Mezcla de colores.—¿Llegaste a pensar que Alex sería el primero? —Me pregunta Matthew mientras abro una lata de cerveza.
—A veces sí y otras no. Es que ese tonto siempre se enamoraba rápido y salía con las tablas por la cabeza con amores no realizados —digo con una pequeña sonrisa.
Desde su adolescencia Alexander fue enamoradizo, nunca entendí su capacidad de entregarlo todo tan rápido y peor aún: a la persona menos indicada. No conozco a alguien que pasara tantos despechos cómo él, pero supongo que ahora pensará que todo valió la pena cuando finalmente está con alguien que lo ama con la misma intensidad y que inicia una familia a su lado.
—Estoy feliz por él —Matthew sonríe de esa manera molesta que hace que quieras devolverle el gesto de manera inmediata—. Estoy feliz por nosotros tres.
»Un niño tímido enamoradizo, un gordito socialmente incómodo y un niño demasiado serio y conflictivo a los que casi nadie quería acercarse y ahora míranos —Alza su cerveza—. Las personas que se burlaron de nosotros tienen que estarse retorciendo.
—Qué pensamiento tan malévolo, Matt —Me burlo antes de dar un trago a mi cerveza.
La enfermera transitando nos da una mala mirada y yo me encojo de hombros con indiferencia mientras que Matthew le sonríe.
—Es que seremos tíos —Se excusa asintiendo hacia el pack de cervezas en el suelo.
Ella resopla y se aleja luego de darnos una última mirada de desaprobación, lo que tiene a Matthew riendo y a mí sonriendo a medias.
—Igual no estamos haciendo nada ilegal —Me asegura Matthew cuando la perdemos de vista.
Resoplo esta es de las cosas prohibidas más inofensivas que he hecho en mi vida; beber cerveza en un hospital está muy por debajo de apuñalar y disparar a alguien, pero no lo menciono.
—¿Estás preparado para volver a dar clases? La dinámica ahora es diferente.
—Nunca estaré preparado para la molestia de pasar horas de mi vida en aulas de clase, pero haré un buen trabajo. Quiero que aprendan.
—Me preocupa los corazones rotos que dejarás en esa universidad.
—No digas eso, la simple idea me da escalofríos —finjo estremecerme y él rueda los ojos.
Permanecemos unos minutos en silencio antes de que Matthew me dé un golpecito con su hombro.
—¿Qué sucede? —pregunto sin verlo.
—¿Te sientes bien estando acá en Londres? ¿De haber vuelto?
No es una pregunta que él o Alex me hayan hecho antes, tal vez sentían que no debían revolver las cosas.
—Me gusta estar aquí —respondo finalmente— hay veces en las que deseo estar con mis hermanos, pero este mi lugar. Estoy suponiendo que a veces viajaré a verlos, pero en situaciones...Menos complicadas.
»No me estoy arrepintiendo de volver si eso es lo que preguntas o lo que te preocupa.
—Me alegra que estés aquí, en realidad me alegra ver el hombre que eres y me alegra aún más que estemos aquí afuera acompañando a Alex en un momento tan importante en su vida. Él será un gran padre incluso si llamaba demonio a su bebé.
Eso me hace reír y él me guiña un ojo haciendo un breve choque de nuestras latas en un brindis silencioso. Un par de cervezas después, ambos nos vemos cuando el llanto furioso de un bebé se escucha hasta afuera.
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El Motivo de Su Arte (Introducción #Enigmas)
Random¿Sobrevivir a unas granadas? Hecho. Doloroso, pero sobrevivió. ¿Averiguar cómo carajos mantener una relación con sus hermanos sin ser parte del crimen organizado? En proceso. ¿Superar el hecho de que queriendo cuidarlo su madre hizo un daño que espe...