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El médico apareció a los dos minutos corriendo. Tenía cierta esperanza de que pudieran hacer algo, pero negó con una pequeña mueca.

—No podemos hacer nada.

No pude mantenerme de pie. Me caí de rodillas al suelo frente a la camilla donde el cuerpo de mi hermano mayor se encontraba. El médico salió despavorido al escuchar mis llantos. Noah lloraba sentado en una de las sillas mientras que Namjoon, que después de escuchar mi grito entró corriendo, estaba apoyado en la pared mirando el suelo como si analizara algo. Jungkook se acuclilló a mi lado, su rostro seguía teniendo aquella expresión neutra. Acarició mis espalda sin decir palabra alguna.

Mi estómago daba vueltas, mi vista estaba borrosa, solo escuchaba mis llantos y sentía un vacío enorme en el pecho. Era consciente de la dificultad de Jungkook para mostrar sus sentimientos, y el simple hecho de que estuviera a mi lado me bastaba para saber que estaba preocupado por mí.

—Él me encargó cuidarte—dijo arrodillándose.

Pasó su brazo por mi hombro y me atrajo a su pecho. Agarré su camiseta y lloré en su pecho.

—Dijo que te quería y que sentía no haber podido darte ese cariño que necesitabas...

Las palabras de Jungkook consiguieron que mi llanto disminuyera.

La puerta se abrió dando un golpe con la pared. Mi padre entró con suma tranquilidad a la camilla y sonrió al ver la máquina de los signos vitales.

Seguía igual, su uno ochenta y cinco, ese pelo negro y de alguna manera peinado hacia arriba, su traje de oficina ajustado y esa expresión de superioridad siempre en su rostro.

—Muerto—dijo acompañado de un suspiro.

Su oscura mirada se posó en Jungkook. Noté como su corazón se aceleraba y como tragaba en seco.

—Gracias Jeon por facilitarme el trabajo, ¡Enhorabuena! Conseguisteis matar a mi descendencia como os indiqué...

Los brazos de Jungkook se tensaron. Namjoon levantó la mirada del suelo.

—¿Os lo mandó él?—pregunté mirando a Namjoon.

—No exactamente...

—Raewen.

Miré a Jungkook. Su cabeza estaba inclinada hacia abajo para verme directamente a los ojos. Parecía estar intentando desviar mi atención.

—Hija, ¿No te parecía una buena oferta volver y convertirte en la heredera de mi mafia? Estuviste años luchando por ello, es tu momento.

No le faltaba razón, la antigua Raewen hubiera aceptado sin dudarlo. Era mi sueño, mi más anhelado deseo  y me lo estaban ofreciendo en ese momento.

—¡Raewen, no seas idiota!—gritó Noah levantándose de la silla.

—Tu querido novio mató a tu hermano...

Sus palabras me estaban haciendo dudar, dudar de mí, de Jungkook y de lo que debía hacer. Él se estaba basando en unos hechos, Jungkook había disparado a mi hermano y este estaba grave, en ningún momento el médico dijo fuera de riesgo...

—¿En serio crees que les importas? Su objetivo es acabar con mi mafia y tú también deberías caer con ella, ¿Me equivoco?, ¿Cuánto más seguirás creyendo sus mentiras?

Mi padre no era de fiar, pero era verdad lo que estaba diciendo de alguna manera. Mi cabeza estaba a punto de explotar, no solo la situación era agobiante, sino que no podía pensar con claridez viendo el cuerpo de mi hermano.

Namjoon dio un golpe a la pared llamando la atención de todos.

—¡Eres un degenerado! ¿Coaccionando a tu propia hija?

—¿Yo? Solo estoy tratando de que no sea engañada por vosotros una segunda vez.

Cierto, ellos también me usaron una vez...

Jungkook besó mi mejilla sacándome de aquel trance en el que me encontraba.

—Estás dudando, ¿verdad?

Dolor, eso es lo que pude distinguir en su voz. Desvíe la mirada, no podía mirar a los ojos a Jungkook en ese momento.

—Sabes dónde encontrarme, hija; tienes hasta mañana en la mañana.

Vi como salía de la habitación con sus manos en aquel costoso traje dejando tras él un incómodo y estresante silencio.

Mi padre era joven, demasiado. Tuvo a Lucas con tan solo diecisiete años y tuvo que meterse en el mundillo en el que ahora se encuentra para sacar adelante a su nueva familia. Desde joven tuvo esa habilidad de hablar y convencer al instante, tenía buena labia...pero era un sofista puro y duro. No buscaba hablar la verdad como otros, él solo quería convencer de su idea fuera la indicada o no. Por ello siempre había acabado cediendo a sus palabras, buscaba con cautela las frases y las entrevesaba para dar un sentido diferente a estas; él sería capaz de convencerte de que un triángulo no tiene tres ángulos y eso era lógicamente imposible.

Sus palabras me hicieron dudar no solo de BTS que era su objetivo, jugó con mis metas y orgullo para ponerme en una posición en la que tuviera tres caminos: escoger mi orgullo e irme con él, olvidarme de lo que más me caracterizaba y elegir a BTS o huir sin nada como una cobarde.

Pasados los minutos se abrió la puerta de nuevo, mi hermana no pudo contener las lágrimas al ver a mi hermano fallecido en la camilla. Ella estuvo fuera durante casi una semana y se perdió gran parte del drama.

—Debo irme—dije levantándome desanimada por completo del suelo.

Jungkook agarró mi muñeca desconcertado por mi acción. Necesitaba aclarar las cosas, llorar hasta dormirme y tal vez así podría pensar coherentemente las cosas.

Negué multiples veces apartando su mano. Este tenía los ojos cristalizados, un dolor intenso en mi pecho apareció cuando vi caer una lágrima por su mejilla. Desvíe la vista a mi hermano el cual abrazaba a mi hermana. No podía quedarme allí o escogería la elección errónea.

Salí del hospital llorando por todo lo ocurrido. Busqué en los bolsillos mi cartera y caminé a paso rápido a un hotel no extremadamente lejos. Pagué por una habitación para una noche y entregué un billete alquilando así para una noche la habitación.

Miré desde el decimoquinto piso. Tenía la habitación entera apagada. Disfrutaba aquella vista nocturna sentada en el suelo de la habitación. Suspiré secándome unas lágrimas que caían por mi mejilla.

Lucas era un grano en el culo, pero seguía siendo mi hermano mayor. Tuvimos nuestras peleas como todos pero él seguía siendo parte de mi familia, de la poca que me apoyaba realmente. Mi padre ignoró el hecho de que era su hijo, sonrió mirando su cuerpo como si no fuera nadie.

De pronto aquella lágrima cayendo por la mejilla de Jungkook vino a mi mente. Rodeé con mis brazos mis rodillas encogiéndome y apoyando la cabeza sobre ellas. Un pequeño flashback de los días que estuve en la mansión de BTS pasaron por mi mente hasta acabar en su confesión.

Mi padre nunca estuvo para mí, en cambio Jungkook sí lo estuvo, Suga me trató como a su hermana y tanto Taehyung como Jimin me hicieron entrar en su círculo infantil; si no podía confiar en ellos, ¿en quién lo haría?

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora