31- Volubles deseos (Parte 1)

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Rostros desconocidos fue lo que contempló Adeline al adentrarse con Gianluca en el Gran salón. A excepción de Eydrian, Bastian y André, ese trío dinámico no se perdía por ninguna parte.

Eydrian estaba reunido con Jean Paul y con un señor mayor que Adeline no pudo reconocer dentro de los integrantes ya conocidos en el grupo. Intuyó que posiblemente debía de tratarse sobre negocios pendientes vinculados con el Royal Empiere Sonobe.

Mientras que los otros dos, Bastian y André, se hallaban deglutiendo bocadillos en los diversos buffets que se encontraban esparcidos estratégicamente por la estancia. Parecían dos niños jubilosos por la cantidad exorbitante de distintas opciones de comida que tenían a su alcance. Por lo que cedieron de inmediato ante la vista y el aroma que brotaba del festín.

Aquellos ojos avellana de Jean Paul no tardaron en percatarse de la elegante presencia de Adeline. A pesar de que lo complacía verla aquí, su mirada se oscureció por completo al observar como sujetaba el antebrazo de su hermano menor. Aquel acto, lo puso frenético, ella no tenía que haber asistido con Gianluca, sino debió de ir con él. Era él el que tenía que estar sujetando su brazo, no su hermano, ni otro hombre más que no fuera él. Disculpándose, Jean Paul se alejó de sus acompañantes, esperando el momento para ir tras aquella chica que lo empezaba a enloquecer.

_ Nos traeré un cóctel, no te muevas. Volveré por ti Adeline Strange. _ Susurrando lo ultimo en su oído, sus manos bajaron hasta su cintura, para después sujetarla en modo de advertencia. Adeline observó como el menor de los Sonobe se encaminaba en dirección al puesto de bebidas. En donde un bartender lo recibió, tomando su pedido.

Desviando su mirada de Gianluca, buscó en cada rincón del sitio a Jean Pierre, pero el hermano del medio aún no había hecho acto de presencia en la velada. Sin embargo, sus ojos de tormenta se detuvieron en la inspección al reparar en la aparición de dos mujeres que comenzaron a enfilar para saludar al señor y a una señora que se mostró a su lado.

Arrugando el entrecejo, Adeline no pudo mirar detalladamente a los nuevos invitados, dado a que había sido arrastrada por el mayor de los Sonobe a una oficina alejada totalmente del salón.

Jean Paul la introdujo en el sitio, para seguidamente cerrar la puerta tras de él.

_ ¿Quién te crees para presentarte con otro hombre que no sea yo?. _ Su habitual tono autoritario emergió nuevamente con ella. Y es que le era imposible no usarlo cuando ella se abstenía de doblegarse ante él.

_ No tenía ni idea de que eso era una pauta que venía dentro del combo de ser tu asistente personal. ¿Qué más falta? ¿Una correa?. _ Y ahí iba nuevamente Adeline, retándolo con su sarcasmo y con una sonrisa ladeada.

_ No utilices ese tono conmigo, tú me tienes que obedecer y no tienes derecho a contradecirme. Y si te digo que no quiero verte con ningún otro hombre, entonces harás exactamente eso. Seguirás conmigo durante toda la velada, ¿está claro?. _ Jean Paul se acercó amenazante y lo que a los demás les hubiera resultado intimidante a Adeline le pareció divertido.

_ Sabes jefe, eso de hacerte el macho alfa con todo el mundo, no funciona conmigo. A mí no me puedes poner correa, así que no te esmeres en doblegar a algo indomable. Por mi parte, seguiré disfrutando de esta maravillosa noche, en tanto tú vas a domar a otra persona que esté interesada en ser un peón más en tu tablero de juegos. ¿Fui lo suficientemente clara?. _ En tanto Adeline acomodaba la corbata azulada de Jean Paul, volvió a sonreír. _ Ve buscándote otra bacante, renuncio. _ Diciendo esto último, le pasó por un lado, sin embargo, no pudo acercarse al cerrojo de la puerta, cuando Jean Paul la acorraló contra una pared.

Por un instante, ella se sintió sumisa ante la imponente e intimidante presencia de Jean Paul y es que no pudo siquiera hacer el intento de moverse de aquel encarcelamiento a la que fue sumida por el hijo mayor de los Sonobe. Aquellos ojos color avellana, de los cuales brotaban amor, la habían petrificado por completo.

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