| Verdad |

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Me observo a mi misma frente al campo de entrenamiento en el antiguo cuartel de la legión de reconocimiento, pestañeo un par de veces tratando de adaptarme a la luminosidad de aquél día soleado, no logrando reconocer el año ni mucho menos la época en la que me encontraba en aquél entonces. Mi yo del pasado yace de pie sobre un banco sosteniendo su peso en una sola pierna mientras encima de mi cabeza, descansa un masetero que aparenta estar vacío, sonrío levemente recordando la forma en la que entrenaba mi equilibrio.

Segundos después, veo aparecer a mis amigos desde la entrada del cuartel a la vez que se susurran cosas entre ambos, alzo una ceja ante las actitudes de Hange y Mike, quienes posteriormente me asustaron ocasionando que el masetero sobre mi coronilla terminara en el suelo y que se quebrara, la poca tierra dentro de él hizo un tipo de explosión, por lo que salpicó mi rostro y la de ambas personas detrás de mí que soltaron carcajadas sonoras por dicha situación. La próxima en caer fui yo luego de perder el equilibrio.

La boca de los presentes se mueve mas no consigo discernir lo que hablan por lo que no me entero de la situación, en ello mi yo del pasado desaparece soltando un gruñido y se adentra a la instalación de la legión, confundida la sigo esperando que ello me diera respuestas de todas mis interrogantes y por qué llegué a parar en esta etapa de mi vida.

Subí de dos en dos los escalones  siguiendo a mi yo del pasado, al parecer nos acercamos al pasillo de las habitaciones. Arrugo la nariz por un repentino y fuerte aroma a limpiador emanar desde un cuarto en específico, abrí la puerta casi de golpe, pensando que estaban realizando algún tipo de secta o que sé yo, sin embargo sólo vi a tres chicos  limpiar con creces su lugar para dormir, mi boca formó un círculo por la impresión de reconocer a Levi.

— ¿Qué cojones?— Inquirió mi yo del pasado en tono inaudito, como si no creyera lo que estaba viendo.

Los tres dejaron de hacer su labor, el muchacho rubio junto a la chica me observaron con inocencia mientras que el pelinegro sólo rodó los ojos. Maldito enano amargado, no ha cambiado nada.

— Ayla-san estábamos limpiando.— Me responde la muchacha, no recuerdo sus nombres.

— Ya me di cuenta.— Respondí casi con ironía, los elementos de higiene rodean la habitación, junto a las escobas y trapos húmedos.— A menos que usen de decoración el detergente, no creo que sea útil para otra cosa.

— ¿Qué quieres?— Preguntó Levi, mi visión se fue hacia él, su expresión parece fastidiada por mi interrupción.

— Salgan.— Digo apoyándome en el marco de la puerta.— Su capitán quiere entrenar.

— ¿¡Ahora!?— Dice el otro chico, a lo que asiento.— ¿Qué haremos?

— No sé, sólo los vine a buscar porque soy buena persona.

No recordaba ni siquiera la existencia de Farlan e Isabel pero por lo que puedo ver, fueron dos muchachos cercanos a mí, sobre todo cuando seguí rememorando escenas junto a ellos, yendo a almorzar y entrenando juntos en mis días libres, incluso recuerdo que ese año acompañé a Erwin a reclutar al trío que se consideraban criminales — cabe destacar que Levi casi mata a Mike y luego viceversa —, no confiaba en ellos en un principio pero conforme conocí al rubio y a la pelirroja, vi en ellos su inocencia y las ganas de mirar lo que nunca tuvieron en el subterráneo, sin embargo Erwin me pidió mantener distancia porque ya sabíamos sus verdaderas intenciones, aunque fue inevitable no encariñarme con ellos.

— ¡Ayla-san eres genial con el equipo!— Escucho a Isabel entre tantos recuerdos olvidados.— Quiero hacer esa voltereta.

— Vale, primero debes tener más equilibrio, párate aquí.— Le digo apuntándole una rama de un árbol.— Veamos cuánto duras con un sólo pie.

Unwavering • Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora