«Las personas mienten por dos motivos: miedo o egoísmo. Y el amor te vuelve preso de ambos».
♡♡♡
Nicholas:
Hoy es el día. A partir de esta noche todo quedará olvidado y podré estar con Liz. No quisiera mentirle con respecto a quien soy, pero si se llega a enterar de esto se alejará, lo sé. Por tanto, he decidido dejarlo atrás, borrarlo de mi pasado. Después de todo no sería una mentira sino una omisión.
Con ese pensamiento dando vueltas en mi cabeza, me dispongo a salir de la clase. Voy sobrado de tiempo, pero mejor resolver asuntos pendientes de una vez. Luego de esto, no tendré que pisar ese lugar en mi puta vida.
Piso el acelerador a fondo y doy media vuelta hasta llegar a Brixton. Nadie en su sano juicio se atrevería a caminar solo por una de las zonas más peligrosas de todo Londres.
Estaciono la moto unas cuadras antes del lugar acordado. Dirijo la vista hacia lo alto de la fábrica abandonada, antiguamente utilizada como punto de encuentro de negocios ilegales. ¿Cómo lo sé? Resulta que llevo una minuciosa investigación de los asuntos de mi querido jefe, quién además de prestamista, también está involucrado con la venta de la droga en el subterráneo.
Se toma muy en serio la seguridad y es predecible que los fisgones no son de su agrado. Además, toda desconfianza es poca si está en juego tu pellejo.
Algo no me cuadra, pero hasta ahora tengo la oportunidad de confirmarlo. El espejo retrovisor me muestra a una curiosa pelirroja que no mide poco más de metro sesenta.
¿Cómo carajo me siguió hasta acá?
Esta chica no tiene límites. Y para mí, no es el juego de la detective y el asesino. Esto es real y puede llegar a ser muy peligroso como la vean por aquí.
Mi objetivo: despistarla.
Cómo: No tengo ni puta idea. Pero más me vale pensar algo rápido antes de involucrarla en esta mierda.
¡Joder! Esto era precisamente lo que quería evitar.
Camino entre los callejones. Tengo ventaja por unos pasos y aprovecho para entrar por la puerta oculta que lleva hasta la parte trasera del antro, donde se reúnen las escorias que trabajan para Ewen.
Entro en el supuesto callejón sin salida y toco el ladrillo T-206, es una contraseña para casos como este, donde una niña pelirroja te persigue como si fueses su caso y ella Sherlock Holmes. Vale, creo que en nuestro código jamás hubiesen imaginado nada como esto, pero; que quiera descubrirlo todo me toca un poco las pelotas, sobre todo por el hecho de que es exactamente igual a mí.
Bien, al menos logré despistarla.
Enfrento la puerta adyacente a la oficina de negocios, para toparme con la cara de Maksim y su sonrisa cínica dándome la bienvenida.
—Eh chico, ¿no estás acojonado por lo de hoy?
—¿Acaso debería estarlo?
—Solo te digo que no va a ser fácil, esa estúpida confianza que tienes igual no te sirve de mucho.
—Quizás si fuese tu trabajo si estarías nervioso. Claro, tener otra cicatriz así y varias fracturas después de nuestro último encuentro ya sería mala reputación para ti, ¿no crees?
—Veremos si esa lengua tuya te salva de esta noche.
—Deberías vendarte esas manos.
—¿Por qué?
—Las debes tener en carne viva de tocarle tanto las pelotas al jefe.
Se escuchan abucheos de fondo, pero todos callan al instante cuando cierta pecosa aparece en la puerta de bar.
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Voces del Otoño © [✓]
RomansaBilogía "Entre equinoccios" [Libro #1] ... Él esconde un secreto. Ella pone en riesgo su vida por descubrirlo. Enamorarse no es una alternativa; pero cuando el deseo es más fuerte, el pasado es devastador. ... Nicholas se encargó de construir una fa...