29|Reencuentro

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«Dicen los sabios que vale la pena recibir cien balas, antes de vivir sin la persona que amas»

♡♡♡

Nicholas:

Días atrás...

—Ya tengo casi todo. Solo tengo que conseguir la ruta y ubicación de la mercancía. Cuando tenga los detalles, lo contacto.

—Ten cuidado Nicholas, puede ser muy peligroso. ¿Por qué mejor no esperas al operativo...?

—Porque sabrá cuando lleguen; en cambio, si lo hago solo, hay menos posibilidades de que el plan se vaya al carajo.

—Bien, como quieras. Tendré a mis hombres listos, esperando tu llamada.

—Esto se termina hoy, teniente Bailey —Nada puede fallar. Solo queda jugarse el pellejo y dejar que la policía haga el resto.

—Suerte, muchacho —Cuelgo tras sus últimas palabras.

Recojo mis cosas y las guardo en la mochila. Después de la pelea de esta noche necesitaré algo más que suerte para salir ileso de toda esta mierda.

8:30 pm.

Nunca ansié tanto como hoy terminar una pelea. Sospecho que, en pocos segundos, mi contrincante termine por rendirse, pero para su mala suerte, no es una opción. Me encuentro tendido encima de él, golpeando con tal intensidad y rabia que, por un corto instante, dejo de ser quién soy.

Un destello de humanidad me impide dar el último choque de mis puños ensangrentados con el cuerpo que agoniza a mis pies. Me separo unos segundos. Observo su cuerpo tendido en el suelo con varias laceraciones en los brazos, abdomen y pecho debido al forcejeo. Su tabique se halla desviado y tiene contusiones notables en su rostro. Una figura teñida de rojo nubla mis pensamientos y una voz que gritaba —Monstruo— hace eco y acorta mi respiración. Miro la sangre en mis nudillos y me descubro ileso con respecto a mi víctima.

Los vítores y silbidos de la multitud me sacan de mi introspección. Percibo la presión en mi hombro del mediador, indicándome que la pelea había finalizado.

Apresuro a limpiar las escasas heridas con alcohol y me dirijo al despacho de Ewen, en busca de un ápice de información. Si soy lo bastante inteligente, podré conseguir detalles sobre el paradero de la droga que sale de la capital.

Unos toques. Detrás del pórtico escucho un —Adelante— y avanzo varios pasos hasta quedar frente a su escritorio. Observo un montón de papeles, cuentas bancarias y facturas falsas encima de la madera. ¡Debe estar buscando la forma de blanquear su dinero!

—Me avisaron que querías verme —dice con su voz firme e intimidante. Gira hasta quedar frente a mí, expulsando el humo de su tabaco en mi rostro.

—Resulta que me enteré de que andabas buscando alguien de confianza para llevar a cabo otros «negocios».

—¿Y eso en qué te inmiscuye, exactamente?

—Estoy dispuesto a concretar el paso de la droga desde Londres hacia Edimburgo en un plazo de 42 horas.

—¿Cómo sabes...? Si alguien se fue de la lengua juro que...—Lo interrumpo, es necesario ir al grano.

—¿En verdad piensas que eso es lo más importante justo ahora?

—No sé cómo demonios conseguiste esa información, pero olvídate de ello. Eres mi boxeador no otro narcotraficante. Céntrate en seguir ganando dinero para mí.

Voces del Otoño © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora