19 - Parte 1

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Lunes, abril, 2019

Harry.

—¡Buenos días, amor mío! —sentí la luz golpear mi rostro rápidamente.

Joder, era muy temprano ¿Qué hora era?

Una canción mía sonaba de fondo pero ignoraba cuál era porque mi cerebro aún no se despertaba en su totalidad.

—¡Hoy es un excelente día!

—Amor, es muy temprano para que estes tan feliz —mis ojos se abrieron y mi novia estaba ya vestida delante mío mirándome reprobatoriamente.

—Harry, son las once de la mañana, vamos tarde.

¿Vamos, a donde?

—¿Ah? —me levanté acostándome en mis codos, pero... mala idea. —¡Auch!

Una almohada cayó directamente en mi lindo rostro inglés.

—Hoy nos dirán si tu girasol es niño o niña, idiota.

Mierda.

Salté de la cama y luego de darle un beso rápido, corrí a bañarme.

Después de casi una hora, salimos hacia la clínica para que la doctora revisará a mi novia.

—¿Podemos hacer una ligera parada? —sus ojitos batieron sus pestañas mientras esperaba que la luz cambiara a verde.

—¿Para qué? —pregunté burlón, sabía la respuesta, ella era terrible.

—Tu hijo tiene antojo de gomitas —la voz de bebé me enterneció completamente.

—¿Mi girasol? ¿O tú?

Me miró indignada mientras señalaba su pequeña pero notable barriga. Reí y a pesar de ir tarde, me detuve en un supermercado para correr por las gomitas azules de osito que tanto le gustaban a Amelie.

Me preocupaba que estuviera tan antojada de comida chatarra, si bien antes comíamos no tan seguido, ella no era fan. Pero hace poco, la invité a almorzar y nuestra mesa se convirtió en un banquete ya que se comió tres hamburguesas, dos milkshake, postres, miles de papas fritas, ah... y donas.

¿Qué comí? ¡Una maldita ensalada!

—¿Me invitas? —pregunté con miedo mientras manejaba nuevamente con rumbo al hospital.

—¿Le invitamos al feo de tu papá, pequeño girasol? —ella le hablaba todos los días y en cada momento a nuestro pequeño. —¿Qué dices? ¿Qué no?

—¡Oh, vamos! —golpeé el volante riendo. —¿Por qué jamás quieren compartir con papá? —hice puchero para luego tener por lo menos diez gomitas en mi boca.

—¡Y alargarlas hasta llegar! No te daremos más —Amelie gruñó y yo reí.

Esta mujer era preciosa.

Seguí mi camino mientras escuchábamos por milésima vez Fine Line, hasta ya me estaba hartando de mí diciendo Golden unas mil quinientas cuarenta y cinco veces, de verdad. Según Amelie, era un antojo del embarazo, mentirosa.

I heard Amelie saying (Oí a Amelie decir). Go get the kids from school (Ve a buscar a los niños a la escuela)

—¿Kids? —mi novia escupió una gomita de la boca. —¡Kid! ¡Ahorita tenemos un kid! —gritó mientras se metía otra a la boca.

Stone Cold [H.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora