«A veces, las personas que esconden tormentas en su interior, son las mejores».
♡♡♡
—¿Buscabas a alguien? —¡Carajo!
Con solo escuchar su voz mis vellos de pusieron de punta, mis pensamientos se nublaron y mi corazón latía tan deprisa que podía, fácilmente, correr en Fórmula 1.
¡Esto no me puede estar pasando a mí!
«Concéntrate, Liz. Deja el drama para tus libros».
Clavó su mirada, pendiente, eufórica, lasciva, logrando convertirme en un matojo de nervios. Bajó la vista hasta la comisura de mis labios esperando que dijese algo. Las palabras eran dagas clavadas en mi garganta, que obstruyen la respiración. Coherencia y racionalidad se volvieron mis enemigas en un fatídico intento por no continuar haciendo el ridículo, obligándome a responder.
—Yo... ya me iba —Me brindó su brazo, en un gesto solidario, para levantarme del suelo; en cambio, mi orgullo tomó la delantera.
Apoyé mis manos en el pavimento y me puse en pie sin dejar de observarlo. Una vez logré apartar mis ojos de los suyos, apresuré el paso. Prefería huir antes de seguir poniéndome en evidencia.
«Queridos nervios, no me traicionen ahora».
Me tomó por la muñeca. Su agarre no llegaba a ser brusco; sino reclamaba o más bien exigía mi atención. El roce se volvió eso, un leve contacto que no perduró más de lo que permitieron mis temblorosas manos.
—Y; ¿cómo piensas volver a casa sin esto? —Su otra mano sujetaba mis llaves e inconscientemente revisé mi bolso. Se habían caído al sacar mi celular.
—Gracias... —Hice un gesto para alcanzarlas, pero él las envolvió en un puño y fruncí el ceño.
«¿A qué jugaba ese idiota?»
—¿No pensarás que será tan fácil no?
—Devuélvemelas —Intenté alcanzarlas, pero es más alto que yo, si seguía saltando de esa forma, solo continuaría en un bucle vergonzoso.
«¿Quién se cree que es?»
Pues el nerd que, con una mirada, te moja las bragas...
«Ahora no, conciencia. Estoy cabreada».
—Solo tienes que responder una pregunta —Lo miré desconfiada y mi momento de duda fue suficiente para que continuase —¿Por qué me estabas siguiendo? —Casi me atraganté con mi propia saliva.
Seguir al estúpido nerd y esconderse detrás de una furgoneta, sonaba como un mal chiste. No sé en qué en qué estaba pensando.
«En su trasero, tal vez».
Soy una acosadora patética, lo admito; pero no quita que el nerd sea un capullo.
—¿Qué te hace pensar que te estaba siguiendo? No todo gira a tu alrededor, engreído —Lo último lo dije casi en un susurro.
Le encaré y funcionó bastante bien hasta que su rostro serio, sin emociones fue sustituido por una pequeña sonrisa ladeada. Diría que bastante cínica. ¿De qué carajo se ríe?
—¿Qué?
—¡Mientes fatal! —Se bajó la capucha y se peinó el pelo con sus manos. Y sí, estaba embobada viendo tan simple y cotidiano gesto.
«¡Céntrate, Liz!»
—¿Pero tú de qué vas? Además de cuatro ojos resultas ser también un capullo egocéntrico —Puedo sentir como el color de mi cabello bajó hasta mis mejillas.
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Voces del Otoño © [✓]
Roman d'amourBilogía "Entre equinoccios" [Libro #1] ... Él esconde un secreto. Ella pone en riesgo su vida por descubrirlo. Enamorarse no es una alternativa; pero cuando el deseo es más fuerte, el pasado es devastador. ... Nicholas se encargó de construir una fa...