Capítulo 1: Dos mamodos muy diferentes

131 15 50
                                    



Empieza un nuevo curso en Makai. La escuela Kinryu, cerca del Palacio Real, es una de las más grandes. Allí estudian mamodos de todas las edades: desde infantil hasta bachillerato. En una clase de tercero de bachillerato, un joven mamodo está leyendo un libro en su escritorio. Las clases aún no han empezado. La luz entra por la ventana de su izquierda y le ilumina el libro y parte del rostro. Tiene el cabello largo, blanco y lo lleva suelto, pero recogido en la frente por una diadema metálica. Sus ojos, fijos en el libro, son azul celeste, como su ropa. Lleva una camisa de cuello chino abotonada delante y unos pantalones abullonados ajustados en los tobillos. De sus ojos bajan dos finas líneas que le recorren las mejillas. Su nombre es Wonrei.

—¡Wonrei! —dice una voz desde la entrada del aula. Él se gira y sonríe.

Por la puerta entra una chica con idéntica cara a la del mamodo. Tiene el pelo largo y lacio recogido por una diadema metálica con una gran estrella adornando el centro. Lleva un top abrochado al cuello que deja la espalda al descubierto y enseña unas pequeñas alas dibujadas en su piel. El brazo derecho está marcado por una estrella negra, como las azules que le bajan por el lado derecho de la falda hasta los tobillos. Toda la ropa la lleva blanca, como su pelo. Es la hermana pequeña de Wonrei y su nombre es Lucky Star.

—¿Ya te has instalado en tu nueva clase? —le pregunta su hermano.

—Sí, pero quería venir a verte ahora que estamos los dos en el edificio de bachillerato. ¿Dónde está Danny?

—Tenía que entregar unos documentos en dirección.

Lucky se sienta en la mesa de su hermano y se ponen a hablar. El resto de los alumnos va entrando en el aula cuando suena la campana de inicio de las clases.

Lucky se despide, da un salto para salir por la puerta y aterriza a medio centímetro de un mamodo que acaba de entrar en el aula y la mira con los ojos muy abiertos. Lleva el pelo negro y alborotado hacia arriba dejando la frente despejada. Dos largas patillas le llegan hasta el final de la mandíbula. Viste un chaleco de pelo largo negro con adornos metálicos a la altura de las costillas y un pantalón y una capa hasta las rodillas del mismo tejido. Calza medias azabache y zapatos del mismo color con la punta metálica. De los ojos, le salen marcas negras como puntas de flecha hacia arriba y abajo. Su sola presencia intimida. Se llama Brago y forma parte de la realeza.

—¡Uy! Perdona —se disculpa Lucky con una sonrisa—. ¡Adiós, Danny! —le dice a un mamodo que acaba de entrar.

Antes de que el chico le pueda contestar ya ha salido por la puerta. Brago la ve salir y se vuelve hacia el mamodo al que ha saludado. Es un mamodo alto, con el pelo largo y totalmente tieso. Lleva una camiseta blanca y unos pantalones morados abullonados. Es bastante más alto que Brago. El mamodo de negro lo agarra de la camiseta con una mano y le pregunta amenazante.

—¿Quién es esa que acaba de salir?

—Es Lucky, la hermana de mi mejor amigo, Wonrei. El que está ahí sentado, flipando al vernos —le responde con la voz temblorosa por el asombro que le ha causado su reacción.

Brago lo suelta de malas maneras y va a sentarse. Nadie quiere sentarse cerca de él. Le tienen miedo, y no es para menos. Es uno de los niños mamodos más poderosos.

Los niños mamodos se entrenan para estar entre los cien elegidos y así competir entre ellos en el mundo de los humanos. La madre de Brago quedó la segunda en la anterior lucha, fue nombrada Virreina y se mudó al palacio, al igual que el Rey. Su hijo es considerado príncipe, como lo es el hijo del Rey, Zeon, y ambos entrenan sin descanso para llegar a ser Rey de los Mamodos en la siguiente competición. La madre de Brago, por miedo a que su hijo tampoco quede el primero, lo ha mandado a estudiar a la escuela para que conozca a sus futuros oponentes y descubra sus puntos débiles.

The Prettiest StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora