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Dos días, eso es lo que llevaba frente al cuerpo de mi hermano. Este estaba enchufado por todas partes a una máquinas que lo mantenían vivo. No estaba en coma, pero sí en estado crítico. Al principio se rehusaba a verme, pero tras una explicación de mi hermano de lo ocurrido este aceptó mi presencia en la blanca y solitaria habitación.

La poca luz que entraba por la ventana era de la luna, serían las doce de la noche en ese momento. Miraba las pulsaciones de mi hermano echándome la culpa constantemente de lo ocurrido. Todo iba bien hasta que se me ocurrió la maravillosa idea de complacer a mi padre y atrapar a BTS, si me hubiera quedado en el negocio de siempre no habría conocido a mi secuestrador Jeon Jungkook y me hubiera enamorado de sus multiples facetas. Tampoco podía definir qué era lo que me gustaba de él, todo lo que salían de mi cabeza eran cosas negativas para otros. Es algo controlador, egoísta en cuento a los sentimientos, no piensa en los demás antes de actuar y se la pasa pensando en lo que le conviene a él. Podría tener un atractivo notable, un cuerpo envidiable pero su personalidad era un asco; pero a mí me atraía ese misterio y esa pequeña sonrisa que salía de vez en cuando de su bella cara. De haber sabido que tras acostarme con él este me ignoraría dañando mi gran e imponente orgullo, me hubiera quedado con mis hermanos en la casa... aunque de esa forma nunca hubiera sabido de la verdadera muerte de mi madre...

-¿No duermes?

Mi hermano pequeño se asomó a la habitación con una pequeña bolsa blanca.

-No puedo-dije suspirando.

-Me imagino.

Se sentó a mi lado y miró la camilla de mi hermano. Me ofreció una botella de agua y no dudé en darle un oar de tragos.

-¿Has pensado en qué harás?

-¿Hacer el qué?

-Jungkook.

Ese era un tema que evité esos dos días. Sabía que él no se entendía a sí mismo y eso debe de serle una tortura continua. No entiende exactamente las relaciones sociales o íntimas y por ello hace daño a los demás inconscientemente. Mi hermano también era así, por eso podía confirmar que se debía a la soledad de cuando era pequeño; me gustaría que él mismo me contara por qué era así.

Levanté la mirada dirigiendo esta al rayo de luz que entraba por la ventana. Sonreí ligeramente al recordar aquella confesión de su parte. Él no sabía nada sobre sí mismo, pero no tenía dudas de lo que sentía por mí y eso de alguna manera me dejaba un pequeño rinconcito de paz.

-Mejor díselo a él, está fuera-dijo Noah señalando con la cabeza la salida.

-¿Fuera?

-Ha estado viniendo todos los días, ¿creías que la comida y el agua las traía yo? Sabes que no soy tan bueno.

Me levanté de la silla de golpe, mi corazón se aceleró al instante. Corrí a abrir la puerta, me sorprendí al ver a Jungkook en una silla con sus auriculares puestos y ojos cerrados. Tenía un par de golpes y cortes en el rostro y un brazo vendado por completo; la ropa que llevaba deja al descubierto varios moratones en los brazos.

Me quedé quieta analizando su cuerpo. Cuando subí la mirada a sus ojos me enrojecí al ver que este me miraba. Se incorporó ligeramente en la silla y se quitó los auriculares con su rostro serio. Se levantó de la silla y se acercó a mí dando un par de pasos.

-Yo quería-

Jungkook me calló con un beso directo en mis labios. Cerré los ojos y seguí aquel movimiento lento que él hacía sobre mis labios. Se alejó dejando sus manos en mi cintura y posando su frente sobre la mía.

Pride - JJKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora