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Jungkook estaba durmiendo en la camilla de una habitación privada del hospital. Al parecer aspiró bastante humo pero se recuperaría en unas horas o eso me había confirmado aquel apuesto médico que hablaba con un acento extranjero. Mi hermano se encontraba igual, aunque este tardaría mucho más tiempo en recuperarse al haber inhalado más cantidad de humo. Acariciaba la mano de Jungkook esperando a que despertara para poder agradecer ese pequeño acto suicida de su parte que realmente me había hecho feliz cuando ambos fueron sacados de la casa. Tenía alguna que otra venda en el brazo o en las piernas debido a las llamas, no eran quemadoras graves pero de igual forma debían ser tratadas.

Una leve brisa entraba por la ventana. Era la hora de comer, y prácticamente lo único que se escuchaba en la habitación era mi tripa rugir de hambre. Taehyung había ido a comprar algo a un Mc Donald cercano con Jimin y Jin hacía una media hora y no había rastro de ellos; tampoco esperaba que tardaran poco, Tae y Jimin eran dos cataclismos que desgraciadamente le tocaba a Jin vigilar.

Mi hermana estaba con Noah y Namjoon en la habitación de al lado, este último estaba explicando a mi hermana lo ocurrido realmente con nuestra hermana. Ella había estado al margen de casi todo lo que había estado ocurriendo, mi padre la mantuvo ocupada tras mi secuestro.

—¿Por qué tarda tanto Tae?—pregunté al escuchar mi tripa de nuevo exigir algún bocado de comida que llevarme a la boca.

Bufé mirando la puerta con la esperanza de que se abriera con ellos riendo y el olor a comida entrando.

—¿Tienes hambre?

Miré frente a mí tras dar un pequeño salto en la silla encontrándome con la mirada de Jungkook. La sonrisa en mi rostro confirmaba la felicidad que sentía en ese momento.

—¿Estás llorando?—preguntó agarrando la mano que anteriormente acariciaba la suya.

Efectivamente, algo humedecía mis mejillas. El simple hecho de ver aquel rostro angelical ileso frente a mí, había provocado que aquellas lágrimas que estuve conteniendo cayeran.

—¡Eres un idiota!—grité guardando las ganas de golpear al pobre herido.

Los latidos de mi corazón se aceleraron al ver como rodó los ojos y elevó las comisuras de sus labios ante mi grito.

—Ya lo sabía, no hacía falta que lo gritaras.

Una calma invadió mi cuerpo al instante cuando sentí ese aura habitual saliendo de él, su labia igual de cortante y las pequeñas sonrisas que a veces se le escapaban.

—No sé si me gusta u odio tu falta de emociones.

Una pequeña sonrisa apareció en su rostro de nuevo esta vez acelerando mi corazón al pensar inconscientemente lo lindo que era. Miró nuestras manos entrelazadas y acarició el dorso de mi mano.

—Dijiste que tenías hambre.

Asentí varias veces, un rugido de mi tripa obtuvo la atención de los dos. Acababa de afirmar lo que había dicho.

—¿Quieres comerte a Daddy?

Esa sonrisilla de nuevo, la diferencia era la tensión en el ambiente que generaba al decir esas palabras, porque aunque lo negara, ambos sabíamos que no podíamos resistirnos al otro.

—Oh, no, no empieces con eso ahora que tienes que recuperarte y yo, no tengo hambre de Daddy—dije enrojeciéndome por lo que acababa de decir Jungkook—Tengo hambre de hamburguesa y patatas.

Este sonrió mostrando los dientes y miró hacia la ventana cuando el viento sopló de pronto con más fuerza moviendo en exceso la cortina.

—Pero un beso sí me quitaría algo de hambre...

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora