The Prettiest Star

Capítulo 16: El último día

El primero en despertar es Brago, que encuentra a Lucky abrazada a su pecho. Le da un beso en la cabeza y le acaricia la espalda mientras mira las nubes que flotan en el cielo. Al cabo de un rato se despierta Lucky, se incorpora y le sonríe.

—Buenos días, dormilona. —Lucky le da un beso como respuesta. Mira a los humanos, que aún duermen en el césped y se vuelve a recostar sobre él.

—Hoy es nuestro último día juntos —comenta triste. Brago la abraza en silencio.

—¡Me he dormido! ¿Qué hora es? ¿Y esta manta? —exclama Sherry al incorporarse aún medio dormida—. Debe ser cosa de Albert —dice mientras retira la manta de viaje que la cubre.

—Buenos días, Sherry —la saluda Lucky tras incorporarse—. Juan aún duerme.

Lucky se levanta, corta un diente de león y empieza a hacerle cosquillas a su compañero en la nariz. Aún dormido, mueve la mano por encima de la cara para espantar lo que le molesta. Las chicas empiezan a reírse por su reacción y Juan se despierta.

—¿No decías que no se dormía en el jardín? —se burla Lucky mientras se vuelve a sentar al lado de Brago.

—Muy graciosa —refunfuña mientras se sienta—. Estaba agotado.

—¡Normal! —comenta Brago—. No puedes usar tanto tiempo los conjuros Burakatto. Mientras Lucky está con forma felina o con alas, tu energía mental se consume cada vez más rápido.

—Entonces, ¿cómo lo hacemos? —pregunta Juan. Mira a Lucky de reojo y le reprocha en silencio que no le explicara esas cosas.

—Si tenéis a tiro el libro del contrincante, lo más eficaz es: un Midoba sobre Juan y luego un Kaboshi contra el libro.

—No está mal la táctica —aprueba Juan—. Pero, ¿y si no está a tiro?

—Entonces usáis el Burakatto. Pero mientras no lo necesitéis, haz que Lucky vuelva a su forma habitual.

—¿Y cómo hago eso?

—Tienes que conectar más con el libro. Cuando no estéis combatiendo, léelo, aunque no entiendas los caracteres. Siéntelo. El libro y tú estáis enlazados. Lo que sientas tú, lo reflejará en sus hojas: aparecerán hechizos nuevos y aumentará de intensidad los que ya podéis conjurar. Lucky, ayúdale a entrenar. El libro es vuestro nexo.

Lucky asiente con la cabeza. Puede ver la diferencia de nivel que hay entre ambos. La preparación de Brago lo ha convertido en el estratega perfecto y aspectos que ella ni se los había planteado, a él le resultan de lo más obvio.

—Brago, muchacho, he aprendido más en estos minutos hablando contigo que en las semanas que llevo con Lucky —admite Juan, sorprendido de que Brago sea tan buen combatiente.

—Pues imagina todo lo que podríamos aprender si nos quedáramos a su lado —le sugiere ella.

—Ya sé a dónde quieres ir a parar y la respuesta es no. Tenemos que volver. Me esperan días de mucho trabajo. Los de National Geographic están muy interesados en mi artículo y lo tengo que dejar impecable para mostrárselo.

—C'est magnifique! (1) —lo felicita Sherry—. ¡Enhorabuena!

—Muchas gracias —responde con orgullo—. Pero estos días he estado demasiado distraído y apenas he avanzado. Además, tengo los artículos para los dominicales aún sin hacer. Y las colaboraciones de la radio local... no, no nos podemos quedar más días, bastante tiempo he perdido ya.

—Si quieres puedes dejar a Lucky aquí. Guardaremos su libro en la caja fuerte para protegerlo —se ofrece Sherry, que no quiere volver a quedarse sola con Brago. Lucky abre mucho los ojos y sonríe de oreja a oreja.