Brazalete [Katsudeku]

20. Kacchan

–Ya sé que no te irás, eres muy terco. -pausó un par de segundos –Así que... ven, duerme en la cama.

Izuku volteó, se quedó mudo, sorprendido y confuso, pensó que había escuchado mal.

–¿Q-Q-Qué? -tartamudeó.

–¿Estás sordo? Que vengas a dormir a la cama.

–¿A-a esa cama? -señaló donde el otro reposaba.

–Pues sí idiota ¿cuál más? ¿a la tuya? Adelante, lárgate entonces.

–¡No! Ya te dije que no me iré. -se puso valiente por momentáneos segundos.

–Entonces duerme en la cama, pero en la esquina de hasta allá, lo más alejado de mi.

–Jejeje -sus nervios los sacaba en forma de risitas y evidentes sonrojos –no es necesario, en verdad en el suelo estoy bien, ajam mm jeje.

–Lárgate a tu habitación entonces. Tú decides, te recuerdo que aquí mando yo. -le dedicó una mirada retadora que no veía en él desde hace mucho.

–Ahmm Katsuki... ¿en verdad no te molesta?

–¿Debería molestarme?

–Bueno... es que siempre me dices que soy un entrometido y... con esto, no sé... no quiero que te sientas incómodo.

–Esta vez no estás siendo entrometido porque es algo que te estoy ordenando. Además, la cama es muy grande, y estarías en la esquina de hasta allá, no sé porque te pones así.

–E-Es que... es tu cama... tu espacio, tu privacidad.

–¡JAJA! no me hagas reír, mi privacidad la invadiste desde que decidiste dormir en mi habitación y mi espacio jmm, me aseas y tocas mi cuerpo todos los malditos días. No seas cínico.

–¡Katsuki! -sus mejillas pasaron de un rosado a un rojizo vibrante –Yo, yo hago eso por ayudarte en tu recuperación, y lo hago con respeto sin intención de incomodarte.

–Sí, sí, como digas. Ven a la cama a dormir y ya cállate.

"Dios mío ¿esto es en serio?"

–Uhh... -exhaló nervioso –bien.

Deku fue acercándose con pasos indecisos, su rubor en el rostro no bajaba. Destendió las cobijas con cuidado y de manera muy lenta, es verdad que la cama era grande, si se acostaba muy en la orilla contraria de Bakugou, este ni siquiera podría percibir sus movimientos.

Apoyó su rodilla y después se recostó completo con movimientos tiesos, como un robot antiguo, se aseguró en acomodarse casi al borde de la cama. Con una postura encogida se acobijó hasta el cuello.

–B-Buenas noches. -nunca podía faltar su frase de despedida, frase que nunca ha entendido Katsuki, ya que en su planeta no se decía algo así. Y por eso nunca le respondía de vuelta, sólo lo ignoraba.

Izuku no podía creer en donde estaba durmiendo, no podía creer que realmente el cenizo le hizo esa propuesta siendo que cuando lo conoció ni siquiera toleraba su presencia.