«El corazón grita, la mente protege y boca calla».
♡♡♡
Abro la puerta del baño. No sé qué hacer o decir. Mi ropa sigue adentro pero solo quiero alejarme de él. Estoy tan cabreada que siento todo mi cuerpo arder por las ganas de darle un golpe en todo su hermoso rostro.
¿Hermoso rostro? Pero; ¿qué estoy pensando?
«¡Basta Liz, vete de ahí!»
Estoy perdiendo la cordura lentamente, esto es peor que el Alzheimer.
Una enfermedad llamada Nicholas Gray y de la que muy probablemente, no existe cura.
Sale detrás de mí, agarra de forma brusca mi cintura haciendo presión con sus dedos casi queriendo rozar mi piel. Me hace girar, de una forma inesperada pero increíblemente seductora, mi corazón está tan acelerado en estos momentos que no tengo control de mi cuerpo u acciones. En tal impulso, consigue aprisionarme contra la puerta de la habitación.
Está enojado por dejarlo con la palabra en la boca, quizá por irme así. Puedo verlo en sus ojos, no es la persona más idónea cuando se trata de ocultar emociones. Podría ser inexpresivo con todos. En cambio, yo aprendí a descifrar su mirada, la misma que en estos momentos centella rabia. Pero; ¿qué crees? Yo también estoy muy cabreada.
Sus pupilas se dilatan y mantiene su vista clavada unos segundos en las gotas de agua que recorren el cuello hasta perderse entre mis pechos cubiertos -gracias a Dios- por la toalla. Solo un trozo de tela separa sus manos de mi cuerpo y claro que lo notó puesto que traga en grueso mientras me dedico a observar cada uno de sus movimientos. No sé qué piensa hacer. Estoy alerta, ansiosa y no para mi pecho de subir y bajar por la agitada respiración.
—¿Por qué no te das cuenta, maldita sea?
Da un pequeño golpe a la pared, su frustración es más que perceptible.
—¿De qué eres un capullo? Créeme, ya lo había notado.
—De que me volviste un idiota desde el jodido instante en que cruzaste la entrada de la universidad. Sí, Elizabeth, hace un año de eso. Un maldito año que no consigo sacarte de mí puta cabeza.
«Diosito, ¿cómo se respira?»
No puedo creer lo que acaba de decir. Entonces, todas esas veces que sentía su mirada... ¿no las estaba imaginando? Pero; ¿por qué me ignoraba? ¿Por qué decirme ahora? Y lo más importante; ¿qué espera para besarme?
—Nicholas yo...
No me dejó terminar lo que iba a decir, de hecho, se me olvidaron todos los idiomas en el momento en que estampó sus labios con los míos. No fue nada delicado o dulce sino demandante, como si hubiese esperado mucho tiempo por eso y no puedo negar que yo también. Desde que me besó anoche no he podido sacarlo de mis pensamientos y no he deseado otra cosa más... esto, su calor, mis labios siendo rozados, o más bien devorados por los suyos.
Me aprieta más contra la pared y aferra una mano a mí cintura mientras la otra me toma del cuello. Succiona mi labio interior y luego le da un pequeño mordisco y... ¡Joder! Se me escapa un jadeo en respuesta, ¿quién si quiera iba a imaginar que el nerd besara tan bien?
Entreabro mis labios y le doy permiso a su legua que explora la mía sin pudor. Más que danza es una guerra que mantienen por ver quién tiene el control, volviendo el beso aún más intenso. Puedo sentir algo creciendo en su pantalón, haciéndomelo notar al pegarse a mi estómago.
¡Maldito pervertido!
Si me sigue besando así enloqueceré.
Nos obligamos a separarnos unos instantes en busca de oxígeno y observo a un Nicholas que, literalmente, ha perdido el control. Sus labios están rojos e hinchados, supongo que yo estoy igual, solo que en él se ve demasiado sexy.
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Voces del Otoño © [✓]
Storie d'amoreBilogía "Entre equinoccios" [Libro #1] ... Él esconde un secreto. Ella pone en riesgo su vida por descubrirlo. Enamorarse no es una alternativa; pero cuando el deseo es más fuerte, el pasado es devastador. ... Nicholas se encargó de construir una fa...