Teenage heartbreak

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Cuando tenía catorce, la relación que tenía con Kacchan ya era muy complicada...

Nuestra amistad solo fue en picada después de aquella vez donde me llamó “deku” frente a los demás.

A pesar de que justo después de lo ocurrido fue a mi casa a explicarme que no lo decía de mala manera, y yo respondí que igual no me agradaba el apodo, él continuó llamándome así.

Aunque seguíamos haciendo todo juntos, no se molestaba en decir nada cuando alguien me decía o hacía cosas hirientes.

No fue sino hasta los doce cuando me di cuenta de mis verdaderos sentimientos hacía Kacchan, pero no dije nada.

Los primeros años de secundaria, nos tocó en diferentes clases, me sentía aliviado de no tener que verlo siempre, ya que no sabría cómo actuar. Sin embargo, para mi suerte, en el último año nos tocó juntos.

“No quisiera tener estos sentimientos cuando sé muy bien que él no siente lo mismo.”

Eso era lo que siempre pensaba.

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Llegué al salón indicado para tomar mi primera clase de aquel nuevo grado. Estaba nervioso, no quería ver a Kacchan, trataría fuertemente de evitarlo.

Pero ni siquiera creo que él piense en hablarme.

—Bien chicos, por favor tomen asiento. Yo seré su profesor de inglés, espero llevarnos bien.- se presentó el profesor mientras escribía su nombre en la pizarra.

Busqué asiento en la parte de atrás, quería estar lo más lejos que pudiera de Kacchan.

No me esperaba que él tuviera otros planes.

Justo cuando me senté, él tomó asiento en el pupitre de alado. Yo no me había percatado de cuándo es que había llegado, y sin querer, giré como imán a verlo.

—Kacchan. -le llamó bajando mi voz lo más posible. —¿Qué haces aquí? Digo, aquí sentado; aún hay lugares disponibles enfrente. -hablé rápido y con muchos nervios.

Mis manos sudaban, intentaba no trabarme, sus ojos estaban intensamente puestos en mí.

—¿A caso no puedo sentarme aquí? -respondió molesto. —¿Eres el único que merece sentarse atrás, Deku? ¿Huh? ¿Es eso?

—No, no, no, no, perdón. No quise decir eso. Tú puedes sentarte dónde quieras, Kacchan.-respondí alarmado, mientras esperaba una respuesta que nunca llegó.

Aunque nunca fue del tipo “delicado” con respecto a su vocabulario, no solía tratarme así.

Fue hasta hace poco que su actitud cambió totalmente.

Katsuki comenzó a tomar nota de lo que decía el profesor, en cambio, yo no podía concentrarme porque él estaba justo a lado mío.

Y así se me fue el día.

Él poniendo atención a clases, mientras yo solo me enfocaba en tratar de no mirarlo.

Cuando el timbre sonó, dando anuncio a que nuestra última clase había llegado a su fin, guardé mis cosas rápidamente, ansiaba salir de ahí para poder respirar aire fresco, sentía que me sofocaba teniendo a Katsuki tan cerca.

Sin embargo, nunca nada va de acuerdo a lo que quiero.

Kacchan tocó mi hombro, estaba parado detrás de mí, ya no había nadie en el salón.

—¿Quieres ir a mi casa? -me preguntó. Su voz tenía ese tono tranquilo que hace mucho no escuchaba. Me miró desde arriba mientras había preguntado, pero como yo seguía sin responder, giro su rostro hacia la salida. —No te estoy obligando. Es solo que van a pasar una película de All might en la televisión y pensaba que...

Shingou / SIGNAL Donde viven las historias. Descúbrelo ahora