Aquella tensión palpable se desvaneció cuando, Amelia, la nombró._ Querida, toca para nosotros. _ La instó amablemente la abuela de los Sonobe. Y es que la señora se había percatado de que sus otros dos nietos estaban frenéticos por los celos, al ver a Adeline convivir felizmente con su hermano menor. No lo soportaban y Amelia sabía muy bien que si no hacía algo al respecto, esos dos hombres se abalanzarían sobre Gianluca en cualquier momento.
Hasta Zafira, se encontraba furiosa al ver que en toda la velada, no obtuvo ni una mirada por parte de Jean Paul, aún cuando se la pasó seduciéndolo con sus prominentes atributos, el mayor de los Sonobe, le restó importancia y todo por estar al pendiente de esa rubia que había llegado a la velada con Gianluca Sonobe.
Algo dudosa, Adeline asintió, se levantó de su asiento y desapareció del comedor.
Todos los invitados estaban expectantes de su reaparición, pero todas las luces se apagaron y solo una se encendió en el Gran salón. Cada presente se fue movilizando hasta dar con aquella exigua iluminación, en donde la violinista hizo acto de presencia con su violín. No obstante, su rostro seguía resguardado por la oscuridad.
Todos quedaron maravillados con el magnetismo de aquella joven artista. Sobre todo los tres hermanos Sonobe, quiénes contemplaban el espectáculo como si fuera la primera vez.
Con un solo movimiento, Adeline embistió su violín con el arco. Sus pasos danzantes eran veloces y ágiles, eran el producto de aquellas estremecedoras melodías que brotaban desde el instrumento. Los movimientos que ejercía el arco contra el violín, eran feroces, dramáticos y cautivadores. Las notas subían y luego bajaban abruptamente, como un mar de emociones y de volubles deseos.
Los espectadores se extasiaban al contemplar las acrobacias de Adeline al ritmo de la música que ella emprendía con rudeza.
Su cabellera rubia revoleteaba por los aires, junto a su capa negra, concediendo un aura sombría y mística al ambiente.
Lo que ellos no sabían, a excepción de Jean Pierre, es que cada vez que Adeline empezaba a tocar se volvía a reencontrar con su verdadera esencia. Se volvía prisionera de su propia mente, de su pasado, de todas sus emociones pero, eso mismo la hacía ser Adeline Strange, la oscuridad la envolvía como una segunda capa de piel y tomaba control sobre ella con solo desplazar el arco contra el instrumento. Como si aquel simple acto la transformara en lo que realmente es.
Adeline culminó selectamente la sonata, como también salió del estado trance al que se había sumido durante todo el show.
Los silbidos de Gianluca y Eydrian, junto a los fuertes gritos de Jean Paul y Bastian, combinado con los sonoros aplausos de André, Marion y los abuelos Sonobe, acapararon todo el salón con entusiasmo. A excepción de Zafira y Jean Pierre, la primera porque aquella artista centralizaba toda la atención de Jean Paul a ella y el segundo porque sentía un profundo y oscuro amor enfermizo por Adeline, que lo llevaba hasta odiar el hecho de que los demás la pudieran apreciar.
Jean Pierre se percató, de que Adeline había introducido un par de ansiolíticos en su boca, antes de que volviera por completo la luz en la mansión.
Después de la presentación, Berom, los convocó a todos para dar aviso sobre el baile de enmascarada que se efectuaría mañana por noche.
_ Como sabrán, mañana por la noche, se conmemorará nuestro baile de máscaras Todos ustedes estarán cordialmente invitados. _ Sonrió con ambivalencia al saber que su discurso no terminaría ahí. _ Mis tres queridos nietos abrirán el baile principal, por lo que cada uno tendrá que escoger acompañante para dicha celebración. _ Dicho esto, formó discordia entre los hermanos cuando al unísono dijeron¨ Adeline¨.
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Los Sonobe
Teen FictionEra embriagante... El modo en que ella tocaba el violín. Simplemente extasiaba al público por las encantadoras melodías que denotaba al hacerlo, provocando en ellos sensaciones completas de deleite y asombro. Siendo para los hermanos Sonobe igual de...