| Libertad |

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Si bien mis memorias son borrosas, hay algo que recuerdo con bastante nitidez: mi primera expedición cuando formé parte del cuerpo de exploración. No voy a negar que no fue tan malo como pensé y de hecho, no tuve temor por los titanes como muchos lo planteaban hacia quienes éramos los novatos de esos años, no obstante, ese inexistente sentimiento fue engendrado una vez subí los árboles gigantes, tan grandes que podíamos divisar un amplio horizonte frente a nosotros. Eran tan altos que daba miedo mirar hacia abajo, el problema es que ya no había vuelta atrás, lo único que quedaba era cerrar los ojos y dejarse caer.

La mera sensación tortuosa de aprehensión me ocasiona repulsión hacia mí misma, más que nada por permitir ser tratada de la forma en la que los policías militares lo hizo estos últimos días. Las veces que se deshicieron de mis dedos son incontables al igual que las otras maneras en las que me lastimaron hasta tal punto que el dolor dejó de ser totalmente perceptible para mí, ahora simplemente acato sus instrucciones accediendo a que me usen a su antojo, creyendo que podría traerme beneficios cuando la realidad es que sus intenciones no son saber mi procedencia ni nada relacionado a ayudarme, sino que buscan la manera de controlarme y que no sea una amenaza para ellos ni sus preciadas murallas que los protegen de los titanes, pese a no tener idea de lo que sucede conmigo, pero tengo una hipótesis, quizás mi lado anormal sea un motivo de no conocer a mi familia.

Porque tal vez nunca tuve una.

Sacudo un poco mi cabeza y termino mi embelesamiento, dispuesta a levantarme de la cómoda cama y acercarme al pequeño mueble donde guardé mi ropa de civil, busco entre las gavetas la remera negra de mangas largas y la capa gris que utilizo para cubrir mi rostro, nuevamente debía ir al análisis de tortura por parte de los policías, quienes me obligan a encubrir mi identidad por si se daba la casualidad que Erwin estuviese cerca. Aunque de todas formas, después de todos estos días, de seguro se resignó y de hecho pongo en duda que hiciera algo por obtener mi pleitesía otra vez, la esperanza de retomar mi vida con ellos es prácticamente nula y la verdad sólo estoy esperando que el ser omnipotente que creó este mundo, me lleve de una vez al infierno.

Ciertamente ya no tenía los mismos pensamientos y la mayoría del tiempo cuestiono el porqué nací si iba a ser tratada de esta manera y por qué debía pagar por algo que yo no pedí. Es una injusticia en su totalidad y lastimosamente algo que no podía revertir, mucho menos si ni yo misma sé el motivo, la causa y el resultado.

Termino de ajustar la capa en mi cabeza y me giro dispuesta a retirarme de la habitación, no obstante, una ya conocida situación me esperaba bajo el umbral de la puerta, me es inevitable dar un ligero brinco y asustarme al notar un arma apuntado directa a mi cabeza, tomándome desprevenida. Trago saliva intentando no dar un paso en falso y que peligre más de lo usual, no sabía cómo reaccionaría mi cuerpo con un balazo sin embargo, si ello acabaría finalmente con mi vida no me refutaré al respecto, sólo espero que lo haga rápido.

— Si haces una maniobra, mataré a Nick.

A pesar de que estaba indiferente referente al mencionado, no me siento capaz de regalar su vida a estos ineptos, por lo que simplemente asiento y acepto que me guíe a las afueras de la casa, no entendía el porqué de tan súbita situación si nunca me había negado a nada de ellos, mucho menos si se trataba de una amenaza a tal magnitud. Me respondo mi pregunta una vez abandonamos el recinto y veo que mantienen apresado al pastor también, algo ensangrentado y trastornado entre Sanes y otro de ellos que no había visto hasta hoy. No pongo resistencia cuando comienzan a encadenar mis manos y mi boca con el bozal de todos los días.

Inspecciono mi alrededor y me doy cuenta de lo silenciosa y desoladas que se hallan las calles del distrito interior, dejándome en desventaja por lo que, en caso de poder salvar a Nick, corría el peligro que lo asesinaran sin escrúpulos y con facilidad si nadie más veía los hechos. Es claro que se encargaron de encerrar a los habitantes con el objeto de llevar a cabo el secuestro a uno de los miembros más importantes del culto sin que nadie sospeche de ellos.

Unwavering • Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora