Brazalete [Katsudeku]

40. ¿Despedida?

N/A: Después de un año sin actualizar aquí estoy 💀 no me odien, buaa no tengo ni palabras, se fue tan rápido que ni lo sentí. Entre mi trabajo y cosas de la vida cotidiana se va todo el tiempo. En fin en la nota final les cuento más mis amores.

El contenido multimedia es para que lo reproduzcan (si gustan) cuando aparezca este símbolo: 🌌

Habrá dos imágenes censuradas que como saben no las puedo poner aquí pero pueden ir a  verlas sin censura a mi twitter del fic @BrazaleteBKDK

Buena lectura.

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Uraraka como dijo se encargaría de todo, hubo un sencillo funeral con ella e Izuku únicamente, Katsuki miraba de lejos en su invisibilidad y era desolador para él ver a Izuku triste y no poder consolarlo de alguna manera.

Era una tarde gris, por suerte sin lluvia, en un cementerio basto y llano, no había nadie más que ellos. Y ahí Deku se daba cuenta de lo solitaria que fue la vida de su pobre madre, y de lo solo que ahora se sentía él.

—Siempre estuvimos solos mamá... y ahora me has dejado solo a mi... –dijo desganado con lágrimas en sus ojos.

La castaña se acercó y lo abrazó "No estás solo" dijo. Quería consolar un poco aunque ante esa pérdida no podía hacer mucho.

Dejaron que el joven se tomara todo el tiempo necesario frente a la tumba.
Era el momento más difícil de su vida y no tenía ni idea de como afrontarlo, pues el recuerdo de su madre y que por 28 años estuvo ausente volvían a su mente una y otra vez, era un martirio.

—Un par de años en otro planeta me costó 28 años en ausencia en este y la muerte de mi madre. –se decía a sí mismo. —Si me lo hubieran propuesto me hubiera parecido una locura y una propuesta lógicamente rechazable. Pero no tuve elección madre... lo siento.

Se levantó e indicó a su amiga que estaba listo para ir a casa.

Subieron al automóvil de ella, también Katsuki en la parte de atrás, aunque se mantenía callado.

—Izuku-kun... –comenzó ella mientras manejaba —necesitas descansar y comer algo. También necesitamos hablar de tu situación aquí, pero descuida, respetaré tu luto, es lo menos que podría hacer. Así que ten. –estiró su mano con un sobre.

—¿Qué es?

—Un poco de dinero. Para estos días. No sé si podré venir diario, pero cuando no pueda venir con ese dinero bastará para alimento y otras cosas.

—Pero, no es necesario Uraraka... mi madre me dijo donde guardó dinero en mi apartamento... supongo que tendré con eso.

—De igual manera quiero que lo tengas, si no lo utilizas me lo devuelves, pero quédatelo mientras.

—Vale, gracias. –dijo aceptando y guardando el sobre en su chaqueta.

Llegaron al departamento del chico y Ochaco se despidió de ambos.
Quedaron nuevamente solos en absoluto silencio.

El joven pecoso, con ojeras en sus ojos, y un par de caminos marcados en sus mejillas resecas por tanto llorar, se sentó en el sofá viendo a la nada.

Katsuki se mantenía de pie mirándolo, sin saber que decir, no sabía si consolarlo o quedarse callado, pero quería estar cerca de él,

—Kacchan...

—¿Sí?

—De verdad no es necesario que te quedes más días, ya no quiero que me veas así, yo estaré bien. Tú tienes una misión, y no es asegurarte que yo tome mi vida de vuelta aquí. Así que solo... ya no te preocupes por mi.