Capítulo 9: La Estrella Más Bonita

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—¡¿Es que no me has oído?! —le grita Lucky mientras retiene al mamodo con ambas manos—. ¡Abre el libro y lee el maldito conjuro!

Juan titubea, pero finalmente dice alto y claro:

—¡Burakatto!

Una sensación maravillosa recorre el cuerpo de Lucky. Siente una felicidad inmensa. Nota como crece el poder dentro de ella, mucho más fuerte que en casa. Su cuerpo se transforma. Le salen orejas y cola de gata negra. Nota su cuerpo ligero y fuerte a la vez. De un empujón, tira al mamodo al suelo. Da un salto y lo sobrevuela.

—¡Otra vez! ¡Dilo otra vez! —le grita a Juan entre carcajadas.

—¡Burakatto!

De sus manos brotan las ondas negras, tan características de ese conjuro, y golpean al mamodo, al cual, al intentar ponerse de pie, se le hunde la pezuña en la arena y cae de bruces.

Lucky suelta otra carcajada. Aterriza sobre él y vuelve a saltar, esta vez sobre el humano que lleva el libro del mamodo.

—¡Otra vez!

—¡Burakatto!

Esteban recibe de lleno el hechizo y se le traba la lengua de tal modo que es incapaz de recitar el conjuro de su mamodo.

Lucky aterriza frente a él.

—¿Te ha comido la lengua el gato? —le dice con sorna.

Le quita el libro y se lo lanza a Juan.

—¡Quémalo!

Juan emplea el mismo mechero con el que encendió las velas de la tarta de su sobrina y el libro termina pasto de las llamas en el suelo. Taurus se levanta para impedirlo, pero ya es tarde. Su cuerpo se está desvaneciendo.

—¡Taurus! ¡No te vayas! —vocifera Esteban—. ¡Ojalá os parta un rayo! —maldice y se aleja cuando no queda ni rastro ya de su mamodo.

—¡Sí! —grita eufórica Lucky—. ¡Hemos ganado! —Las orejas y la cola desaparecen poco a poco.

Los dos humanos la miran atónitos.

—Rápido, quema el libro de la vampiresa esa también —le dice David a Juan.

—¡Ni se te ocurra! —exclama Lucky—. Además, eres mi compañero, no podrías quemarlo aunque quisieras.

—Perdona, ¿soy quién? —pregunta Juan sin entender nada.

—Mi compañero. Soy una mamodo y tú has sido elegido mi compañero en esta lucha para elegir a nuestro futuro rey —le responde de carrerilla como si tuviera el discurso ensayado.

Los humanos la miran estupefactos. No saben de qué les está hablando.

—David, llévate a las chicas de aquí —le pide Juan.

—Ni hablar, no te dejo a solas con la niña gato esa.

—Estaré bien —lo intenta tranquilizar su cuñado.

Lucky se fija en Claudia que está abrazando a Ana. La niña aún llora del susto y la pena de haberse quedado sin fiesta de cumpleaños.

—¿Nos podemos fiar de ti? —le pregunta David a Lucky.

La mamodo asiente, se acerca a Claudia y les dice:

—Siento mucho lo de tu fiesta. Yo no soy como Taurus. Bueno, en realidad que soy como él. Pero no quiero haceros daño. Ahora necesito hablar con mi compañero. ¿Nos dejáis a solas? Por favor.

The Prettiest StarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora