• Acto seis •

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•· Parte seis: Voluntad inquebrantable ·•

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•· Parte seis: Voluntad inquebrantable ·•

Nuestra voluntad de luchar ha sido inquebrantable desde que nacimos en este mundo y supimos desde ese mismo instante, que sin pelear y sacrificios nos quedaríamos varados en un mismo punto.

El titán fundador se encontró en medio del distrito Shiganshina observando en dirección de las naves enemigas arribar a su hogar, el ambiente tenso se formó inmediatamente en él, se halló sin sus hermanos y sin sus compañeros con los cuales batall...

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El titán fundador se encontró en medio del distrito Shiganshina observando en dirección de las naves enemigas arribar a su hogar, el ambiente tenso se formó inmediatamente en él, se halló sin sus hermanos y sin sus compañeros con los cuales batalló durante años.

Estaba solo, en efecto, sin embargo eso no lo detendría para realizar lo que estuvo planeando durante tiempo y que sus enemigos no serían capaz de detener.

El acorazado descendió y su transformación inminente golpeó a los presentes en la próxima batalla de ambos titanes, mientras esto sucedía, la facción Jaeger se movilizó con el equipo de maniobras dispuestos a ayudar a Eren, no obstante, el ejército de Marley no se quedó atrás y se inició una guerra antes de lo previsto.

La batalla entre titanes se intensificó a tal grado que lograron acorralar al menor de los Jaeger, sin embargo, usando el poder concedido tras devorar al titán martillo, alejó a sus adversarios de su anatomía, dándole ventaja para regenerarse. Pero, en un atisbo mínimo de distracción, desde la cima de la muralla endurecida el carguero hizo su aparición y disparó en dirección del titán de ataque, dejándolo inconsciente.

El acorazado y el mandíbula intentaron embestir aprovechando la ventaja, pero aún no estando en sus cinco sentidos, Eren materializó nuevamente estructuras filosas desde la tierra ocasionando que ambos adversarios se alejaran, sin embargo, Reiner aprovechó aquella defensa y sacando una de la tierra, la incrustó en el brazo del titán de ataque.

No obstante, en el momento que el acorazado estuvo a punto de devorar la nuca del menor de los Jaeger, una luz apareció sobre la muralla endurecida y posteriormente, una gran lanza del mismo cristal endurecido se impregnó en el rostro desnudo del acorazado causando que este soltase un alarido ronco y dejara libre a Eren.

Seguido, entre las tinieblas surgió una muchacha y se posicionó en el hombro del titán de Eren, el contacto entre ambos causó un escalofrío en sus anatomías. La joven observó a todos los presentes en la batalla, bajo sus ojos las tres líneas rojas se formaron conforme dejó fluir su fuerza por su sangre, las pupilas en un verde fluorescente y las marcas de endurecimiento recorriendo sus brazos, los Marleyenses supieron enseguida de quién se trata y lograron percibir por sus espinas dorsales cierto temor por tenerla de enemigo.

Asimismo, los pedruscos cayeron sobre el distrito desde la cima de la muralla, el titán bestia hizo su aparición también por ende, los hemanos Jaeger por primera vez luchando juntos a pesar de que ninguno lo hacía por un mismo propósito.

— No puede ser.— Se oyó entre las filas de Marley.— El niño prodigio y la usurpadora.

Observó con pasmo la situación digna de un reencuentro familiar otra vez, hermanos nacidos para una batalla que les correspondió de forma forzada, una lucha que debe terminar aquí y ahora.

— A pesar de todo llegué al lugar acordado, aunque quizás un poco tarde.— Dijo el tal nombrado niño prodigio.— Heroicamente pudiste batallar solo, Eren.

— Disculpa la tardanza.— Musitó Ayla observando con cierta nostalgia a su hermano menor.— No sé qué sucede contigo, pero te prometí que iba a cuidarte ¿No?— Eren la observó con tristeza, deseando que esto no hubiera pasado y sólo estuviera viviendo a la mierda del mundo con su hermana, con Mikasa, con sus amigos.— Así que, déjale el resto a tus hermanos mayores.

Y así, observando la batalla, Eren se prometió que haría lo que estuviera en sus manos para darle a sus seres queridos la vida que merecían.

Unwavering • Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora