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Estuve escuchando a escondidas las conversaciones y reuniones de los chicos durante una semana más. Realmente me tomaban todos por idiota, y yo peor aún, había creído que había encontrado un buen lugar en el que estar.

Abrí la puerta con aquel mal humor que había demostrado durante los últimos días. Jungkook, ya recuperado, parecía estar buscando algo en la habitación. Ignoré su existencia y le agarré una goma de pelo de la mesa.

—¿Te pasa algo?

No contesté. Él me había decepcionado aún más que los demás... Pensé que por fin tenía a alguien que se preocupara por mí pero al parecer, solo era para mantenerme distraída y que no quisiera irme con gran urgencia...o eso escuché de su boca el día anterior: "Claro Nam, cumplo mi parte a la perfección. No creo que quiera irse si sigo tratándola como lo hago, la tengo bajo control; podéis seguir con el plan con tranquilidad".

—Te estoy hablando, no me gusta que me ignoren.

Todas esas pequeñas sonrisas o comentarios en aquella salida eran falsos, solo quería que me prendara de él y no quisiera salir de allí pronto...era el peor de todos.

—¿Por qué lloras?

Efectivamente, mis propios pensamientos negativos me estaban provocando aquellas lágrimas que ahora bajaban por mi rostro. Me limpié rápidamente el rostro con la manga de la sudadera que él me había prestado. Agarró mis muñecas alejando mis brazos de la cara y mirándome fingiendo esa preocupación que llevaba mostrándome todo ese tiempo que estuve allí.

—No es nada—dije tratando de zafarme de su agarre.

—Vayamos fuera, necesitas despejarte.

Él acababa de llegar de hacer una de esas entregas ilegales y tenía la tarde libre por lo que tenía entendido. Asentí lentamente mirando a la ventana, podría ser mi oportunidad de irme de allí; alejarme de aquella casa igual o más hipócrita que la mía.

Jungkook me dedicó una sonrisa tierna, no era para nada su estilo. Agarró unas llaves y me indicó con la cabeza para salir. Solo tendría una oportunidad para salir por patas de allí y debía aprovecharla lo mejor posible.

—¿A dónde vais?

—De paseo, ¿Queréis algo?—preguntó Jungkook sin siquiera mirar al sonriente Taehyung.

Este me saludó con efusividad, hacía días que evitaba hablar con él; también trataba de distraerme con las fabulosas películas.

—No, nada...

Parecía sospechar de mi cambio drástico de personalidad. Se me había olvidado quién era y quién eran ellos y eso había desembocado en aquel sentimiento de decepción. Salí tras Jungkook tratando de que no viera mis intenciones.

—Dime que te ocurre—me puso el casco y me miró con aquella mirada penetrante directamente a los ojos.

—No sabría decirte—dije sin apartar la vista—Serán las hormonas.

Pareció colar, subió a la moto sin preguntar y arrancó tras sentir mis brazos alrededor de su cintura. Mi orgullo había caído en picado hasta el punto de no replicar nada sobre sus comentarios ridículos de que me dejaba domar poco a poco... simplemente estaba jugando a su juego, le seguía el rollo para que se distrajera y así huir.

—¿Dónde podré devolver a tu rostro ese ceño fruncido al molestarte por mi culpa?

Le devolví el casco y señalé el centro comercial al que me había llevado. Jungkook sonrió al ver como tiraba de su manga hacia dentro de una tienda de ropa. En realidad sí tenía ganas de entrar allí y ver qué cosas nuevas había.

—Pruébate algo, se trata de que te olvides de lo que sea que te hace estar así—dijo tras de mí.

Dejé de toquetear las chaquetas y miré como me miraba, no parecía estar jugando conmigo; supongo que era un experto en ello. Suspiré y agarré un par de chaquetas y fui a llevarme alguna otra cosa al probador. Me miré en el espejo de dentro, necesitaba esa ropa.

—Sal, quiero verte.

Esa frase me sonrojó directamente. No podía salir hecha un tomate fuera, por mi orgullo.

—¡No tengo todo el día!

Asomé la cabeza por la cortina mirando como este estaba sentado en uno de los asientos frente a mi probador. Sonrió al verme ahí mirando tímida.

—Vamos, sal—dijo con ese tono autoritario, como cuando tu perro hacía algo mal y querías que fuera donde tu estabas para regalarlo.

Quité la cortina revelando mi vestimenta. El pantalón todo roto y suelto vaquero de un azul claro, una camiseta negra metida por dentro con un dibujo en blanco en esta y una chaqueta de cuero encima.

—Wow...¿Ese es tu estilo habitual?

Asentí nerviosa, no era lo que solía ver al salir a la calle y eso me creaba algo de complejo.

—Me gusta, te queda perfecto. Iré a por otro para ti, uno a mi elección.

Se levantó de allí y se fue hacia los adentros de la enorme tienda repleta de gente. Era ahora o nunca, me cambié de ropa con rapidez y me escabullí entre la gente y la ropa hasta llegar a la salida. Miré la puerta de la tienda algo insegura de lo que acababa de hacer, ¿Realmente era la decisión correcta? Solo quería volver a casa, a mi zona de confort, pero Jungkook me había tratado como una persona más, alguien realmente importante y eso parecía real... Sus ojos al verme salir no mostraban ningún indicio de querer irse o algo semejante. Pero había algo que no podía olvidar: me  habían secuestrado para matarme y me retenían para hacer desaparecer la mafia de mi padre.

Salí corriendo entre la gente buscando la salida. Al llegar fuera miré la moto fijamente, me llevé el casco que siempre usaba y seguí calle abajo sin parar. Entré en unos callejones y comencé a seguir el camino hacia mi casa sin dejar de pensar en Jungkook. Ya debería de haberse dado cuenta de mi ausencia.

Miré mi casa por unos segundos y llamé al timbre. Mi hermano Noah salió con un rostro preocupado el cual se iluminó al verme sonriente.

—¡Raewen!

Se tiró sobre mí dejando caer unas hojas al suelo. Lucas salió tras él y me abrazó también.

—Te tenían ellos, ¿verdad?—preguntó Lucas mirando si tenía alguna herida o algo semejante.

—¿BTS?—asintió—No te preocupes, no me hicieron nada—solo me destrozaron aún más emocionalmente—Conseguí escapar.

Entré con ellos a la casa aún con la cabeza en el centro comercial y Jungkook.

¿Había cometido un error?

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora