Voces del Otoño © [✓]

26|Especial (+18)

Capítulo especial (+18) Ya están advertidas mis calabazas pervertidas.

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«La lujuria también es un pecado capital, pero que bien se siente pecar».

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Nicholas:

«Ardamos juntos Nicholas»

Esas fueron las palabras que salieron de sus labios, aquellos que se atrevieron a besarme, sin cuestionamientos, sin importarle que mantenía sus pequeñas manos sujetadas con la muñeca izquierda mientras la derecha, descarada por sí misma, recorría su pálido cuello y bajaba hasta su clavícula.

Mi boca respondió a la suya con igual desespero y pasión. Callen se arriesgó a morderme provocando que mi erección creciera y se presionara cada vez más a su estómago. Por molesta que esté el deseo en sus ojos la controla y se entrega a mí. Arquea suavemente la espalda acompañada de gemidos provocados por besos castos en el cuello y lamidas al lóbulo de su oreja.

Libero sus manos y hago fuerza en su cuello y parte de la mandíbula a la par que me canso de recordar la perfecta figura que se esconde detrás de las telas. Descubro parte de su abdomen y comienzo a besarlo hasta llegar poco más abajo de su ombligo. Retiro sus bragas y la miro a los ojos. Callen se está mordiendo el labio, sus manos se sujetan del brazo del sofá y sus pies forman un ángulo perfecto para mí.

Me pierdo unos segundos en mis pensamientos, contemplado la mujer que deseo; abierta para mí. Memorizado cada detalle de su cuerpo, cada gesto, cada suspiro y gemido proveniente de ella, suplicándome con una mirada que la haga suya.

Me sitúo en su entrada y beso suavemente la entrepierna. Se eriza toda su piel y cierra los ojos, sabe que pasará, ella sabe que es completamente mía.

Con mi lengua daba caricias a su feminidad hasta hacerla venir en mi boca. Extasiada enreda su mano por mi cabello e intenta llevarme hasta ella para besarla.

Vale la pena hacer esto todos los días solo por ver su cara cuando no se sale con la suya. Beso su abdomen y sujeto con una mano las suyas y con la otra, comienzo introduciendo uno de mis dedos previamente humedecidos en ella. Le gusta, pero no es suficiente. Dos entran al juego y un gemido ahogado se escapa de su boca.

Aumento el ritmo, puedo sentir el orgasmo venir en cambio, me detengo. Callen me mira con cara de pocos amigos y yo, básicamente por molestarla aún más alcé los hombros e introduje un tercero. Su expresión cambio completamente y se mordía los labios para contener sus gritos.

El orgasmo estaba a punto de venir y paro otra vez.

—No vuelvas a hacer eso

—¿Desde cuándo me dices qué tengo que hacer? Eres mía y quiero escucharlo salir de tu boca.

Un cuarto dedo introduje en ella y en un gemido pronunció mi nombre.

—Dilo Callen, dilo y te regalo ese orgasmo que tanto quieres.

Aumenté la velocidad y su cuerpo comenzaba a temblar. No pudo evitar por mucho, mordía la sábana para evitar que un grito se escapara de su boca.

—Dilo —Exigí con voz autoritaria a lo que enseguida su cuerpo respondió.

—Soy tuya Nicholas, maldita sea

—Así me gusta.

El éxtasis recorría todo su cuerpo y explotó en mis manos. Mantenía dificultad para respirar y temblaban sus pies. Adoro verla así tan libre, tan ella.

—Ponte en cuatro, esto apenas comienza.

Sus ojos grises se abren exasperantes, le sorprende y se queda quita. No sabe qué hace o decir, pero para eso estoy yo.

La levanto y acomodo en la posición que le ordené. Con dificultad logra mantenerse en pie y busca apoyo en el reposa manos del sofá. Arqueo su espalda y llevando su trasero. Me adentro en ella de una estocada a lo que responde con un pequeño brinco.

Mis manos recorren su espalda y viajan hasta sus senos, apretándolos con fuerza acompañado de movimientos despacio, pero profundos que la hacían chillar con fuerza.

Es imposible borrar de mi mente lo que me produce estar dentro de ella. Apenas entro y está tan húmeda y apretada, pero no es impedimento para entrar completamente. Es la única mujer capaz de aguantarme y hacer quererme venir dentro de ella. Tira todo mi control a la mierda y solo pienso en sus gemidos y su rostro de satisfacción.

Agarro a Elizabeth de su pequeña cintura y comienzo a moverla para penetrarla con más fuerza. Tomo su cabello y tiro de él hasta alcanzar su rostro y memorizar cada detalle.

Los cuerpos sudaban, sus gritos recorrían toda la habitación y nuestros gemidos, eran la melodía perfecta.

Me dejo caer en el sofá y sin que tuviese que decirle una sola palabra se sentó encima de mí y comenzó a moverse de tal forma que hacía añicos mi autocontrol. Con cada movimiento obtenía más confianza y recorría mi cuello con besos nada inocentes. Se sujetaba del cabello y comienza a brincar encima de mí.

—Maldita sea, Callen.

Agarro su cintura y la empujó para una penetración más profunda, aumentando la velocidad y el número de las embestidas, puedo sentir como llega su orgasmo a inundarme por completo.

—¿Dónde quieres que me venga?

Sonrió y sin decir una sola palabra ya estaba de rodillas, con la boca abierta esperando que la llenara.

El morbo que me dio verla arrodillada ante mí me hizo venirme al instante. Mi cuerpo tembló en respuesta y la pelirroja que tenía en frente se lamía los labios de deseo.

La ayudé a levantarse y la abracé. En realidad, lo necesitaba. Más que deseo carnal o cualquier otra excusa es la necesidad de tenerla a mi lado. Desvaneciendo la oscuridad con su luz.

—No está nada mal, pecosa.

—Tampoco te mueves mal, estúpido nerd.

Ambos reímos y caminos a la ducha.

Después de todo está conmigo, y es lo único que me importa.

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Nota de la autora:

¡Hola mis pequeñas calabazas!

¿Qué les pareció el capítulo? levanten la mano los que quieren que Nicholas los coja como hizo con Callen. *Inserta guiño*

Preguntas random:

¿Cuál es el personaje que les cae mal?

¿Les gusta la relación de Nicholas y Elizabeth?

¿Qué creen que está al pasar?

No olviden pasar al próximo capítulo sin antes votar en este, cada voto cuenta para que esta familia siga creciendo.

Pueden seguirme en Instagram como lela_carmona, allí encontrarán fotitos de los protagonistas e ilustraciones.

Nos leemos pronto :3

Lela♡