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Diciembre, 2013

Harry.

El concierto había terminado y con esto finaliza completamente el Take me home tour, más de ciento treinta países en todo el mundo, había sido una completa locura.

Ahora, tengo unas ricas y merecidas vacaciones de dos largas semanas donde pienso apagar el maldito teléfono.

Luego de pedirle encarecidamente a Paul llevarme rápidamente al hotel, me di una ducha y tomé mi maleta que ya había sido acomodada por mí momentos antes de irme.

—¿Harry? —su sonrisa apareció y ella se lanzó encima mío para abrazarme.

—Hola, preciosa —la tomé entre mis brazos y pude embriagarme de ese aroma a fresas con moras que tenía en su cabello.

Me hizo pasar a su gran casa ya conocida por mi.

—¿Qué tal te fue hoy? ¿Quieres dormir? —sus delicadas manos acarician mis rulos.

—Quiero que tomes una maleta y metas la ropa más abrigadora que tengas —ella se quedó callada unos segundos, pero luego sonrió emocionada.

—¿A dónde iremos? —era tan hermosa, parecía una pequeña niña.

—Es una sorpresa, pero solo diré que pasaremos la mejor Navidad juntos.

Ella se sonrojó y corrimos escaleras arriba para que armara su maleta. Me senté en su gran cama y pude verla llenar dos maletas de muchísimas cosas.

Amelie y yo no somos novios, pero, para eso es este viaje. Hablé con mamá y le prometí que si todo iba como quería, llegaría a celebrar el año nuevo de la mano de mi novia.

Suena increíble.

Veo como corre de aquí a allá, a pesar de que lo hace rápido, en mi mente todo pasa en cámara lenta. Veo como ella se sujeta el cabello en una coleta, luego sube sus ojos y me sonríe, es la sonrisa más bonita que he visto en toda mi vida ¿Y saben que es lo mejor? Que ella sonríe por mi y solo para mí.

Llevábamos meses hablando, intentando tenernos cerca y estando juntos cada vez que podíamos. Amelie me tenía enamorado como nunca antes en mi vida lo había hecho, la quería, la adoraba, y necesitaba que sea mi novia, no podía dejar escapar a una mujer como ella, porque estoy segura que es la mujer de esta y todas mis vidas.

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—¿Ya puedo abrir los ojos? —menciona la rubia con una venda en ellos.

—¡Dejame pensarlo! —le bromeé mientras dejaba las maletas dentro de una habitación.

—¡Harry!

—Está bien, está bien —con delicadeza, vi como bajo aquella prenda que impedía su vista. Preparado con mi cámara instantánea, capture el momento exacto en el que ella abrió los ojos y admiró el paisaje.

—¡¿Islandia?! —su sonrisa y sus grandes ojos tenían un brillo especial.

—Qué mejor manera de pasar Navidad que con chocolate caliente y nieve, viendo las auroras boreales ¿No crees, Ame? —ella se lanzó en mis brazos.

Mi respiración se mezcló con la de ella y me atreví a robarle un beso mientras observaba mis rulos. Su nariz estaba helada pero sus labios tibios, me permití saborearla una y otra vez hasta que tuvimos que parar por la falta de aire, perdido en sus ojos, me enamoré una vez más de ella.

Stone Cold [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora