ti—dijo con esas palabras afiladas.

Sentí otro pinchazo que me hizo soltar algunas lágrimas por mis ojos de nuevo.

—Te fuiste de allí y por tanto de mi vida.

—Me secuestrasteis primero vosotros—dije evitando que con la otra mano agarrara el casco.

Jungkook sonrió ligeramente mirando mis manos en sus brazos. No tenía tanta fuerza como él, con el mínimo tirón se zafaría de mí fácilmente.

—Me usasteis—dije casi en un susurro—Me estabais usando, fingiste para distraerme, me mentisteis todos—dije mirando al suelo al notar como mis piernas flaqueaban.

—No fingí nada, Raewen—dijo con su voz grave—Pero tú sí te fuiste sin decir nada.

—Pensé que tú...

—Es fácil malinterpretarme, nunca saben en qué pienso por lo que estoy acostumbrado a estar solo pero, estar contigo me llenaba ¿sabes?—rió dolorosamente causándome un dolor en el pecho indescriptible.

—Me arrepentí de irme, de dejarte allí; te extrañé—dije levantando la mirada a sus ojos.

Este hizo un movimiento de muñecas acabando agarrando las mías. Acercó su rostro al mío hasta que nuestras frentes chocaron con la del otro mezclando nuestras respiraciones. Una ola caliente hundió mi cuerpo tras ver aquella pequeña sonrisa en su rostro.

—¿Puedo decirte un secreto?—susurró mirándome fijamente a los ojos.

No respondí, no podía, mi cuerpo estaba inmóvil. Mi estómago parecía una lavadora y mi mirada parecía clavada en la suya y no podía apartar los ojos de él.

—Yo te extrañé más—dijo ladeando la cabeza.

Cuando me quise dar cuenta sus labios ya estaban sobre los míos. Sus suaves labios se separaron tras un par de segundos antes de volver a chocar y comenzar un movimiento que no pude rechazar. Sus manos soltaron mis muñecas dejándome con total movilidad de brazos, llevé estos a su cuello al notar los suyos en mis cintura. Cerré los ojos y me acerqué a él todo lo que pude demostrando así todo lo que le había extrañado. Mi cuerpo estaba reaccionando solo ante sus roces, sus manos escabulléndose bajo mi camiseta del pijama me causaba un revoltijo en el estómago además de unos escalofríos y jadeos constantes. Sus manos siguieron subiendo hasta la zona alta de mi espalda, bajó de nuevo sus manos y se separó del beso con la respiración agitada.

—Creo que Daddy quiere jugar—dije entrecortada.

Jungkook sonrió y echó su cabello hacia atrás al escucharme decir eso.

—¿Y tu orgullo?—preguntó besando castamente mi cuello.

Ladeé la cabeza con los ojos cerrados disfrutando de esas sensaciones nuevas para mí.

—Puedo dejarlo de lado un rato—dije entrelazando mis dedos con su cabellera.

Sentí sus manos en el borde de mi camiseta y como iba subiendo esta. Me la quitó de un tirón hacia arriba y se alejó unos pasos. Su mirada fue de abajo arriba deteniéndose en mi pecho unos segundos; no llevaba sujetador por lo que mis brazos estaban tapando todo lo posible. Se acercó a mí y alejó mis brazos de mí.

—No te tapes—susurró, respiró en mi oreja unos segundos antes de bajar sus besos por mi clavícula.

Sus brazos me despegaron del suelo obligándome a abrazar su cuello y cintura. Me dejó sobre la cama con cuidado, se quitó la camiseta negra dejándome ver sus bien trabajados músculos y se dejó caer sobre mí apoyándose en sus brazos. Besó cada centímetro de piel que podía ver hasta llegar a mis pechos.

—Daddy no puede esperar a saborear cada parte de ti—dijo contorneando con la lengua sus labios.

—Jungkook yo-

Besó mis labios pasionalmente.

—Daddy, soy virgen y-

—Trataré a mi Babygirl como se merece—dijo besando mi mejilla.

Me sonrojé de inmediato solo al ver su pequeña sonrisa, se veía demasiado lindo y sexy a la vez. Gemí al sentir su lengua en mis pezones, la mano izquierda de Jungkook comenzó a jugar con uno de mis botones mientras su lengua jugaba con el otro.

Se alejó de la cama y comenzó a deshacerse de sus botas negras y de su cinturón sin dejar de mirarme lujuriosamente.

Nunca pensé que sentiría tantas cosas hacia él y mucho menos que me olvidaría de mis principios.

Miré como se quitó los pantalones cargo y busqué con la mirada el tatuaje que teníamos en común. Sonreí al verlo en su lado derecho. Jungkook se acercó a mí y deshizo el nudo de mi pantalón de deporte con el que dormía. Besó bajo mi ombligo y tiró de los pantalones. Pasó su mano por mi pierna izquierda y bajó la tira de mi ropa interior para ver con claridad el tatuaje. Se quedó acariciando este unos segundos.

—Supuestamente debía matarte en cuanto llegara contigo a la mansión, pero vi el tatuaje y no fui capaz...

Me sonrojé ligeramente al recordar cuando me vio en ropa interior.

—¿Te arrepientes de algo?

—De haber huído.

—Yo de no pedir tu número tras el tatuaje—dijo despeinando su sudoroso pelo.

Besó mis labios de nuevo con lengua, pasional y rápido. Se alejó sin dejar de mirar mi rostro.

—Te ves tan bien cuando estás hecha un desastre por mí...

Besó mi frente.

—Deberías de apartar tu orgullo a veces.

Rocé con mi mano su gran erección causándole un ronco gemido.

—No me tortures más—dije pasando las manos por su torso.

—No lo haré...

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora