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Llevaba dos días allí, mis pensamientos no me dejaban tranquila. Cada vez que entraba a la cocina y veía a Namjoon, las palabras que dijo sobre Jungkook, sobre mí y sobre mi padre. Me vigilaban a todas horas y ni a comprar me dejaban ir sola, esta última no sabía si era por falta de confianza o por cortesía. Me miré unos segundos en el espejo, ¿Cuándo fue la última vez que hablé con Jungkook?

—Creo que fue ayer, me agradeció cuando le ayudé con una mercancía que no podía bajar solo a la camioneta.

Chasqueé la lengua y salí del baño chocando con el pecho de Suga. Este revolvió mi pelo y me ofreció de su vaso, parecía una chocolatada.

—No merendaste.

Claro que no, estuve ocupada pensando en ir a ver a mis hermanos, claro que no pensé en comer. Di un sorbo a la taza y sonreí después de que Suga diera un par de palmas sobre mi cabeza.

—¿Pasa algo?

Negué continuando mi camino por la casa.

—Puedes contármelo—dijo siguiéndome a mi habitación.

Me mordí el labio replanteándome la confianza que podía tener en Suga.

—Jungkook—dije mirando la hora.

—¿Te gusta?

—No lo sé porque él se comporta tan raro que no lo entiendo—dije dejándome caer en mi cama.

—No negaré que es un chico extraño, pero ahora está guardando algo y nadie sabe el qué puede ser.

Guardando algo... BTS siempre tenía sorpresas.

—Habla con él.

—Muy gracioso suguita, ni loca.

—¿Por qué no? Ignorando al otro no se arregla nada.

—Ya dejé mi orgullo de lado y me acabé acostando con él para ser ignorada después, no pienso caer dos veces.

Salí de la habitación hacia el salón, necesitaba salir de allí unas largas horas.
En el sofá estaba Jungkook con su móvil, levantó la vista clavando sus ojos en mí. Rodé los míos y seguí hacia la puerta.

—¿A dónde vas?

—¿Ya no me ignoras?—pregunté poniéndome las botas.

—No te estuve ignorando.

—Pues yo no me estoy yendo a ningún sitio.

Abrí la puerta y la cerré tras de mí echando humo. Ese chico era bipolar y yo no tenía la paciencia suficiente para entenderlo, tenía otras cosas en las que pensar.

Entré en la zona de cambio de mercancía de mi familia. Observé las calles levantando ligeramente la gorra. Me metí en unos callejones buscando a mi hermano pequeño por doquier. Era un bonito viernes y siempre había entrega en la tarde, debía de estar en algún sitio entregando la mercancía. Comencé a maldecir cuando sentí pasos tras de mí, aceleré el paso hasta llegar a una pequeña plaza vacía donde vi a un chico entregando una caja a otro señor. Ambos me miraron, hicieron el intercambio rápidamente y el chico se acercó a mí con la mano en el bolsillo, parecía estar a punto de sacar algo de ahí.

—¿Raewen?

—¿Noah?—pregunté cuando este se levantó la gorra y se bajó la mascarilla.

Se me tiró encima y no dudé en abrazarlo al segundo.

—¡Te extrañé!

—¿Tú estás diciendo eso?

—Tengo corazón aunque no lo parezca—dijo rodando los ojos y haciendo un pequeño puchero.

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora